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ELIAN STOLARSKY “EL ARTE DEBE SER MIRADO POR LO QUE GENERA SIN IMPORTAR LA INDIVIDUALIDAD DEL QUE PROPONE LA PREGUNTA”


Elian Stolarsky es la artista visual más joven en exponer individualmente en el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo. Elián finalizó su Maestría con Gran Distinción en Instalación y técnicas gráficas en KASK Conservatorium, HoGhent, Gante, Bélgica. Graduada del Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes en 2015 y de Animation Campus como animadora profesional en 2010. Se formó también con docentes reconocidos del medio uruguayo como ser Claudia Anselmi, Teresa Gilli, Ombú, Edgardo Flores, Rimer Cardillo, entre otros. En paralelo, practicó, aprendió y continuó estudios de teatro, danza y filosofía, vinculándose así al diseño de escenografías, ilustración y producción escénica. Expuso individual y colectivamente en distintas ciudades del Uruguay, Brasil, EEUU, México, Francia, Bélgica, España, China, Alemania, Paraguay. Ganadora de la beca Secretaría General Iberoamericana SEGIB para Casa de Velázquez, Madrid 2017; beca Fundación Pilar I Joan Miro, Mallorca 2017; Primer Premio Internacional Open Portfolio Fig Bilbao, Bilbao 2017; Fellowship artist en KALA Art Institute, Berkeley 2017; beca FEFCA, Montevideo 2012; Primer premio Paul Cezanne 2013 Montevideo-Paris; residencia Frans Masereel Centrum, Kasterlee 2014; residencia Cité des Arts, Paris 2014; beca Goethe, Berlin 2014; beca Instituto Francés, Paris 2014, entre otros. Durante el 2019 se encuentra realizando el Doctorado en la Universidad Complutense de Madrid.

La literatura, otra forma de arte, comúnmente ha representado la memoria colectiva de las catástrofes de la guerra como un “fantasma” que todavía persigue el presente y a las generaciones posteriores. Tú has mencionado a otros medios que, a través de tus cuadros, tu objetivo es permitir que el espectador se sienta identificado aun no habiendo vivido los sucesos, pero ¿Qué quieres conseguir con esta identificación en el ciudadano del siglo XXI, que “bombilla” te gustaría que se encendiese en él?

Considero que mis obras hablan de la cuestión humana, obviamente desde una mirada occidental en este momento histórico concreto. Hay cierta construcción de archivos del siglo XX que son comunes a un grupo de generaciones y es a partir de este tipo de imaginario colectivo que construyo mi obra. La identificación que busco en realidad es primeramente la mía con estas imágenes, pero como consecuencia de ser una persona impregnada y permeable al contexto (como lo somos todos), puedo llegar a generar una identificación en los demás, o al menos con una comunidad o grupo de personas que poseen historias similares.

Las consecuencias de las guerras, de los silencios heredados de generación en generación, son cuestiones con las que varias personas de mi edad deben lidiar. Yo creo firmemente que es a través del plano simbólico que se pueden tratar las heridas, que, de no ser contempladas explícitamente, se siguen transmitiendo de generación en generación como un fantasma que aparece pidiendo ser liberado. Una herencia silenciosa, difícil de tratar porque cuanto más se aleja en el tiempo menos la comprendemos. El arte es para mí elegir posicionarse desde un punto de vista lúdico, simbólico, abstracto que permite dialogar con estos vacíos, habitarlos para así lograr seguir hacia delante. Digerir el pasado para poder pasar página.

Me gustaría generar más empatía como humanos. Las guerras son comunes a varios grupos, hablo desde la que afectó directamente a mi familia, pero no pretendo hablar del holocausto. Sino más bien a través de lo aquello en lo que estoy más informada fáctica, afectiva y sensiblemente, hablar de todas las guerras y conflictos. Generar empatía a través de lo que tenemos en común, generar reflexión sobre estas situaciones. Preguntas de las que no tengo respuesta pero que me gustaría contagiar al espectador: qué rol cumple, si es que cumple alguno, la violencia humana; qué es lo que está bien y lo que está mal; cómo se entiende la tolerancia, a quién queremos recordar; cómo se entienden víctima y victimario…

La identidad, en cuanto a conjunto de rasgos y circunstancias que definan a una persona o conjunto social, se construye sobre la memoria. Tras haber rescatado todas esas capas históricas de tu familia, ¿cómo crees que la identidad de los pueblos que han sufrido estas catástrofes se ha formado en base a estos recuerdos? ¿Hasta qué forma ha determinado lo que son?

Si he comprendido la pregunta correctamente, diría que la memoria es también una construcción en base a estas herencias que hablaba, no todas traumáticas. Es una toma de decisiones a niveles distintos de conciencia. Aunque los sucesos catastróficos bien sabemos que generan comunidad e identificación entre individuos que han vivido experiencias similares (catástrofes naturales, matanzas en masa, guerras civiles). Lo que si es cierto es que, al ser uno señalado y categorizado, pongamos el ejemplo de la categoría “judío”, resulta que aquella persona señalada adopte el adjetivo y reflexione sobre él también, formándose por la mirada del otro y asumiendo el rol. Creo que el Holocausto de forma monstruosa, volvió a redefinir la noción de identidad judía y generar un lazo más fuerte de unidad comunitaria. Haciendo más compleja también la pregunta de qué es ser judío. El filme “ el otro señor Klein” ilustra en gran parte lo que quiero decir.  

