miércoles

JOAQUÍN TORRES-GARCÍA: CONSTRUCTIVISMO, SEMIOLOGÍA Y MITOLOGÍA (6)


4.1. La autoconciencia universal


Torres afirma en forma coherente que sin abstracción no hay construcción porque una teoría semiológica universalista no considera ni lo subjetivo individual ni lo empírico, se trata de una visión que busca las invariantes semiológicas universales que no están presentes en la conciencia individual. En este sentido, Torres “coincide” con teorías universalistas modernas como la de Claude Lévi-Satruss o la de Noam Chomsky entre otras. Por ejemplo, Torres afirma que dentro del Canon del arte constructivo abstracto la estructura de la obra tiene que ver más con la forma inconsciente de creación que con la subjetividad del yo del artista. Por esto Torres emplea el término autoconciencia, e intuición (o sentimiento), que le permite al artista mago o iniciado, mediar entre lo universal y lo concreto, ya que la razón consciente es sólo una ayuda en la realización técnica de la obra. Esta intuición de Torres, se basa en que la obra no imita a las “cosas”, y en que los arquetipos universales no están presentes en la conciencia empírica. (10) Por esto, existe una diferencia entre el universalismo de la Lingüística moderna y el Constructivismo de Torres, quien afirma que la Razón Universal con la que accede el artista al Cosmos, no es la Razón Pura de Kant, porque esta es “deducida de una lógica abstracta” sin Alma, propia de la tradición del racionalismo moderno. (Torres, 1952: 29 y 31).

Según esta elección teórica, Torres elabora sus argumentos metafísicos e históricos, para descentrar la imagen humanista tradicional del hombre y su posición de privilegio con respecto al Universo, aunque el hombre siga siendo la clave de la creación artística. De este modo el Universo es una proyección del hombre como “totalidad dentro de la universal geometría”, y no se trata de “una figura del Cosmos”. (Torres, 1944: 160). Se trata de deshumanizar la representación que realiza el sentido común e inductivo del naturalismo empirista, que cree, en la ilusión de los sentidos, en la observación, la “herencia” y, en los conceptos de Espacio y de Tiempo. Así afirma que: “lo que se pone, ya sea, sucesivamente o en extensión, es sólo un modo de ordenamiento” pues, “todo es presente y eterno” y que “los huecos y separaciones entre las cosas no existen”. Su procedimiento es deductivo porque, “la vida y la obra van de la idea a su materialización” y porque, “nuestra vida no tiene ni principio ni fin, es un eterno girar en la totalidad”, y el ser humano es una idea, una “mónada que recorre espacios infinitos”. Justificando antológicamente a la obra de arte, como un artefacto creado por el hombre, para Torres: “es una idea” viviente y se desarrolla como las demás formas de vida en la naturaleza”. (Torres, 1944: 155-158).

Notas

(10) Coincide con Jean Wahl quien opina, que con respecto al estructuralismo, hay que considerar la ruptura de los “sistemas de signos en relación con los ‘contenidos’ de conciencia”. (Wahl, 1975:56).

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