martes

SAN JUAN DE LA CRUZ - LLAMA DE AMOR VIVA (40)


¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado.
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Matando, vida en muerte la has trocado.

DECLARACIÓN (20)

34 / Y, como quiera que cada viviente viva por su operación, como dicen los filósofos, teniendo el alma sus operaciones en Dios por la unión que tiene con Dios, vive vida de Dios, y así se ha trocado su muerte en vida, que es vida animal en vida espiritual. Porque el entendimiento que antes de esta unión entendía naturalmente con la fuerza y vigor de su lumbre natural por la vía de los sentidos naturales, es ya movido e informado de otro más alto principio de lumbre sobrenatural de Dios, dejados aparte los sentidos; y así se ha trocado en divino, porque por la unión su entendimiento y el de Dios todo es uno. Y la voluntad, que antes amaba baja y muertamente, sólo con su afecto natural, ahora ya se ha trocado en vida de amor divino, porque ama altamente con afecto divino, movida con la fuerza del Espíritu Santo, en que vive vida de amor; porque por medio de esta unión la volunta de él y la de ella ya sólo es una voluntad. Y la memoria, que de suyo sólo percibía las figuras y fantasmas de las criaturas, es trocada por medio de esta unión a tener en la mente los años eternos que dice David (Ps 76.6). El apetito natural, que sólo tenía habilidad y fuerza para gustar el sabor de criatura, que obra muerte, ahora está trocado en gusto y sabor divino. Movido y satisfecho ya por otro principio donde está más a lo vivo, que es el deleite de Dios, y, porque está unido con él, ya no es otro que apetito de Dios. Y, finalmente, todos los movimientos y operaciones e inclinaciones que antes el alma tenía del principio y fuerza de su vida natural, ya en esta unión son trocados en movimientos divinos, muertos a su operación e inclinación, y vivos a Dios, porque el alma, como ya verdadera hija de Dios, en todo es movida por el espíritu de Dios, como enseña San Pablo, diciendo que los que son movidos por el espíritu de Dios son hijos del mismo Dios (Rom. 8,14). De manera que, según lo que está dicho, el entendimiento de esta alma es entendimiento de Dios, y la voluntad suya, voluntad de Dios, y su memoria, memoria de Dios, y su deleite, deleite de Dios, y la sustancia de esta alma, aunque no es sustancia de Dios, porque no puede sustancialmente convertirse en él, pero, estando unida como aquí está en Él y asimismo absorta, está hecha Dios por participación de Dios; lo cual acaece en est estado perfecto de vida espiritual, aunque no tan perfectamente como en la otra. Y de esta manera está muerta el alma a todo lo que era en sí, que esto era muerte para ella, y viva a lo que es Dios en sí. Y, por eso, hablando ella en sí, dice bien en el verso: Matando, vida en muerte la has trocado. De donde puede el alma muy bien decir aquello de San Pablo: Vivo ya, ya no yo, mas vive en mí Cristo (Gal. 2,20). De esta manera está trocada la muerte de esta alma en vida de Dios, y le cuadra también el dicho del Apóstol, que dcie: Absorta est mors in victoria (1 Cor. 15.54), con el que dice también el profeta Oseas en persona de Dios, diciendo: ¡Oh muerte!, yo seré tu muerte (13,14); que es como si dijera: Yo, que soy la vida, siendo muerta de la muerte, la muerte quedará absorta en vida.

35 / De esta suerte está el alma absorta en la vida divina, ajenada de todo lo que es secular, temporal y apetito natural, introducida en las celdas del rey, donde se goza y alegra en su Amado, acordándose de sus pechos con el vino, diciendo: Aunque soy morena, soy hermosa, hijas de Jerusalén (Cant. 1,3-4), porque mi negrura natural se trocó en hermosura del rey celestial.

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