El artista Ángel Baltasar  nos cuenta el momento en el que decidió poner rasgos en las caras de las multitudes que había retratado años atrás. Comienza pintando aglomeraciones de gente a modo de formas en los años 80 tras diversos acontecimientos socio políticos, colores y movimiento desde el punto de vista pragmático, pero en el año 2016 la guerra de los refugiados le remueve por dentro y decide convertir a cada personaje en una persona con rasgos individualizados. En tu catálogo de la web de tu exposición en el MNAV, especialmente en los dibujos, observamos que muchos de ellos no tienen rostro. ¿Qué significa para ti caracterizar o no a un personaje con rasgos propios?

Es hablar del ser humano genérico. Repito y quiero volver a dejar en claro que hablo desde mi contexto específico espacio temporal. El pintar los rostros no pretende generalizar, pero si operar como una herramienta para permitir una identificación más directa con el espectador. Hablo de situaciones y contextos sociales más que de personas o grupos concretos. Por ejemplo, en la línea de dibujos a lápiz de igual formato, transcurren los sucesos, donde más que buscar una cronología, busco generar un horizonte de sentido que, de la idea de una situación, una atmósfera determinada. La que yo percibo del período de entre guerras en Europa. Repito, hablo de tiempos y lugares concretos, desde mi contemporaneidad.

También hay varias otras lecturas, como aquella en la guerra las reglas sociales no operan y las personas representan grupos más que individuos. En el caso de los holocaustos y en el nazismo estampando a fuego números en lugar de nombres, se llega al extremo de este concepto de cosificación del ser humano. Al quebrar los códigos sociales, las reglas son otras. Bien lo relata Primo Levi al aclarar que no se puede juzgar lo que ocurrió bajo los ojos de alguien que no sabe lo que es el hambre, la violencia y la necesidad de supervivencia en ciertos extremos.

Hay otra parte donde realizo una reinterpretación de los Gueule Casess de la Primera Guerra Mundial en textiles. El rostro como territorio. Como la intimidad e individualidad mas corrompida y afectada. Tiene relación directa con la herencia, la identificación. Los únicos rostros que se ven en esta exposición de mas de 120 obras, son los del video previo a la Segunda Guerra Mundial donde se retrata a una abuelo o padre jugando con niños que intuyo son sus nietos. Y no es casual. Aunque hable de una masacre, considero que mi obra tiene un aspecto vital imperante y de eso va mi obra.

Tus piezas emplean numerosas técnicas y materiales vistos de forma inusual en obras artísticas (ej. obra textil, grabado, dibujo, metacrilato, grabado animado…). ¿Es esto una llamada a la experimentación tuya como propio artista que se reinventa o quieres que el espectador perciba un mensaje diferente? En este punto y a raíz de tus creaciones ¿Qué es para ti el arte y ser artista?

Considero que cada técnica habla en su propio lenguaje. Por más parecida que sea la imagen de la que se parte, una tela y una placa de metacrilato no expresan lo mismo. Considero que no hay una diferencia entre alma y cuerpo, vivimos en un mundo material y es desde las relaciones y afecciones de esta materia que generamos conocimiento, sensaciones, etc. Entonces las herramientas que se utilizan para comunicar algo, las formas son en sí iguales en contenido por así decirlo. Mi trabajo con el metacrilato es grabado, entendiéndose en español dos actividades diferentes fusionadas en una: la de la práctica artística y la que está relacionada con la memoria (lo que en inglés sería: etching y recording). El acto de hacer grabado sobre una plancha es fijar un recuerdo, es herir para obtener una huella para poder visibilizar. Una herida que se manifiesta físicamente para así poder contemplarla y digerirla. La tela tiene otras propiedades, que hablan y conllevan en sí mismas otras simbologías que devienen del material mismo. La suavidad, el abrigo, la puntada, la herida que zurce. Son formas de comunicación que expresan diferentes cosas y es la combinación de todas ellas lo que me permite hablar de una forma más completa, ya que toda técnica tiene su carencia y como todo lenguaje, paradigma. En el idioma escrito estas mezclas no son tan lógicas porque no todos hablamos varios idiomas, pero en el arte se puede lograr una mayor comprensión dado que utiliza símbolos y admite la mezcla.

Creo que a través de las preguntas anteriores ya mencioné que es para mí ser artista, pero intentaré ser más específica. Considero que el artista plantea escenarios posibles y simbólicos para que un “otro” dialogue con los mismos y los habite, teniendo como resultado el cuestionamiento, la reflexión y/o la empatía de ambos. Los artistas necesitamos de un público para entendernos y cuestionarnos también a nosotros mismos. El artista es definitivamente un rol social, que propone diálogos primero para sí mismo y luego con el mundo en el que habita.

El 8M celebramos el día de la mujer con reivindicaciones por la desigualdad y nuestro papel en la sociedad. Como mujer artista ¿Qué crees que puedes revindicar?

Es una pregunta difícil. Creo que, por mi propias acciones y forma de posicionarme en el mundo, ya estoy proponiendo algo. No considero que haya arte femenino ni masculino, ni heterosexual ni homosexual, ni negro ni blanco sino humano. Aunque suene un poco lugar común, creo que reivindico precisamente eso, que el arte debe ser mirado por lo que genera sin importar la individualidad del que propone la pregunta. Que si es “arte-tecnología” es de hombre, que si es “textil” es de mujer, etc. El día que lleguemos a ver lo objetual (el mundo a nuestro alrededor y lo que generamos) sin pre-consideraciones, sin prejuicios, creo que será un día en el que podremos hablar sin perder la diferencia, pero desde el rol que nos corresponde, que es el de ser humanos. De persona a persona.

(espacio c / 29-2-2020)

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