UGENIO BARBA Y JERZY GROTOWSKI (2)
El nombre de “Laboratorio
Teatral” hace pensar en una investigación científica. ¿Es esta una asociación
apropiada? (2)
Para el escenógrafo, el
teatro es antes que nada un arte, un arte plástico y eso puede tener
consecuencias positivas. Los diseñadores apoyan a menudo el teatro literario,
exigen que el decorado y los actores respeten el drama. Esta exigencia no
revela un deseo de servir a la literatura, sino un mero complejo frente al
director. Prefieren pasarse del lado del dramaturgo puesto que está más alejado
y es menos capaz de poner coto a sus ocurrencias. En la práctica, los
escenógrafos más originales sugieren una confrontación con el texto y una visión
plástica que supere y revele la imaginación del dramaturgo. No es probablemente
una coincidencia que los escenógrafos polacos sean a menudo los pioneros de
nuestro teatro en Polonia. Explotan las numerosas posibilidades que les ofrece
el desarrollo revolucionario de las artes plásticas durante el siglo XX, que,
en menor grado, inspiró a dramaturgos y directores.
¿No implica esto cierto
peligro? Los críticos que acusan a los escenógrafos de dominar el escenario
apuntan más de un argumento objetivo válido, el único problema es que su premisa
es errónea. Es como si le echaran la culpa a un carro por caminar más
rápidamente que un caracol. Esto es lo que los molesta y no que la visión del
escenógrafo domine a la del actor o a la del director. La visión del
escenógrafo es creativa, no estereotipada, y aun si lo es pierde su carácter
tautológico mediante un proceso inmenso de magnificación. Sin embargo, el
teatro se transforma -lo quiera el escenógrafo o no- en una serie de cuadros
vivos. Se convierte en una especie de cámara oscura “monumental”, una linterna
mágica “impresionante”. Pero ¿no deja entonces de ser teatro?
Finalmente, ¿qué es el
teatro para el director? Los directores llegan al teatro después de fallar en
otros campos. Aquel que alguna vez soñó en convertirse en dramaturgo
generalmente termina como director. El actor que es un fracaso, la actriz que
alguna vez actuó como la joven estrella y se está volviendo vieja pueden ser directores.
El crítico de teatro que
durante largo tiempo ha tenido un complejo de impotencia frente a un arte del
que ya no puede decir nada también empieza a dirigir.
El superdotado profesor de literatura, que está cansado del trabajo académico, se considera suficientemente competente para convertirse en director, sabe lo que es el drama: y ¿qué otra cosa es el teatro para él sino la representación de un texto?
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