(Los sastres que estafaron a la ceguera del rey de la utopía o los mitos vacíos de la culturosis tontovideana)
para Hans Christian
Andersen
Los caraduras
que falsearon tu
traje
mueren a oscuras.
Nadie quiere
mirarlos.
Es más sano
olvidarlos.
(Ojos mal cerrados)
para Stanley
Kubrick
Mirar la orgía
donde Ella venció
al circo
de tu agonía.
Y maldecir tu
máscara.
Era una triste
cáscara.
(Compensación del
consumismo salvaje)
Es infinita
la bondad de la
gente
que necesita
no venderse a
placeres
ni a sucios
mercaderes.
(Bodas)
Estas veredas
me perfuman
pasiones
tan verdaderas
que parecen moradas
de almas
enamoradas.
(Noche del
Feliciano)
No tiene precio
vivir aquí en mi
barrio
y no hay desprecio
que me robe la
calma
que me cae en el
alma.
(Amor del bueno)
El mundo raro
de nuestro vuelo de
oro
es como un faro.
Todo el mundo se
asombra
de no vernos la
sombra.
(Rosedal de Martí)
Cultivo versos
que tratan de
entrar en
los universos
de cada vida rota.
Les besan la
derrota.
(El desafío del
techo de la Capilla Sixtina)
Lo que pediste
te fue multiplicado
porque pudiste
tenerle fe a tu
dedo:
un huesito sin
miedo.
(Esperando la Gran
Aventura)
Mi barrio alcanza
para caldear la
vida
que no se cansa
de cantarle a su
Día.
El de la Gran
Poesía.
(Fe del lisiado)
Mi amor renguea
tratando de que
nadie
venga y lo vea.
Pasó toda la vida.
Mi bastón no se
olvida.
(La mañana más blanca)
Transfigurado
por el domingo
eterno
que nos fue dado
voy subiendo la
vida.
Y el infierno se
olvida.
(Lo dijo Machado)
Desesperados
viven los que no
inventan
sueños dorados.
La verdad más
divina
es la que se adivina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario