1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB:
elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019
VII. NEUROSIS
EL SER EN LA NEUROSIS
HÉCTOR GARBARINO / RAQUEL
VIDAL
¿Tenemos derecho a
suponer la supervivencia de lo originario junto a lo posterior, devenido desde
él?
Sin duda ninguna.
S. FREUD / El malestar
en la cultura
Caso A
El acceso a la instancia
del Ser por mediación de la mujer (4)
Vínculo del Ser y vínculo
dual arcaico (2)
El narcisismo del Ser se
expresa como búsqueda, ilusión o vivencia de una unión ilimitada con el
universo, en otro tiempo y en otro espacio, ajenos a la posibilidad de historización.
Lo fusional del yo, propio del narcisismo yoico primitivo, se expresa como
intento ilusorio de desmentida de la alteridad, que produce efectos de
distorsión de lo témporo-espacial, en tanto coordenadas de la experiencia
interhumana y en tanto tal, por lo menos en parte, pasible de ser historizada,
subjetivizada.
El narcisismo yoico
funcional se opone a la discriminación yo – no yo, pero queda limitado a una
fusión intersubjetiva. El narcisismo del Ser, ilimitado, cósmico, desborda el
narcisismo del yo limitado a la intersubjetividad, estableciendo la continuidad
yo-mundo.
Postulamos que en ciertas
circunstancias de la vida del neurótico, se establece un conflicto entre el Ser
y el yo, diferente del conflicto yo – no yo y del yo con las pulsiones.
Deseamos destacar dos
diferencias clínicas que entendemos relevantes entre el narcisismo yoico
fusional y el narcisismo del Ser.
1) Es característico del
vínculo dual arcaico una intensa idealización, basada en la representación de
una especularización constante, que sostiene la ilusión de uno solo o de dos
que son lo mismo y por lo tanto la expectativa de ser adivinado y aun
anticipado, adquiriendo el lenguaje un carácter de innecesario. Como contracara,
rabia, descalificación, anulación de la palabra, si esta lesiona la
representación especular. El lenguaje, el pensamiento adquieren cualidades
persecutorias, de innecesariedad, en tanto sean registrados como indicadores de
la diferencia yo – no yo, es decir, como ataques a la desmentida de la
alteridad que hiere al narcisismo yoico fusional.
Otra es la relación del narcisismo
del Ser con el lenguaje y el pensamiento. Los pensamientos, el verbo, el discurso,
pueden ser vividos como encarcelantes, tramposos, en tanto adquieren cualidades
de limitantes de la unión cósmica con el universo. El deseo que se activa
entonces es librarse del pensamiento, diferente del deseo de un mismo
pensamiento. Volviendo al Urfaust, parece Goethe estar aludiendo a esta
particularidad del narcisismo del Ser cuando dice: “Acaso llegue a descubrir
que mantiene en lo más hondo unido al universo; acaso pueda contemplar todas
las fuerzas activas y los gérmenes. Y ya tendré que ratificar con las palabras”.
2) Tendencia a congelar
el tiempo, que produce efectos de predominio de la repetición, en oposición a
recordar, elaborar, historizar.
El narcisismo del Ser
también es huidizo de la historización, pero por otros determinantes. No
intenta un congelamiento espacio-temporal aprisionante de representaciones
arcaicas constituidas en un mundo humano, en lo intersubjetivo y en tanto tal,
potencialmente pasibles, por lo menos en parte, de ser subjetivizadas e
historizadas. El Ser se ubica en otro tiempo, y otro espacio, fuera de lo
propiamente humano, todavía ajeno a lo representante. Lo vivenciado tiene el
carácter de presentaciones, no de representaciones.
Podríamos interrogarnos sobre dónde y cómo se inscriben estas presentaciones, dado que parece obligado aceptar su inscripción, en tanto perviven como un modo de la memoria. ¿Tendrían algo de la cualidad del signo perceptivo, en el sentido propuesto por Freud (**) en 1986, en la carta 52?
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