por Bobby Flores
Editado en 1973, marcó el
final de Pescado Rabioso y se transformó -desde la tapa, que no era cuadrada-
en la pieza fundamental del rock de la década del ‘70. “Por” fue un tema que
escribió junto a Patricia Salazar -madre de sus cuatro hijos- que inspiró un
álbum, un libro y cientos de hipótesis sobre su significado
Si hay una masterpiece en
la música rock argentina es Artaud, firmada por Pescado Rabioso pero
grabada por Luis Alberto Spinetta con el hermano y dos viejos amigos
recurrentes.
Fue en 1973, Pescado
Rabioso se separa definitivamente, mal pero sin afectar el cariño, eran
diferencias conceptuales respecto del rumbo artístico que ansiaban para el
futuro.
Quizás nadie entendía del
todo donde estaba apuntando Spinetta, Pescado era una banda fuerte,
definitivamente no necesitaba virar su propuesta, de manera que la nueva
postura de Luis no encajaba en los planes de los otros.
Aunque cuentan las
leyendas que cuando David Lebon, Carlos Cutaia y Black Amaya (los otros
pescados rabiosos) escucharon Artaud quedaron shockeados. Y si ellos que
estaban ahí quedaron shockeados, imagínense lo que lograba este disco con los
que lo escuchaban desde otra galaxia.
Una de las mejores
experiencias de mi vida fue a los 13 años perder mi virginidad auditiva con Artaud
de Spinetta.
Fue por una cuestión
cronológica absolutamente que este sea el primer disco que compré y que escuché
entero solo en mi casa una tarde de otoño. Venía de escuchar sonidos de discos
ajenos que iban desde Troilo hasta Roberto Carlos pero el primer disco que yo
compré fue Artaud.
Es como haber sido el
primer novio adolescente de Jodie Foster, la vara te queda demasiado alta. Artaud
de Pescado Rabioso es nuestro Dark side of the moon. Nada seria igual
después.
Luis mismo me contó que
nada era igual desde ahí para él.
Separado de su banda,
llama a su hermano Gustavo -destacado percusionista- para que lo acompañe.
También recurre a sus amigos de siempre. Emilio Del Guercio y Rodolfo García,
que fueron la base rítmica de Almendra, su grupo previo a Pescado casi
obviamente. Y con ellos se encierra en el estudio a darle forma a ese tsunami de
ideas que lo atormentaban. Es que dedicarse a leer Artaud ya de por sí es
complejo, sumado a la ruptura de su grupo por un lado y por el otro a haber
encontrado a su amor vital, Patricia Salazar, personaje esencial en esta
historia. Luis decía que este disco era para él como (perdón por la analogía
pero es del propio Luis) el primer eructo después del Uvasal. Metáfora de un
brillante dudoso gusto pero muy ilustrativa.
En este disco el amor y
la locura se cruzan todo el tiempo, ya desde la tapa que no era cuadrada pero
el disco entraba perfecto, idea de Luis muy bien terminada por Juan O. Gatti.
Verde y amarilla, como eran los colores de la vida y la pudrición para Antonin
Artaud, solo ilustrada por dos fotos carnet de Artaud, una en la tapa viejo y
otra en la contratapa joven. Mas el sobre interno que era similar a una
gigantesca receta médica, todo era destapacerebros.
Cuando hablo del amor y
la locura cruzándose durante el disco hablo de que hay canciones como “Todas
las hojas son del viento”, bellísima, dedicada a su ex novia Cristina
Bustamante, la muchacha ojos de papel, la del Blues de Cris, que se iba lejos
para siempre y embarazada mezclándose con “Cantata de puentes amarilos”,
canción en forma de suite que dura 9 minutos inspirada por un cuadro de Van
Gogh rescatado a su vez por Antonin Artaud en su ensayo “Van Gogh, el suicidado
de la sociedad”, que a su vez inspiró a Luis en el manifiesto que repartían en
los shows presentando el disco, algo que ya hemos traído aquí. Ese manifiesto
se llamaba “Rock, música dura. La suicidada de la sociedad”. Y asi todo.
Una de las mas celebradas
creaciones de este disco es “Por”. Construida por Luis y su novia entonces
Patricia Salazar, después la madre de sus 4 hijos, Dante, Catarina, Valentino y
Vera. Una mujer única de gracia inigualable. Juntos hicieron la letra de “Por”
que consiste en una serie de sustantivos sin hilo conductor, uno atrás de otro,
que iban escribiendo de la misma manera, uno él, uno ella, con una sola
preposición al final que era justamente por.
Emulando de alguna manera
esos ejercicios literarios de Antonin Artaud, el autor del trascendente “El
teatro y su Doble”, y de “Heliogábalo” historia del primer príncipe transgénero
de la humanidad. Asesinado cruelmente demasiado joven.
Vale decir que poner de
mascarón de proa a Artaud no aseguraba absolutamente nada aquí, ni desde lo
artístico ni desde lo económico. Fue un disco que se planeó y se ejecutó desde
la más esclarecida libertad creativa. Inspirado por la obra del francés, que
pasó su vida experimentando arte y terminó sus días de gira por varios
loqueros.
“Por” tiene una letra
deshilachada y carente de cualquier tipo de referencias, aun así, lo que ha generado
pasado el tiempo este tema es inimaginable. Por citar dos brillantes ejemplos
recientes que hacen de “Por” una gema basta nombrar el disco del gran pianista
Diego Schissi “Te” que consiste en 19 temas instrumentales inspirados en las
palabras que hacen “Por”, y el libro de Eduardo Berti, escritor argentino que
ya había trabajado con Luis “Por, lecturas y reescrituras de una canción de
Luis Alberto Spinetta” que aborda la canción brillantemente desde lo musical,
lo narrativo y lo lúdico, ya que la edición incluye un juego de naipes ad hoc
ilustrado con todos los sustantivos que nombra la canción.
Conozco y hablé con ambos
del asunto y coincidieron en un punto, la genialidad que demuestra la canción,
un juego entre una pareja de veinteañeros en una casa de Bajo Belgrano, que
escuchando una música compuesta por ellos mismos empezaron a colocar palabras
que armonizaran con esos acordes.
Muchos han intentado
estudiar la secuencia, el metamensaje, algún código secreto o alguna
deconstrucción de “Por” y a nada sólido han llegado. No hay lógica ni
testamento alguno en la canción, es genio nomas. Salió perfecta. Tanto así que
hoy a casi 50 años de compuesta acá estamos hablando de ella.
Árbol hoja salto luz
aproximación
Mueble lana gusto pie
Te mar gas mirada
Nube loba dedo cal
gesticulador
Hijo cama menta sien
Rey fin sol amigos cruz
Alga dado cielo riel
Stalactita mirador
Corazón
Hombre rayo rayo felpa
sed
Extremidad insolación
parecer
Clavo coito dios temor
mujer
Por
Más de Artaud en el final.
Luis contaba de una vez,
en ese año, en una razzia policial tan en boga en esa década nefasta
socialmente hablando en este país, levantan a Luis y va a parar a un calabozo
que había en la comisaria 31, en la avenida Cabildo. Sin nada que hacer más que
esperar que lo suelten empieza a mirar las paredes encontrando frente a él
mismo, escrita a los apurones, un pedazo de canción que algún huésped anterior
sin nada que hacer también escribió con un lápiz.
La canción era de él, de
Artaud, justamente de “Cementerio Club”. La parte que dice
- ... que solo y triste
voy a estar en este cementerio –
-¿Y vos qué hiciste? -le
preguntamos.
Contestó:
Le escribí lo que seguía
-... que calor hará sin
vos en verano –
En un par de años se
cumplirán 50 años de Artaud.
Ya imagino la cantidad de
homenajes y reescrituras que lloverán torrencialmente sobre nosotros.
Solo me atrevo a decir
esto:
Nada, en absoluto, nada ni nadie logrará siquiera acercarse a la desmesurada belleza y originalidad de esta obra maestra.
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