EL VERSO (2)
Por atender a fórmulas no
siempre adecuadas o razonables, se pone a menudo en una línea cantidad de sílabas
que no pueden decirse de una tirada sin forzar las cosas, sin violentar el
ritmo. La mejor verificación de las divisiones naturales, de los verdaderos ‘versos’
-cuando no son declarados por la rima- se encuentra en la voz de un cantor de
buen tempo y buen fraseo, como Gardel, Entonces ve, por ejemplo, que
imposibles líneas de dieciséis sílabas se parten dos honestos octosílabos. Es
el caso de las estrofas primera y tercera de Amurado:
Cam pa ne o mi ca tre ra y laen cuentro de so la da
Aquí vemos de nuevo el
verso confundido con el motivo musical. Este consta de ocho semicorcheas a cada
una de las cuales corresponde una sílaba; y a cada instancia del motivo
corresponde un octosílabo.
Pero conscientemente o
no, los letristas trabajan a menudo con grupos silábicos menores: los que
dependen de cada acento; grupos que son la base rítmica de toda forma poética y
con más razón de esta que obedece a una música tan fuertemente acentuada. Cada
uno de esos acentos coincide con el o los acentos importantes de cada compás.
Cam pa ne o mi ca tre
ra
Amurado
red del
a rra bal
Madreselva
Y el poeta,
premeditadamente o no, como dijimos, subraya en su letra esos acentos musicales
y métricos rimándolos. No son rimas obligadas, como la que considera necesarias
al fin del verso; las hace sin precisión pero con significativa frecuencia:
Campaneo
En la timba
mi catrera
de mi vida
y la encuentro me planté con
desolada, siete y medio,
sólo tengo
cementerio
de recuerdo
de mi vida
el cuadrito
convertido
que está allí.
un jardín.
Salvo algunos torpes que
creen necesario decir las largas frases de un tirón y evitan para eso apoyos y
pausas inherentes al ritmo -o en caso contrario las fuerzan, los cantores
marcan esos acentos, esas divisiones aun sin proponérselo; simplemente,
obedeciendo a la música.
En algunos tangos esas
dos, tres, cuatro o cinco sílabas son suficientes al autor para completar el
verso. Cuando se trata de estrofas enteras el más frecuente es estos versos
cortos es el pentasílabo, como en Madreselva o en Buenos Aires:
Vieja pared
Noche porteña
del arrabal bajo tu
mando
tu sombra fue
risas y llantos
mi compañera. muy juntos van,
No hay comentarios:
Publicar un comentario