Viggo
Mortensen (Nueva
York, 1958), el más madrileño de los actores estadounidenses –y el más
argentino de los daneses–, acaba de estrenar su debut como director, Falling, drama
familiar sobre un hombre gay y su padre homófobo, que parecen simbolizar dos
mitades de una misma sociedad que ya no logran entenderse.
¿Describe Falling, a su
manera, la polarización de la sociedad estadounidense?
La historia de la familia
ficticia en Falling, con sus conflictos y su
polarización, puede ser vista, si uno desea buscar una conexión metafórica,
como una especie de microcosmos de la sociedad en general, y no solamente la de
los Estados Unidos. Las pandemias del odio y de los conflictos sociales siempre
han sido plagas para la humanidad, y siempre habrá que resistirlas y
neutralizarlas mediante la educación y ejemplos de empatía y compasión.
¿Por qué ambientó su película en
California y no en Lavapiés, Boedo o Vesterbro?
Porque ahí es donde viven algunos
de los personajes en el guion que escribí.
¿Cuál es su pronóstico para las
elecciones de noviembre?
Trump pierde la presidencia, y el
Partido Republicano también pierde su mayoría en el Senado.
¿Qué tiene Madrid que no tenga Nueva
York?
Es, desde 1561, la capital de
España.
¿Qué echa de menos de Estados Unidos?
Muchas cosas, pero sobre todo a
mi hijo.
¿Y qué se alegra de mantener a
distancia?
En cualquier lugar del mundo
intento mantener a distancia al odio y a la crueldad, a la arrogancia y a la
avaricia.
¿Cuál es su palabra favorita en inglés?
No hay una sola.
¿Y cuál eliminaría del diccionario?
Ninguna.
¿Con qué director estadounidense le
falta trabajar?
Con varias directoras y varios
directores, supongo, aunque no me fijo en los directores cuando busco trabajo.
Me fijo en las historias que quieren contar. Hay actores que han dicho de ciertos
directores que harían cualquier cosa con ellos o ellas. Yo no soy así. Lo que
los directores quieren contar es lo más importante para mí. Si no me gusta el
cuento, paso, sin importarme quién lo dirige.
¿De qué película española rodaría
un remake en Hollywood?
Yo no me imagino ni escribiendo
ni rodando un remake.
¿A qué intérprete español le daría un
Oscar?
Yo no le daría un Oscar a nadie.
Ni a una persona española ni a ninguna persona de ningún otro país. No es mi
responsabilidad. Además, entiendo que la entrega de un Oscar por una
interpretación se vota en base de un trabajo específico, y no a una persona por
ser esa persona.
¿Qué pintor reflejó mejor el alma
estadounidense?
Admiro a muchos pintores de los
Estados Unidos, pero ningún país tiene solo un alma.
¿Qué museo estadounidense ha visitado
más veces?
El MoMA, en Nueva York.
¿A qué fotógrafo estadounidense
coleccionaría?
Admiro a muchas mujeres y a
muchos hombres que han trabajado como fotógrafos en los Estados Unidos. Entre ellos, Dorothea Lange, Margaret Bourke-White, Jeff Wall, Edward
Weston, Walker Evans, Edward S. Curtis, Imogen Cunningham, Alfred Stieglitz,
Man Ray, Paul Strand, Robert Frank, William Eugene Smith, Helen Levitt, Vivian
Maier, Berenice Abbott, Lee Friedlander, Joel Meyerowitz, Lynsey Addario, Steve
McCurry, Deana Lawson, Lindsay Brice, Alec Soth, William Eggleston, Bruce
Weber, Wynn Bullock… ¡Y a
muchos más!
¿A qué personaje de la tradición
estadounidense le gustaría interpretar?
Yo siempre he elegido, cuando he
tenido el lujo de esperar a que alguien me ofrezca un desafío a mi gusto antes
de que influyan mis necesidades económicas, historias que me interesan. No
busco ni sueño con personajes por sí solos.
¿Qué está socialmente valorado en Estados
Unidos?
Es una pregunta muy amplia.
Demasiado amplia. ¿Valorado por quién? ¿Valorado por encima de qué o en vez de
qué?
¿Qué canción estadounidense elegiría
como autorretrato?
Lo siento, no puedo elegir una sola canción. En todo caso, el autorretrato sigue tomando forma.
(EL PAÍS / 17-10-2020)
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