domingo

IRMA HOESLI - MOZART: LAS CARTAS DE UN GENIO DE LA MÚSICA (45)




LAS CARTAS DE MOZART COMO ESPEJO DE SU POSICIÓN FRENTE AL MUNDO (2)

REALISMO (19)

AUTOPRESERVACIÓN (6)

El saber del don divino y el reconocimiento simultáneo de la responsabilidad que con ello carga sobre sus espaldas se los prescribe la autopreservación, aun so pena de disgustar al padre. Desde su juventud su axioma fue que después de Dios está inmediatamente el padre. (1) Con ello subordina su capacidad creadora al respeto del niño por el padre.

En su fe en la inmortalidad del alma hasta la muerte se convierte en consuelo. Su fe en el más allá está limpia de toda impureza terrenal. Allí no lo esperan luchas ni penitencia. Con la misma religiosidad infantil que lo preserva en la tierra de temores inútiles cree en una feliz unión en el paraíso. Tampoco ahora se pregunta si lo merece.

Su gran consuelo es que no ha perdido a su madre para siempre:

…que la volveremos a ver, que volveremos a estar juntos, contentos y felices, como en este mundo. Sólo el tiempo nos es desconocido, pero eso no me preocupa, cuando Dios quiera también querré yo. (2)

Tan amables perspectivas suavizan el dolor provocado por un fallecimiento convirtiéndolo en suave melancolía, perceptible en las obras de su madurez. Cuando recibe la noticia de la enfermedad de su padre, le escribe así:

…pues la muerte, para llamarla por su nombre, es la verdadera finalidad de nuestra vida. Por ello es que de unos años a esta parte he hecho relación con esta verdadera amiga del hombre, ¡de tal modo que su figura no sólo ya no me asusta sino que me tranquiliza y me consuela! Agradezco a Dios porque me ha concedido la gracia de darme oportunidad (¿me entiende, verdad?) de conocerlo y saber que Él es la llave para nuestra verdadera felicidad. Nunca me acuesto sin pensar que quizá no he de ver el día siguiente, a pesar de lo joven que soy, y no hay personas de cuantas me conocen que pueda decir que estoy gruñón o triste, y por esta dicha agradezco todos los días a mi creador y se la deseo de corazón a todos mis prójimos. (3)

Este bendito convencimiento ayuda a Mozart a realizar su talento. El espíritu formativo sabe proteger a su pupilo. Ninguna irrupción demoníaca destruye estructuras ordenativas o traba la fuerza creadora. Aun tocado por la muerte, Mozart escribe música de armonía embriagadora.


Notas

(1) A su padre, Mannheim, 7-III-1778, I, 431.
(2) A su padre, París, 9-VII-1778.
(3) A su padre, Viena, 4-IV-1787, II, 247.

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