(Vivir en Lepanto)
Hay un secreto
repicar de mi
barrio
y es un discreto
crepitar de las
cruces.
Florecen como
luces.
(Lo dijo Graham
Greene)
A veces puedo
agradecer las locas
olas del miedo.
Porque sin la
desgracia
no brillaría la
gracia.
(Del rojo vuelo)
Las estaciones
de Vivaldi nacieron
de las canciones.
El pueblo componía.
Y el genio las oía.
(La infanta y el
tragafuegos)
Mi llamarada
quemó el París
nocturno
y tu mirada
penetró en mi
tristeza
y entreabrió la
Belleza.
(La oración de Sor
Juana)
Primero sueño
la misión señalada
sin tener dueño.
Y aunque cantar me
cueste
ir de vuelo en la
peste.
(Primero sueño)
Los pensamientos
no caben en la luz
de
los sentimientos.
Aparece una
historia
y Dios es tu
memoria.
(Lo hizo Walt
Whitman)
No comprendemos
ni el amor ni el
olvido
pero sabemos
aliviarnos las
vidas
en las horas
heridas.
(Pobre gajo lunar)
Desasosiego
de un corazón que a
veces
se queda ciego.
Y sin embargo
siente
que su fe no le
miente.
(Brindis con
Amadeus)
Fueron tus vientos
los que me
iluminaron
los desalientos.
Porque soplaste
fuerte
y peinaste a la
muerte.
(Lo explicó Kübler-Ross)
Saber rendirse
y aceptar los
horrores
antes de irse.
Lo que queda
prohibido
es darse por
vencido.
(Mensaje para el
corazón del lector)
Risas que riego
en mi jardín amargo
y a veces ruego
que me alcance la
vida
para calmar tu herida.
(El equilibrismo
más alto)
No soy yo mismo.
Cuando entro en el
espejo
brilla un abismo.
Toda vida espantada
ve la verdad amada.
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