¿Cuán venenoso es el LSD? (2)
El LSD se absorbe fácil y completamente en el tubo digestivo. Por tanto,
salvo fines especiales, no es necesario inyectar el LSD. Con LSD marcado
radioactivamente se pudo comprobar en experimentos con ratones que, salvo un
resto pequeño, el LSD administrado por vía endovenosa desaparece muy pronto del
torrente circulatorio, para distribuirse en todo el organismo.
Sorprendentemente la concentración más baja se encuentra en el cerebro. Aquí se
concentra en determinados centros del cerebro intermedio, que tiene un papel en
la regulación de la vida afectiva. Estos hallazgos dan indicios sobre la
localización de determinadas funciones psíquicas en el cerebro.
La concentración de LSD en los diversos órganos alcanza sus máximos unos
diez a quince minutos después de la inyección; luego decae rápidamente. Una excepción
la constituye el intestino delgado, en el que la concentración alcanza su
máximo a las dos horas. La eliminación del LSD se produce en su mayor parte, en
un 80 %, por el hígado y la bilis a través del intestino. El producto excretado
contiene un 1 % al 10 % de LSD inalterado; el resto está compuesto por diversos
productos de transformación.
Dado que los efectos psíquicos del LSD siguen cuando ya no se puede verificar
su presencia en el organismo, debe suponerse que ya no actúa como tal, sino que
pone en movimiento determinados mecanismos bioquímicos, neurofisiológicos y psíquicos
que llevan al estado de embriaguez, y que luego continúan sin sustancia activa.
El LSD estimula centros del sistema nervioso simpático en el cerebro
intermedio, lo cual conduce a la dilatación de las pupilas, al incremento de la
temperatura corporal y el aumento del nivel de gleucemia. Ya se mencionó el efecto
contractor del útero del LSD.
Una propiedad farmacológica particularmente interesante del LSD,
descubierta por J. H. Gaddum en Inglaterra, es su efecto bloqueador de la
serotonina. La serotonina es una sustancia activa natural que aparece en
diversos órganos del organismo de animales de sangre caliente. Está concentrada
en el cerebro intermedio y tiene un papel importante en la transformación de
estímulos en ciertos nervios y con ello en la bioquímica de las funciones
psíquicas. Durante un tiempo se atribuyeron los efectos psíquicos del LSD a la
perturbación de las funciones naturales de la serotonina. Pero pronto se mostró
que también ciertos derivados del LSD, unos compuestos en los que la estructura
química del LSD está apenas modificada, y que no presentan propiedades alucinógenas,
impiden los efectos de la serotonina tanto o más que el LSD puro. Por lo tanto,
el efecto bloqueador de la serotonina por parte del LSD no basta para explicar
sus propiedades alucinógenas.
El LSD también influye en funciones neurofisiológicas conectadas con la dopamina,
una sustancia de tipo hormonal igualmente natural. La mayoría de los centros
cerebrales que responde a la dopamina se activan con el LSD; otros se ven
amortiguados.
Todavía no se conocen los mecanismos bioquímicos a través de los cuales el LSD desarrolla sus efectos psíquicos. Investigaciones sobre la interrelación entre el LSD y factores cerebrales como la serotonina y la dopamina son ejemplos de cómo el LSD puede servir de instrumento para estudiar los procesos bioquímicos que están en la base de las funciones psíquicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario