miércoles

San Juan de la Cruz (191)

 DECLARACIÓN

 

64 / De esta manera, por poco más que nada, causa gravísimos daños, haciendo al alma perder grandez riquezas, sacándola con un poquito de cebo, como al pez del golfo de las aguas sencillas del espíritu, adonde estaba engolfada y anegada en Dios sin hallar pie ni arrimo. Y en esto la saca a la orilla dándola estribo y arrimo, y que halle pie, y que vaya por su pie, por tierra, con trabajo, y no nade por las aguas de Siloé, que van con silencio (Is, 8,6), bañada en las unciones de Dios. Y hace el demonio tanto caso de esto, que es para admirar; que, con ser mayor un poco de daño en esta parte que hacer muchos en otras almas muchas, como habemos dicho, apenas hay alma que vaya por este camino que no la haga grandes daños y haga caer en grandes pérdidas; porque este maligno se pone aquí con grande aviso en el paso que hay del sentido al espíritu, engañando y cebando a almas con el mismo sentido, atravesando, como habemos dicho, cosas sensibles. No piensa el alma que hay en aquello pérdida, por lo cual deja de entrar en lo interior del Esposo, quedándose a la puerta a ver lo que pasa afuera en la parte sensitiva. Todo lo alto ve -dice Job (41,25) -el demonio, es a saber, la alteza espiritual de las almas para impugnarlas. De donde, si acaso alguna alma se le entra en el alto recogimiento, ya que de la manera que habemos dicho no puede distraerla, a lo menos con horrores, temore o dolores corporales, o con sentido y ruidos exteriores, trabaja por poderla hacer advertir al sentido, para sacarla fuera y divertirla del interior espíritu, hasta que, no pudiendo más, la deja. Mas es con tanta facilidad las riquezas que estorba y estraga a estas preciosas almas, que, con preciarlo él más que derribar muchas de otras, no lo tiene en mucho por la facilidad con que lo hace y lo poco que le cuesta. Porque a este propósito podemos entender lo que de él dijo Dios a Job, es a saber: Absorberá un río y no se maravillará, y tiene confianza que el Jordán caerá en su boca, que se entiende por lo más alto de la perfección. En sus mismos ojos la cazará como con anzuelo, y con alesnas le horadará las narices (40,18); esto, con las puntas de las noticias con que la está hiriendo la divertirá el espíritu, porque el aire, que sale por las narices recogido, estando horadada, se divierte por muchas partes. Y adelante dice: Delante de la faz de él estarán los rayos del sol, y derramará el oro debajo de sí como el lodo (41,21). Porque admirables rayos de divinas noticias hace perder a las almas ilustradas, y precioso oro de matices divinos quita y derrama a las almas ricas.

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