Cómo la herida generacional de ser despojados de
la
Madre provoca que generaciones subsiguientes
vivan
agachadas como si aun los estuvieran
aplastando
cuando ahora son, de hecho, libres (10)
Para
colmo de males… pero déjennos ver, realmente ver (2)
Mientras escribo esto, la
parroquia sigue sin responder llamadas que preguntan y a veces ruegan poder ir
a visitar a Nuestra Señora detrás del muro, pues no olvidamos a los que están
solos. Pero casi todos fuimos criados con estas palabras del dulce Jesús, Hijo
de María, redactadas por el joven escriba Mateo en tiempos remotos. El Niño de
María le dice a sus seguidores:
Tuve
hambre y no me dieron de comer
tuve
sed y no me dieron de beber,
fui
forastero y no me recibieron,
estuve
desnudo y no me vistieron
estuve
enfermo y en la cárcel y no me visitaron.
Está intentando enseñar a
Sus seguidores una forma de vida de devoción al Creador y también a las vidas
de las almas en la Tierra de la manera más maternal que hay. Pero Sus
seguidores no lo entienden, y dicen: “Pero, Señor, ¿cuándo te vimos con hambre
o con sed, o como un forastero, o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te
cuidamos?”.
Y el gentil Hijo de la
Madre María, Jesús les dice:
En
verdad os digo
que
cuando no hicieron estas cosas
por
los más pequeños
entonces
tampoco lo hicieron por mí.
El Hijo de María quiere decir
que si no le otorgamos estas gentilezas a todos… alimentar a otro amable y
espiritualmente, saciar su sed espiritual, dar calor a lo que se ha vuelto frío
en el espíritu, sanar el corazón, mantener cercana camaradería con el espíritu
encarcelado… entonces no vale si uno sólo cuidó a Jesús en las tribulaciones.
Nada más importa cuando uno extiende la mano no a los reconocidos. No al
círculo interior, sino a los hambrientos, a los sedientos, los desconocidos;
los que no tienen ropa, están enfermos, presos, los conozcas o no, los
entiendas o no, sean los que más quieres o no.
Así, los resultados de la
cuestión de Nuestra Señora en la cárcel detrás del muro están por verse. Pero
creo que si una persona puede ordenar que se la cubra, también creo con todo mi
corazón que por lo menos una persona puede ordenar que se la revele otra vez.
Mientras tanto, Nuestra
Señora está completamente a la vista de nuestros corazones y en nuestras almas,
pues a semejanza del amor entre los familiares que tienen parientes en la cárcel,
ningún muro puede separar al amor del Amor.
Sabemos dónde está, como
el radar del corazón entre los que están encarcelados juntos, uno tras barrotes
y los otros alejados por circunstancias más allá de su control… siempre sabemos
dónde está Nuestra Señora; como el Amor mismo, no puede ser retraída por barrotes
ni por muros. Ella está en este momento, bajo tierra juntando energía, y fluye
hacia todas partes… por medio de nosotros. En todos lados está cuidando, para
alimentar a los demás espiritualmente, para saciar la sed espiritual de los seres
humanos, inclinándose para dar calor a lo que se enfrió en el espíritu, para
sanar el corazón, para acompañar de cerca al espíritu encarcelado, en particular
a aquellos con quienes ahora comparte un destino: las almas en las prisiones de
verdad.
Ella es por eso Nuestra
Madre y la Madre de todos los Cautivos. Ella es la Madre de los Libres. Es la
Madre Detrás del Muro y, todavía, Ella sigue siendo la Madre Inconquistable de
Todos.
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