por Matías Bauso
El creador de
"Something" -la mejor canción de amor según Frank Sinatra- hoy
cumpliría 76 años. John y Paul lo ignoraron, su mujer lo engañó con Eric
Clapton y un fanático quiso asesinarlo a puñaladas. Fue el más callado de los
Fabulosos 4. También, el más libre
George Harrison, en una de las
escasas entrevistas que dio en los 80, dijo: "Toco la guitarra más o menos
bien, escribí algunas canciones, produje unas pocas películas, pero ninguna de
esas cosas me define. En realidad, soy alguien distinto a todo eso".
Lo llamaron "el
Beatle tranquilo" o "el Beatle callado". Se
trata de un malentendido, de una reducción cómoda pero injusta y desacertada.
Fue el de más bajo perfil público de los cuatro. Una especie de Houdini con
guitarra, con una capacidad casi mágica para escaparse de los lugares
incómodos.
Si se hubieran
abierto apuestas una vez disuelto el grupo, la mayoría habría dicho que George
se instalaría en un ashram hindú con poco contacto con el mundo
occidental. Nada más alejado de la realidad. Si bien George tenía un muy
desarrollado costado espiritual, también su contacto con lo profano era cotidiano
y voraz.
Harrison fue el
Beatle de las primeras veces. Fue el primero en sacar un disco
solista, fue el primero en llegar al tope de los charts, el primero en salir de
gira solista, el primero en incursionar en fusiones con música de otras regiones:
una precoz world music, el primero en triunfar en la producción
cinematográfica, el inventor de los conciertos benéficos.
Pero todo esto no
sucedió por su intención de llegar primero, de sobrepasar al resto. No había en
Harrison la vocación, la avidez del pionero sino que era la puesta en
práctica de un espíritu libre, de alguien que se permitía pensar por fuera
de las estructuras convencionales y de movilizarse hacia aquello que en verdad
deseaba.
Era el más joven de
los fabulosos cuatro. Esa diferencia de edad, mínima, de apenas un año con Paul, se
mantuvo como brecha psicológica durante toda la trayectoria del cuarteto. En su
residencia en Hamburgo, cuando todavía eran un quinteto (con Stu
Sutcliffe y Pete Best, sin Ringo Starr en
la batería), George se escondía en algún rincón cuando la policía pasaba cada
noche, para no ser deportado porque era menor de edad.
Esos días en
Alemania le dieron al grupo una gimnasia y una cohesión que los consolidó. Las
seis horas diarias frente al público, cada noche de la semana, les
proporcionaron las herramientas del oficio. El resto fue capacidad para
entender una época y la combinación inusual de genios.
Desde el principio
George debió defender su lugar y se convirtió en el guitarrista principal. Aunque con las peculiaridades
que eso implicaba en Los Beatles con John Lennon como el otro
guitarrista y el bajo imaginativo y protagónico de Paul McCartney. En
el primer álbum no aparece como compositor pero si pone la voz líder en un par
de temas en el que se destaca Do you want to know a secret?
Lennon alguna vez
contó que él y Paul no habían pensado jamás en que los otros dos tuvieron
funciones (no habilidades) compositivas. "Pero como tanto Ringo
como George tenían sus fans les escribíamos para ellos".
Para el segundo LP
llegaría su primer tema como autor, Don´t bother me. Un
tema sencillo y rítmico que anunciaría algunas de las constantes de la
participación de Harrison dentro de los discos Beatles. Por un lado, la letra
habla de las primeras complicaciones que surgen de ser un Beatle, un
asunto que obsesionaría a George con el tiempo. Por el otro, ganarse lugar
en algún surco del LP con un tema propio siempre le resultó complejo, una lucha
sorda y desgastante para encontrar un resquicio entre los temas de la dupla
compositiva más famosa del mundo.
