miércoles

1809: ARTIGAS y la barbarie ilustrada y el alma cimarrona (7) - Hugo Giovanetti Viola


(LO QUE EL MATERIALISMO NEURÓTICO QUISO ESCONDERNOS SOBRE NUESTRA GRANDEZA)

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Isabelino Pena y Lanzarote no encontraron a Artigas en el cuartel de Dragones de Maldonado y el portugo hizo despachar un chasque a Polanco informándole que lo esperaba con papeles confidenciales traídos de Buenos Aires. Yo aprovecho para cortarme solo y localizar la casona del maestro Petriella: la Torre del Vigía se recorta aduraznadamente sobre las dunas y el océano mientras una sarabanda derrama desde el patio y los jazmines del país parecen perfumar el mundo entero.

-La pulpería es la que está aquí enfrente, aunque nunca se llamó la Celeste -le sirvió un refresco al detective la muchacha bigotuda y muy narigona que regalaba a a cada rato un ji-ji esqueletario. -Hubo quien la llamó la Rosada, por la garza que se paraba en el Marco de los Reyes.

Yo no puedo explicarle que la mayoría de los datos que necesito confirmar los conseguí en 2005 y trato de no lastimarla, pero la señora Petriella es un testigo demasiado precioso y arremeto al barrer:

-En Montevideo comentan que la pulpera perdió la razón la noche del saqueo y fue canibalizada viva por los ingleses. Y que era una mujer tan santa que iba a misa con una paloma en cada hombro.

Entonces la muchacha se encorvó con los ojos apretadísimos y en lugar de llorar dejó que un ruedo de oro sórdido le mojara el vestido.

-Perdón -me doy cuenta que los ingleses la violaron y odio ser detective por primera vez en mis vidas.

-¿Por qué no se lo preguntáis a Lanzarote? ¿No trabajáis con él?

-Pero él no tiene un corazón tan limpio como el suyo.

-¿Y Celeste?

-Celeste es una esclava.

La señorita Petriella observó una ría de orina que avanzaba culebreando hacia la bota del viejo y arrancó un jazmín estrellado:

-La señora Cid era santa. Aunque lo de las palomas no es verdad. Y lo demás habría que preguntárselo al Amarillo, el mozo de la pulpería que desapareció. ¿Por qué le importan tanto las mormoraciones?

-Me importa la verdad.

-La verdad es el Espíritu. ¿No podría retirarse?

-¿Me permite besarle la mano?

-No, Vuecencia.

-¿Y llevarme un jazmín?

Ella me alarga el suyo como si fuera el ji-ji más invencible de la creación y al cruzar a la Plaza del Recreo lo mastico observando las torres truncas de la catedral y una luna creciente que me salva la tarde.

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Las relaciones entre Montevideo y Buenos Aires eran peores en 1808 que en 2006 y después de los bloqueos y antibloqueos marítimos y las idas y venidas de los españoles Goyeneche y Michelena y el francés Sasenay y el portugués Curado el Virrey Liniers destituyó al Gobernador Elío y la población de La Muy Fiel y Reconquistadora rechazó la medida y el 21 de setiembre llamó a un Cabildo Abierto donde al grito de Junta como en España se constituyó la primera Junta Gubernativa de cuño suarista que anticipaba la explosión revolucionaria criolla de 1810: el celebrado vate de las tertulias currutacas Edgardo Gallino de las Arterias Abiertas que ya tenía renombre indiano y hacía mucho más roncha que Acuña de Figueroa definió esta jornada como Una subida al caballito lindo de la dignidad y Artigas pudo haberse asqueado hasta el gargajeo de colmillo en caso de escucharlo porque la frivolidad del diminutivo y el adjetivo significaban exactamente lo opuesto a su viacrucis empezado como servidor de una Madre Patria imperial corrompida y despótica que ya incluía un naufragio que lo obligó a salvarse solo y desnudo y congelado al volver de Buenos Aires en 1806 y la posterior resurrección anímica al asumir la revolución de mayo y el fomes federal en Arerunguá y conducir la concreción de una Liga Federal que jamás fue una utopía y morir después de treinta años de exilio en el Paraguay leyendo todos los días a Caraccioli y rezando el rosario con Ansina y los indios en una indigencia total y sintiendo que ser digno significa comer mierda comer mierda comer mierda comer mierda y seguir siendo feliz en dirección a Su Majestad: Lanzarote estaba eufórico porque el escándalo en la Plaza Mayor venía a pelo con la estrategia británica de provocar enfrentamientos en América aunque en este casi aliados con la Junta Suprema de España e Indias y gastó un dineral y te regaló una Escarapela de la Alianza negra y encarnada y con las iniciales V F VII o sea Viva Fernando VII de las que usaban los cabildantes: la marquesa lo había visto abrirse paso a bastonazo limpio entre el tole-tole ya casi transformado en cuchipanda y le ardió el colorete pero cuando Celeste te alfileró la escarapela le gritó igual que si eructara espasmódicamente Putón verbenero y el sapo-picaflor se desbocó hasta inflarte el trajecito y el portugo te bajó cargado por la calle de San Juan y la muchacha te acostó en su cuarto y te sacó la camisa y te dio agua colonia y prendió un juguete mecánico recién traído de Viena: Soy negro y no hay más tiempo pensaste al escuchar la música de Mozart compuesta asqueadamente por encargo y ella se desnudó frente a la triple llama y te ordenó que no miraras el espejo y se puso a bailar fabricando aros chinescos con la vara de hacer equilibrismo pero el sapo-picaflor te mordía el esqueleto como un tamboril viboresco y cuando murmuraste Hoy no me quiero ir ella se hincó a lamerte la tetilla y volvió a prender la música y de golpe te sentiste una verga de goleta sosteniendo la blancura de un gran amanecer y el tango se amansó.

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Isabelino Pena se tomó tres cañas en la pulpería pero no pudo sacarle conversación a nadie. Ahora me siento absurdamente eufórico y paso frente al caserón rosado de los Petriella agarrándome el sombrero y puteando los latigazos de arena y al llegar al ranchito que alquila el portugo me agacho a vichar a través de un buraco.

-¿Baños de estrellas? -le sonrió Lanzarote a Artigas, que se había cruzado con el chasque mientras volvía Maldonado.

-Y además en el desierto tendría tigres y yaras a montones para domesticar -ironiza el blandengue que sentado parece alto. -Arerunguá quiere decir estar en Dios. Mi única aspiración es poder vivir allí.

-Hay tiempo para todo. ¿Os informaron que Jovellanos calificó al Cabildo Abierto de extravío de conducta política y semilla de anarquía?

Artigas prendió un tabaco armado y terminó su rhum sin contestar.

-Cisneros tiene los días contados -se embala el portugo. -Los franceses arrasan Andalucía y los criollos siguen utilizando a Liniers como mascarón de proa. Pero ya está todo organizado para desembocar en un Cabildo Abierto y una Junta que gobierne en nombre de Fernando VII, contando con la protección británica. Seguramente la carta que os mandó Mariano Moreno confirmará lo que me habló sobre Vuecencia. Tiene una confianza ciega en vuestras aptitudes para sembrar y dirigir la revolución en esta banda.

-¿Y vos no pensáis que Mariano Moreno también tiene los días contados?

Esta vez fue Lanzarote el que no contestó. Artigas pita varias veces con un desasosiego dorado y muestra los colmillos:

-Ojalá que Montevideo y Buenos Aires se lleguen a entender antes del Apocalipsis.

El portugo carcajeó y se zampó una narigada que lo hizo estornudar una flema sobre el enloquecimiento del candil.

-Perdón, tocayo. Mis bachillerías son vergonzosas.

-Vergüenza es robar, che.

-Robar poco y que te vean, le gustaba decir a mi abuelita.

Entonces el futuro caudillo de la Liga Federal se levanta y empieza chuequear como si estuviera en una jaula: no es alto, pero la sombra de la nariz y los rulos se agigantan en el techo de paja con una tensión profética que los monumentos nunca pudieron trasmitir.

