por Mercedes Cebrián
Tres libros con ensayos, poemas y textos sobre la maternidad reivindican
a Adrienne Rich
La poeta y
ensayista estadounidense Adrienne Rich (1929-2012) reaparece este otoño en
el mercado editorial en castellano con tres títulos nuevos. Hasta entonces, una
selección de sus poemas y su prosa habían circulado principalmente en
editoriales universitarias y en otras como Icaria, Renacimiento y Visor, a las
que ahora se suman estos tres libros: los Ensayos esenciales (Capitán Swing), el poemario
titulado El sueño de una lengua común (Sexto Piso) y el volumen
de ensayos Nacemos de mujer (Traficantes de Sueños).
Adrienne Rich fue
poeta, crítica cultural y profesora en universidades norteamericanas como
Stanford o Cornell. En su juventud, W. H. Auden escogió sus
poemas para incluirlos en una colección de nuevos poetas publicada por la
Universidad de Yale, lo que dio lugar a su primer libro, A Change of World (1951). Su deseo de transformar
el mundo en que vivía, especialmente en cuestiones de género como la maternidad
o el lesbianismo, es el eje tanto de sus libros de poemas como de sus textos en
prosa.
El extenso
volumen Ensayos esenciales. Cultura, política y el arte de la poesía recoge
ensayos de seis de los libros en prosa escritos por Rich, prologados por la
ensayista e investigadora feminista Bárbara Ramajo. Para su lectura es
aconsejable tener presente el contexto histórico en el que fueron publicados,
pues el trasfondo de ‘Un ojo humano’, el último volumen que integra la
selección, publicado a principios del siglo XXI, es muy distinto al de los años
sesenta y setenta del siglo pasado, época en la que Rich escribió los textos
del libro Sobre mentiras, secretos y silencios.
Algunos de los
ensayos y discursos que figuran en esta antología son canónicos. Uno de ellos
es ‘¿Qué necesita saber una mujer?’, el discurso pronunciado por Rich en 1979
ante las alumnas de Smith College, una universidad norteamericana para mujeres.
El otro es el discurso en el que la poeta esgrime los argumentos que la
llevaron a rechazar la Medalla Nacional de las Artes con la que el Gobierno de
Bill Clinton quiso reconocerla en 1997. Donde Rich brilla particularmente es en
sus atentas lecturas y correspondientes análisis de obras de Charlotte Brontë o Emily Dickinson, pero también de
escritores varones como Yannis Ritsos o Robert Duncan. En estos textos
parece estar escribiendo para una lectora interior identificable con ella
misma, de ahí que el tono resulte más íntimo al que emplea en los textos destinados
a ser leídos públicamente y cuya misión principal era —y sigue siendo— activar
la toma de conciencia sobre la situación de las mujeres en el mundo.
Uno de los libros
que la antología de ensayos recoge parcialmente, el titulado Nacemos de mujer, también ha sido publicado en
versión íntegra este mismo año por la editorial Traficantes de Sueños. La
traducción en este caso está a cargo de Ana Becciu y el libro contiene además
dos textos introductorios: uno de la propia Adrienne Rich con motivo del décimo
aniversario de la publicación del libro en 1986 (traducido por Gabriela
Adelstein), y otro a cargo de la periodista Carolina León. Los 10 capítulos que
conforman el libro en toda su extensión se centran, como su título revela, en
la experiencia de la maternidad, constituyendo un completo estudio de su
evolución como institución y de las cuestiones ideológicas implícitas en ella,
además de proporcionar herramientas de análisis para pensar al respecto, algo
que la propia Rich echaba de menos cuando fue madre.
El sueño de una
lengua común se titula la colección de poemas que Rich escribió entre 1974 y
1977. Gracias al trabajo meticuloso de la traductora Patricia Gonzalo de Jesús,
la versión castellana logra recrear el peculiar ritmo de los poemas en su versión
inglesa. Este fue el primer libro que Rich publicó tras reconocer abiertamente
su lesbianismo, lo cual es fácilmente vinculable con la frecuente presencia de
una primera persona del plural femenino en gran parte de sus versos. La noción
de un lenguaje común y, por tanto, la necesidad de crear una comunidad de
diálogo para las mujeres son los pilares de esta colección de poemas, algunos
de ellos dedicados a heroínas de todos los tiempos, tanto públicas como
anónimas. Un buen ejemplo se encuentra en el poema que abre el volumen,
titulado ‘Poder’, que tiene a Marie Curie como
protagonista (“Murió famosa negando / sus heridas, / negando que sus
heridas provenían de la misma fuente que su poder”). El siguiente se centra en
la figura de Elvira Shatayev, líder de un equipo femenino de escalada que murió
en el pico Lenin en 1974. En este poema, Rich dialoga con Shatayev hasta
desembocar en el “nosotras” que sirve como leitmotiv del
libro: “Has escalado hasta aquí por ti, / nosotras escalamos por
nosotras. / Cuando nos hayas enterrado contado tu historia / la
nuestra no finaliza desembocamos / en lo inacabado lo nonato / lo
posible”.
Rich revela en sus
estrofas que es perfectamente posible actuar sobre el mundo desde la lírica y a
través de imágenes procedentes de la vida doméstica: tazas de café, vasos de
leche, emisoras de radio donde suena música clásica, libros apilados por todas
partes…, si bien es destacable también en estos versos la presencia de la
naturaleza como compañía vital para los seres humanos. La segunda de las tres
partes que conforman el libro, compuesta por 21 poemas de amor, es una
declaración de intenciones a favor de la legitimidad de la existencia lesbiana.
El poemario en su conjunto, cuyo estilo libre se asemeja por momentos a las
anotaciones de un cuaderno, fue un texto central del feminismo de la segunda
ola, lo que reafirma que la poesía y el pensamiento van siempre de la mano.
(EL PAÍS España/ 19-10-2019)
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