sábado

HACIA UN TEATRO POBRE (16) - JERZY GROTOWSKI

  

 EL NUEVO TESTAMENTO DEL TEATRO 

 

EUGENIO BARBA Y JERZY GROTOWSKI (8)

 

¿Cómo puede ese tipo de teatro expresar el desasosiego que varía según los individuos?

 

A fin de que el espectador pueda ser estimulado para lograr un autoanálisis cuando se enfrenta con el actor, tiene que haber algún terreno común en ambos, algo que se pueda descartar con un gesto o pueda venerarse en conjunto. Por tanto, el teatro debe atacar lo que podría catalogarse como los complejos colectivos de la sociedad, el meollo del inconsciente colectivo o quizá de lo superconsciente (no importa cómo lo llamemos); los mitos que no son una invención de la mente sino que, por decirlo así, nos han sido trasmitidos por la sangre, la religión, la cultura y el medio ambiente.

 

Pienso en esas cosas que son tan elementales y que están tan íntimamente asociadas con nosotros que sería difícil someterlas a un análisis racional. Por ejemplo los mitos religiosos: el mito de Cristo y de María; los mitos biológicos: el nacimiento y la muerte, el simbolismo amoroso o, en un sentido mucho más amplio, Eros y Tánatos; los mitos nacionales que sería muy difícil traducir a fórmulas, aunque su presencia pueda sentirse en nuestra sangre cuando leemos la parte tercera de la obra de Mickiewicz, Los antepasados de Eva, el Kordiam de Slowacki, o el Avemaría.

 

No se trata de la búsqueda especulativa de ciertos elementos que puedan reunirse en una representación. Si empezamos a trabajar en una representación teatral o en un papel violando la parte más íntima de nuestro ser, buscando aquellas cosas que pueden herirnos más profundamente, pero que al mismo tiempo nos producen el sentimiento total de verdad purificadora, entonces caeremos inevitablemente en las representaciones colectivas. Es necesario estar familiarizado con este concepto a fin de no errar el camino real una vez que se ha encontrado. Sin embargo, no es posible imponerlo de antemano.

 

¿Cómo funciona esto en una representación teatral? No trato de dar ejemplos aquí, pienso que se explica lo suficiente cuando se describen Akropolis, el Doctor Fausto y otras representaciones. Sólo deseo llamar la atención sobre una característica especial de estas sesiones teatrales que combinan la fascinación y la negación excesiva, la aceptación y el rechazo: el ataque a lo sagrado (representaciones colectivas), la profanación y el culto.

 

Se debe partir del trampolín que representa el texto y que ya está cargado en demasía de un número de asociaciones generales. Necesitamos un texto clásico al que podamos devolverle, mediante una especie de profanación, su verdad, o un texto moderno que aunque banal y estereotipado en su contenido pueda tener raíces profundas en la psique de la sociedad.

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