-Tengo mucho interés en que conozcáis la Chácara del Nuevo Mundo -terminó de pañuelear el candil Lanzarote. -Creo que la hallaréis digna del gran Rousseau.

Pero Artigas no le da la menor pelota y al llegar a la puerta se da vuelta con un fervor cansado y alucinadamente estrábico:

-Os agradezco la mensajería. Pienso bajar a Montevideo esta semana con la contestación.

-Será un honor hacérsela llegar a los cofrades.

Y cuando el Ayudante Mayor de los Blandengues vuelve al cuartel dejando pozos en la arena plateada me parece escuchar lo que siente:

-Tú no pediste la guerra, madre tierra. Yo lo sé.

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La noche que Isabelino Pena y Lanzarote volvieron de Maldonado soñaste que el Rubio te llamaba desde la Punta Gorda que era alta como la sierra de las Ánimas y blanquísima como la cara y el traje de tu padre y él te pedía que fueras a verlo volar una pandorga y decía Cuando me agarro al hilo que llega hasta el sol siento que la vida no me duele por nada del mundo y que todo está quieto y que lo único que importa es la Patria y me arrodillo  sabiendo quién soy yo: Celeste llevaba una semana haciendo quietud porque se había torcido un tobillo al caer en el Miguelete y como desde que te dio el tercer ataque no ibas a ningún lado sin ella te sentaste a acompañarla y tocaste nada más que el Minué en Do de tu tío y te quedaste abrazado a la guitarra y la muchacha te preguntó veinte veces qué te pasaba y al final te pusiste a llorar y le contaste el sueño y ella mandó llamar a los Twins y a Isabelino Pena y les pidió que te llevaran a pasar el día en la playa: los galerudos se babeaban por hacerle favores a la mujer del prójimo y encargaron la carne y los fiambres y los pasteles y las bebidas y al amanecer se embarcaron en la goleta de un contrabandista portugués cofrade del Tano y el Picho y el estuario con entrañas de león entreabría correntadas de puro océano que se incrustaban mansamente en el cuarzo sin olas y la luz empezó a aduraznarse y después de cruzar a toda vela Punta Carretas y el Buceo y la Isla de las Gaviotas fue como si se abriese la dimensión del sueño y al llegar a la Playa de los Ingleses había bandadas de garcitas blancas y desembarcaron y acamparon y mientras un sirviente preparaba el asado con cuero los hombres esperpénticos y de medio bigote desteñido empezaron a sacar apuntes y el viejito entendió enseguida que querían copiare a Gainsborough y les advirtió que la acuarela no les iba a servir y los mellizos de amoscaron y de repente Charlie se acordó del pulpero ajedrecista y lo echó señalándole las dunas salpicadas de cardos y de tamarices y subieron dándose la mano: el despacho del Hielo era un sucucho medio derrumbado que ni siquiera tenía la correspondiente bandera roja y la jedentina del mestizo de ojos color azufre que vivía con una perrada y una mula y pelechaba ganándole apuestas a la baraja a los hacendados y los troperos y los milicos y los pescadores se olía desde la cantera rocosa que caía sobre un valle iluminadísimo por el firuleteo de un arroyo y supiste que tu padre te había llamado desde allí: la arena todavía era muy blanda  a esa altura y los perros los atacaron sin convicción y cuando Isabelino Pena encontró el Hielo frente a un tablero forrado de vaqueta y con las casillas artesanalmennte pirograbadas y se dio cuenta que era mudo te sonrió y dijo Pumba y lo desafió y el otro no podía creer que iba a tener con quien jugar al ajedrez aparte de los Twins y después que se pusieron a tomar cachaza en cuernos de vaca y empardaron las apuestas ganándose una partida cada uno llegó el negro a avisarles que estaba pronto el asado y el detective lo espantó igual que a un tábano y le explicó al pulpero que quería jugarle a ciegas y el otro le sacó el papel de estraza a un cacho de tasajo y agarró una carbonilla para apuntar las jugadas y entonces Isabelino Pena murmuró Philip Marlowe se hubiera dado cuenta hace una semana de que el Hielo era el Yellow.

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