EL DOCTOR FAUSTO: MONTAJE TEXTUAL (*) (3)
EUGENIO BARBA
(*) Ni una sola palabra
del texto original de Marlowe ha sido cambiada, pero el script se ha rehecho
mediante “montajes” en los que la sucesión de escenas fue modificada; nuevas
escenas se añadieron y algunas de las originales fueron omitidas. Existen notas
de esta producción que Eugenio Barba grabó. Este texto ha sido publicado en la Tulane
Drama Review (Nueva Orléans, t. 24, 1964) y en Alla ricerca del Teatro
Perduto (Marsilio Editori, Padua, 1965).
El Doctor Fausto fue
producido por Jerzy Grotowski. Los trajes diseñados por Waldemar Krygier y la
arquitectura escénica por Jerzy Gurawski. Fausto: Zbigniew Cynkutis;
Mefistófeles el Andrógino: Rena Mirecka y Antoni Jaholkowski; Benvolio: Ryszard
Cieslak.
Escena diez: El
bautismo de Fausto. Antes de firmar el contrato, Fausto casi se ahoga en el río
(el espacio entre las mesas). De esta manera se purifica y está listo para su
nueva vida. Aparece el Mefistófeles hembra y le promete concederle todos sus
deseos. Consuela a Fausto y lo mece en su regazo (La Piedad).
Escena once: Fausto
firma el pacto. Fausto relee el contrato con Mefistófeles en un tono comercial,
pero sus gestos revelan una lucha por suprimir la angustia que lo atormenta;
finalmente, venciendo su duda, destruye sus ropajes en una especie de
autoviolación.
Escena doce: El
doble Mefistófeles con gesticulaciones litúrgicas enseña a Fausto sus nuevas
vestimentas.
Escena trece: Escena
con su mujer “diabla”. Fausto la trata como si fuera un libro que contiene los
secretos de la naturaleza.
Ojalá tuviera el libro en
que todo se contempla
Los personajes y los
planetas de los cielos,
entonces conocería su
movimiento y su disposición.
……………………………………………………………
…Allí donde yo pueda ver
todas las plantas
las yerbas, y los árboles
que crecen sobre la tierra.
(1604 Quarto, I, V, 618-620, 634-635)
El santo contempla a la
prostituta como si estuviese leyendo cuidadosamente un libro, toca todas las
partes de su cuerpo y las lee como “planeta”, “plantas”, etcétera.
Escena Catorce: Mefistófeles
tienta a Fausto. En la escena trece el joven santo ha empezado a sospechar que
el Diablo está también al servicio de Dios. La escena catorce corresponde a una
verdadera ruptura de la realidad, Mefistófeles es, en este punto de la
producción, como un informador policiaco. Hace tres papeles: el de
Mefistófeles, el de Ángel Bueno y el de Ángel Malo.
No es por accidente por
lo que el doble Mefistófeles se viste como un jesuita para tentar a Fausto a
actuar pecaminosamente. Cuando Fausto empieza a comprender las consecuencias,
evalúa calmadamente las palabras del Ángel Bueno. En esa escena Mefistófeles,
en su papel de Ángel Bueno, le ofrece a Fausto un encuentro con Dios. Actúan
como si estuviesen de noche en un monasterio, como dos monjes insatisfechos que
estuvieran hablando muy quedo para escapar de la atención de todos los demás.
Pero Fausto se niega a arrepentirse.
Escena quince: Las
discusiones astrológicas. Mefistófeles representa el papel de un sirviente leal
que exalta la armonía de la creación de su amo al duplicar el sonido de las
esferas celestiales. La conversación es interrumpida por dos huéspedes que
hablan de cerveza y de prostitutas. Son los dos actores que han estado sentados
durante toda la representación entre los espectadores: han desempeñado todos
los papeles fársicos (Robin, Vintner, Dick, Carter, eruditos, viejo, etc.). En
estas escenas representan la banalidad que marca nuestra vida cotidiana. Una de
estas escenas cómicas (la del palafrenero) se representa justo después de que
Fausto le pregunta a Mefistófeles “y dime ahora ¿quién hizo el mundo?” Nuestras
banalidades diarias son en sí mismas argumentos contra Dios. Nuestro santo
exige saber quién es el responsable de la creación de este mundo. Mefistófeles
el sirviente de las necesidades malvadas de Dios cae en un pánico real y se
niega a contestar “yo no”.
Escena dieciséis: Lucifer le muestra a Fausto los Siete Pecados Capitales. Fausto los absuelve como Cristo absolvió a María Magdalena. Los Siete Pecados Capitales están representados por las mismas personas: el doble Mefistófeles.
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