LAS CARTAS DE MOZART COMO ESPEJO DE SU POSICIÓN FRENTE AL MUNDO (2)
REALISMO
(19)
AUTOPRESERVACIÓN (6)
El saber del don divino y
el reconocimiento simultáneo de la responsabilidad que con ello carga sobre sus
espaldas se los prescribe la autopreservación, aun so pena de disgustar al
padre. Desde su juventud su axioma fue que después de Dios está inmediatamente
el padre. (1) Con ello subordina su capacidad creadora al respeto del niño por
el padre.
En su fe en la
inmortalidad del alma hasta la muerte se convierte en consuelo. Su fe en el más
allá está limpia de toda impureza terrenal. Allí no lo esperan luchas ni penitencia.
Con la misma religiosidad infantil que lo preserva en la tierra de temores inútiles
cree en una feliz unión en el paraíso. Tampoco ahora se pregunta si lo merece.
Su gran consuelo es que
no ha perdido a su madre para siempre:
…que
la volveremos a ver, que volveremos a estar juntos, contentos y felices, como
en este mundo. Sólo el tiempo nos es desconocido, pero eso no me preocupa,
cuando Dios quiera también querré yo. (2)
Tan amables perspectivas suavizan
el dolor provocado por un fallecimiento convirtiéndolo en suave melancolía,
perceptible en las obras de su madurez. Cuando recibe la noticia de la enfermedad
de su padre, le escribe así:
…pues
la muerte, para llamarla por su nombre, es la verdadera finalidad de nuestra vida.
Por ello es que de unos años a esta parte he hecho relación con esta verdadera
amiga del hombre, ¡de tal modo que su figura no sólo ya no me asusta sino que
me tranquiliza y me consuela! Agradezco a Dios porque me ha concedido la gracia
de darme oportunidad (¿me entiende, verdad?) de conocerlo y saber que Él es la
llave para nuestra verdadera felicidad. Nunca me acuesto sin pensar que quizá
no he de ver el día siguiente, a pesar de lo joven que soy, y no hay personas
de cuantas me conocen que pueda decir que estoy gruñón o triste, y por esta
dicha agradezco todos los días a mi creador y se la deseo de corazón a todos
mis prójimos. (3)
Este bendito
convencimiento ayuda a Mozart a realizar su talento. El espíritu formativo sabe
proteger a su pupilo. Ninguna irrupción demoníaca destruye estructuras ordenativas
o traba la fuerza creadora. Aun tocado por la muerte, Mozart escribe música de
armonía embriagadora.
Notas
(1) A su padre, Mannheim,
7-III-1778, I, 431.
(2) A su padre, París,
9-VII-1778.
(3) A su padre, Viena,
4-IV-1787, II, 247.
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