¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas
del sentido
que estaba oscuro y
ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a
su Querido!
DECLARACIÓN
33 / De donde en este tiempo totalmente se ha de llevar el alma por modo contrario del primero; que si antes le daban materia para meditar y meditaba, que ahora antes se la quiten y no medite, porque, como digo, no podrá, aunque quiera, y, en vez de recogerse, se distraerá; y si antes buscaba jugo y amor y fervor y le hallaba, ya no le quiera ni le busque, porque no sólo no le hallará por su diligencia, mas antes sacará sequedad, porque se divierte del bien pacífico y quieto que secretamente le están dando en el espíritu, por la obra que él quiere hacer por el sentido. Y así, perdiendo lo uno, no hace lo otro, pues ya no le dan los bienes en sel sentido como antes. Y por eso en este estado de ninguna manera la han de imponer en que medite y se ejercite en actos, ni procure sabor ni fervor, porque sería poner obstáculo al principal agente, que, como digo, es Dios, el cual oculta y quietamente anda poniendo en el alma sabiduría y noticia amorosa sin especificación de actos -aunque algunas veces los hace especificar en el alma con alguna duración-; y así, entonces el alma también se ha de andar sólo con advertencia amorosa a Dios, sin especificar actos, habiéndose, como habemos dicho, sin hacer de suyo diligencias, con la determinación y adevertencia amorosa, simple y sencilla, como quien abre los ojos con advertencia de amor.
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