“ESTO LO ESTOY TOCANDO MAÑANA”
"El jazz es
para mí una especie de presencia continua, incluso en lo que escribo. Mi
trabajo de escritor se da de una manera en donde hay una especie de ritmo, que
no tiene nada que ver con las rimas y las aliteraciones, si no una especie de
latido, de swing, como dicen los hombres de jazz, que si no está en lo que yo
hago, es una prueba de que no sirve y hay que tirarlo"
Julio Cortázar tuvo
varios amores de su vida. Entre ellos la música, especialmente el jazz.
Si buceamos por su obra, podemos encontrar bellas analogías entre música y su
literatura. Sabemos que Charlie Parker, fue en quien se inspiró para construir
el personaje de Johnny, en su imprescindible relato El perseguidor,
aquel que decía “Esto lo estoy tocando mañana”.
El jazz, sin dudas,
atrapaba a Cortázar desde su libertad de improvisación, desde su vuelo casi
afiebrado, y tal vez desde ese lugar constituía una representación de la forma
en que él concebía su propia literatura. Dijo alguna vez:
“Cuando escribo mis
cuentos, yo sé cómo comienzan, pero nunca cómo van a terminar”. Entonces, hay
un juego simbiótico entre el jazz (a través de su expresión poética) y los
textos de Cortázar (a través de sus rasgos de improvisación). Más allá de las
referencias concretas a la música en diferentes momentos de Rayuela, cuando
Horacio y La Maga se juntan con su Club de amigos a escuchar y discutir sobre
jazz; más allá del gusto por el tango (más por Buenos Aires que por el tango)
que lo llevó a escribir algunas canciones junto a su amigo Tata Cedrón, quedan
unas definiciones a voz en cuello sobre cómo percibía la música. Aquí van
algunas de ellas, no sin cierto análisis esquemático:
“El primer disco de
jazz que escuché por la radio quedó casi ahogado por los alaridos de espanto de
mi familia, que naturalmente calificaba eso de música de negros, eran incapaces
de descubrir la melodía y el ritmo no les importaba.
”A partir de ahí
empezaron las peleas, porque yo trataba de sintonizar jazz y ellos buscaban
tangos. De todos modos empecé a retener nombres y me metí en un universo
musical que a mí me parecía extraordinario. Por la simple razón de que, aunque
me gustaba y me sigue gustando el tango, me bastó escuchar algunas grandes
interpretaciones de jazz para medir la inmensa diferencia cualitativa que hay
entre esas dos músicas. […]
”El tango es muy
pobre con relación al jazz, el tango es pobrísimo, paupérrimo, permite
únicamente una ejecución basada en la partitura y sólo algunos instrumentistas
muy buenos –en este caso los bandoneonistas– se permiten variaciones o
improvisaciones mientras todos los demás de la orquesta están sujetos a una
escritura. […]
”El jazz, en
cambio, está basado en el principio opuesto, en el principio de la
improvisación.
”Una de las
experiencias más bellas en el jazz es escuchar eso que llaman los takes, es
decir, los distintos ensayos de una pieza antes de ser grabada, y observar cómo
siendo siempre la misma es también otra cosa. […]
”Todo lo cual a mí
me parecía tener una analogía muy tentadora de establecer con el surrealismo.
[…] el jazz me daba a mí el equivalente surrealista en la música, esa música
que no necesitaba una partitura.”
”Nadie ha podido explicar qué cosa es el swing. La explicación más aproximada es que si vos tenés un tiempo de cuatro por cuatro, el músico de jazz adelanta o atrasa instintivamente esos tiempos, que según el metrónomo deberían ser iguales. […] El buen auditor de jazz escucha ese jazz e inmediatamente está en un estado de tensión. El músico lo atrapa por el lado del swing, del ritmo, de ese ritmo especial. Y, mutatis mutandis, eso es lo que yo siempre he tratado de hacer en mis cuentos.”
Julio Cortázar
amaba la música clásica, el tango y sobre todo el jazz. Ritmo y swing eran para
él elementos indispensables en su escritura. "Esto lo estoy tocando
mañana" es un documental que explora el vínculo misterioso y apasionante
entre música y literatura a través del testimonio de personalidades destacadas.
Cortázar falleció el 12 de febrero de 1984. Seguro que allá donde esté, el silencio se ahoga entre el agudo y mágico sonido de la trompeta.
(CULTURA INQUIETA / 23-8-2016)
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