jueves

ESTÉTICA DE LA CREACIÓN VERBAL (86) - M. BAJTIN


 EL PROBLEMA DEL AUTOR (4)

 

3  / 1 La sustitución del contexto axiológico del autor por el contexto literario. De esta manera, hemos establecido que la actitud del artista hacia la palabra como tal es un momento secundario y derivado, determinado por su actitud primaria hacia el contenido, es decir, hacia la dación inmediata de la viday del mundo de la vida, de su tensión ético-cognoscitiva. Se puede decir que el artista elabora el mundo con la ayuda de la palabra, para lo cual la palabra debería superarse inmanentemente como tal, llegar a ser la expresión del mundo de los otros y la expresión de la actitud del autor hacia el mundo. El estilo propiamente verbal (la actitud de autor hacia la lengua y los modos de operar la lengua condicionados por esta actitud) es el reflejo, en la naturaleza dada del material, de su estilo artístico (actitud hacia la vida y el mundo de la vida y el modo de representar al hombre y el mundo condicionado por dicha actitud); un estilo artístico no trabaja mediante palabras, sino con los momentos del mundo, los valores del mundo y de la vida; puede ser definido como conjunto de procedimientos para formación y conclusión del hombre y de su mundo, y este estilo determina la actitud hacia el material, la palabra, cuya naturaleza debe ser desde luego conocida para comprender esta actitud. Un artista se refiere al objeto directamente como a un momento del acontecimiento del mundo, lo cual determina luego (aquí, por supuesto, no se trata del orden cronológico sino de una jerarquía de valores) su actitud hacia el significado objetivo de la palabra en tanto que momento de un contexto puramente verbal, define la utilización del momento fonético (imagen fónica), del momento emocional (la emoción misma se relaciona valorativamente con el objeto, está dirigida a él y no a la palabra, a pesar de que el objeto puede no ser dado fuera de la palabra), del momento pictórico, etc.

 

La sustitución del contenido por la forma (o la sola tendencia a tal sustitución) elimina la tarea artística reduciéndola a un momento secundario y totalmente determinado: la actitud hacia la palabra (con lo cual se aporta, por supuesto, también el momento primario de la actitud hacia el mundo en una forma acrítica; sin esta aportación no habría nada que decir).

 

Pero es posible la sustitución del contexto valorativo real del autor no por un contexto verbal, lingüístico (comprendido a la luz de la lingüística), sino por uno literario, es decir, por un contexto artístico verbal -o sea por la lengua ya elaborada en función de una cierta tarea artística primaria (por supuesto, habría que suponer la existencia, en una especie del pasado absoluto, de un acto creativo primario que no transcurría en un contexto literario, que aun no existía). De acuerdo con esta concepción, el acto creador del autor se realiza en un contexto de valores puramente literario, sin abandonar sus límites por ningún motivo y cobrando su sentido únicamente dentro de él: en ese contexto se origina como valor, y también se concluye y luego muere. El autor encuentra dada la lengua literaria, las formas literarias (el mundo de la literatura y nada más); allí nace su inspiración, su impulso creador por instaurar nuevas formas o combinaciones en ese mundo literario, sin abandonar sus límites. Efectivamente, existen obras concebidas, gestadas y engendradas en un mundo estrictamente literario, pero esas obras se discuten muy raras veces a causa de su nulidad artística absoluta (por lo demás, yo no me decidiría a afirmar categóricamente que tales obras sean posibles).

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