El cornezuelo de centeno (1)
Aquí vienen a cuento unos datos retrospectivos sobre esta seta. (1) El cornezuelo
es producido por una seta inferior (Claviceps purpurea), que prolifera
sobre todo en el centeno, pero también en otros cereales y en gramíneas
silvestres. Los granos atacados por esta seta evolucionan transformándose en
conos entre marrón claro y marrón-violeta, combados (esclerótidos), que se
abren paso en las espeltas en vez de un grano normal. Desde el punto de vista
botánico, el cornezuelo de centeno es un micelio duradero, la forma invernada
de la seta. Oficialmente, es decir, para fines curativos, se emplea el citado
cornezuelo del centeno (Secale cornutum).
Su historia es una de las más fascinantes del mundo de las drogas. En el
transcurso del tiempo, su papel e importancia han ido invirtiéndose: temido al
comienzo como portador de veneno, se transformó, con el correr del tiempo, en
un rico filón de valiosos medicamentos.
El cornezuelo ingresa en la historia en la Alta Edad Media, como causa de
envenenamientos masivos que se presentan a modo de epidemia y durante los
cuales mueren cada vez miles de personas. El mal, cuya conexión con el
cornezuelo no se descubrió durante mucho tiempo, aparecía bajo dos formas (ergotismus
gangraenosus) y como peste convulsiva (ergotismus convulsivus) A la
forma gangrenosa del ergotismo se referían denominaciones de la enfermedad del
tipo de mal des ardents, ignis sacer, fuego sacro. El santo patrono de
los enfermos de estos males era San Antonio, y fue la orden de los antonianos,
sobre todo, la que se ocupó de cuidarlos. En la mayoría de los países europeos
y también en determinadas zonas de Rusia se consigna la aparición epidémica de envenenamientos
por el cornezuelo hasta nuestra época. Con el mejoramiento de la agricultura, y
después de haberse comprobado en el siglo XVII que la causa del ergotismo era
el pan que contenía cornezuelo, fueron disminuyendo cada vez más la frecuencia
y el alcance de las epidemias. La última gran epidemia afectó en los años
1926/27 a determinadas regiones del sur de Rusia. (2)
La primera mención de una aplicación medicinal del cornezuelo -como
ocitócico- se encuentra en el herbario del médico municipal de Francfort Adam
Lonitzer (Lonicerus) del año 1582. Pese a que las comadronas, según se
desprende del herbario, habían usado desde siempre el cornezuelo como
ocitócico, esta droga sólo ingresó en la medicina oficial en 1908, merced a un
trabajo de John Stearns, un médico americano, llamado “Account of the pulvis
parturiens, a Remedy for Quickenning Child-births. (*) Sin embargo, la
aplicación del cornezuelo como ocitócico no satisfizo las expectativas. Ya muy
temprano se reconoció el gran peligro para el niño, debido sobre todo a la
dosificación poco segura y demasiado alta, lo cual llevaba a espasmos del útero.
Desde entonces, la aplicación del cornezuelo en obstetricia se limitó a la
cohibición de las hemorragias posteriores al parto.
Después de la inclusión del cornezuelo en diversos libros de medicamentos
en la primera mitad del siglo XIX comenzaron también los primeros trabajos
químicos para aislar las sustancias activas de esta droga. Los numerosos
científicos que se ocuparon de este problema durante los primeros cien años de
su investigación no lograron identificar los verdaderos vehículos de la acción
terapéutica. Sólo los ingleses G. Barger y F. H. Carr aislaron en 1907 un
preparado de alcaloides eficaz pero no uniforme, según pude demostrar 35 años después.
Lo llamaron ergotoxina, porque presentaba más los efectos tóxicos que los
terapéuticos del cornezuelo. De todos modos, el farmacólogo H. H. Dale
descubrió ya en la ergotoxina que, al lado del efecto contractor del útero,
ejercía una acción importante para la aplicación terapéutica de ciertos alcaloides
del cornezuelo, antagónica a la adrenalina, sobre el sistema neurovegetativo.
Sólo con el ya citado aislamiento de la ergotamina por A. Stoll, un alcaloide
del cornezuelo ingresó en la medicina y halló amplia aplicación.
Notas
(1) Quien esté interesado en el cornezuelo de centeno puede consultar la
monografía de G. Barger, Ergot and Ergotism (Gurney and Jackson, London,
1931), y la de A. Hofmann, Los alcaloides del cornezuelo de centeno (F.
Enke, Sttutgart, 1964). En el primero de estos libros la historia de esta droga
halla su descripción clásica; en el segundo, el aspecto químico ocupa el primer
plano.
(2) La intoxicación masiva en la ciudad francesa meridional de Pont-St. Esprit en el año 1961, que en muchas publicaciones se atribuyó a pan que contenía cornezuelo de centeno, no tenía, sin embargo, nada que ver con el ergotismo. Se trataba más bien de una intoxicación provocada por un compuesto orgánico de mercurio, empleado para la desinfección de cereales de simiente.
(*) Informe sobre la vulva de las parturientas, un remedio para acelerar
los nacimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario