PLANTEO DEL ASUNTO (3)
Narrativo (2)
Tal vez uno de los mejores
ejemplos de concisión sea, con toda su ingenuidad, Pobre corazón mío,
sobre todo en su última estrofa:
Entonces
en mis ojos
sentidos
lagrimones,
sacando
los cuchillos
salimos
él y yo
y
mientras me llevaban
seguían
los bandoneones
y
la mujer aquella
entró
al baile y bailó.
La condensación es increíble;
en el tiempo que queda entre dos versos, salimos él y yo / y mientras me llevaban,
cabe todo el duelo criollo, y en los dos últimos, todo lo que debemos saber de
la mujer y todo el dolor el hombre.
En el fin de Pan vemos
el mismo contar apretado, agrupando hechos en palabras escuetas,
sobrentendiendo frases y acciones, eliminando verbos en los últimos versos:
Se
durmieron todos,
cachó
la barreta;
si
Jesús no ayuda
que
ayude Satán…
Un
vidrio, unos gritos,
carreras,
auxilio,
un
hombre que llora
y
un cacho de pan.
Pero se va más lejos: en Gimiendo
alcanza, y cómodamente, una sola estrofa breve -ocho exasílabos- para toda
la anécdota, incluyendo algún detalle más, como el nombre del rival. Y el duelo
criollo se dice en forma sobriamente orgullosa y casi tan elíptica como la que
vimos antes:
Bailaba
engrupida
con
el Ñato Abrojo
y
manyé en sus ojos
le
hablaba de amor.
Perdí
la cabeza
relució
la faca,
triunfó
la destreza
y
ganó el mejor.
Compárese con el breve
relato de la vuelta de Martín Fiero a su rancho este brevísimo de la vuelta del
protagonista de Olga, amigo a su ‘nido’:
volví
al mío
y
estaba desierto;
mi
esposa había muerto
mis
hijos, no sé.
O véase el telegráfico
fin de la rápida aventura parisina, tan rápida que cabe en una estrofa, de un ‘morocho
y argentino’ en Araca, París:
Comisaría,
jueces
y
el pasaporte
y
terminó mi vida
de
gigoló.
La narración se hace en
primera, segunda o tercera persona; se cuenta directamente a través de un
narrador; se cuenta dirigiéndose a alguien o no; se cuenta acusando, evocando,
sufriendo, burlándose.
Mencionamos ya la que parece una clara vinculación de este narrar con el de la milonga. Indicamos también cómo otros ritmos que convivieron con el tango comparten algunas de sus cualidades, por ejemplo, esta: algunos valses -La pulpera de Santa Lucía, Tu olvido- algunas canciones -Gajito de cedrón, Pobre gallo bataraz- supieron cantar con virtudes parecidas.
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