Si bien es cierto
que al principio George no componía, cuando empezó a hacerlo fue
subestimado por sus compañeros. Como si no hubiera más espacio que para Lennon
y McCartney y su genio y sus egos enormes. Varios temas de George fueron
descartados y los que lograron llegar a ser grabados fueron indiscutibles
maravillas, canciones invencibles y eternas como Something, While
my guitar Gently weeps y Here comes the sun. Esta última
le brindó a George un triunfo retrospectivo, póstumo: es la canción del
grupo más escuchada en Spotify, con 266 millones de reproducciones supera todas
las maravillas de Lennon-McCartney.
En la grabación
de Let it Be, George Martin y los otros tres, pero
en especial McCartney quien estaba en control de la situación y ejercía una
especie de poder despótico, rechazaron varias de sus canciones: Let
it down, Isn´t it a Pity y hasta Something.
Ese estado de
tensión permanente en el que vivían los Beatles durante la grabación de sus
últimos trabajos, en los que las drogas, el cansancio, los amores y las
ambiciones de cada uno colisionaban, George dejó el grupo luego de una
discusión con Paul. Ni gritos ni escándalos. Simplemente dijo que para
él ya estaba bien; sin dramatismo se despidió con un: "Seguro nos
veremos una de estas noches en algún club".
Sorprende que las
dos ocasiones en que un miembro puso un límite y se fue (Ringo lo había hecho
meses antes mientras creaban el Álbum Blanco), el motivo no haya
sido un enfrentamiento entre John y Paul. Harrison no se sentía bien y, como
siempre, prefirió correrse y hacer lo que consideraba más adecuado. Llegó a su
casa y, esa misma tarde, compuso Wah Wah, otra de las canciones en
que expresa su malestar por las internas, otra de las meta-canciones de las que
era especialista. Unos días después regresó con Billy Preston (ya
había llevado a Eric Clapton para el solo de guitarra de While
my guitar….).
La incorporación
del músico negro encaminó las sesiones de grabación. Something tuvo
que esperar a los encuentros que dieron origen a Abbey Road (grabado
después pero que apareció antes que Let it be). Se convirtió, con
los años, en una de las canciones más versionadas de la historia de la
música; la única de los Beatles que la supera es Yesterday. Frank
Sinatra dijo que era la mejor canción de amor escrita en los
últimos cincuenta años.
Lennon en la
célebre canción-enumeración God escribió que "no
creía en los Beatles". Y también proclamaba que "el
sueño se había terminado". Pero quien llevó eso a la práctica,
quien lo entendió primero fue George. Supo que no debía quedar
encadenado a esa fama, a la locura, ni siquiera a sus tres amigos. Supo que
había vida después de los Beatles. Sin resentimientos porque, al fin y
al cabo, había sido una época maravillosa y lo que no había salido demasiado
bien tenía su justificación. Así lo explicó: "Éramos cuatro
personas relativamente sanas en medio de una locura extrema".
Ese menosprecio
interno hacia sus canciones tuvo, al poco tiempo, un efecto beneficioso. El
mundo estaba convencido de la magia de Lennon y McCartney -¿cómo no estarlo?-.
Pero el talento de George, para la mayoría, ni siquiera era indiscutible como
guitarrista. Así que él decidió mostrarle al mundo de lo que era capaz. Además
como muchas de sus canciones no fueron consideradas por el grupo, para su disco
solista post separación llegó con un arsenal de temas extraordinarios integrado
por composiciones que sus compañeros ignoraron.
Así, el álbum triple, All
things must pass no sólo fue el primer disco de un ex Beatle en llegar
a la cima de los rankings sino que es la primera obra maestra que surge de la
disolución.
Un pequeño y poco
fructífero interrogante: ¿Cuántas obras maestras produjeron individualmente
después de la separación? El triple de Harrison, Plastic Ono Band de
Lennon y posiblemente Band on the run son los que pueden
integrar la lista sin demasiadas vacilaciones.
Al año siguiente,
George Harrison llevó a cabo el primer concierto benéfico de la
historia. Dos presentaciones en un Madison Square Garden repleto en el
que se presentó junto a Bob Dylan (que reaparecía en los
escenarios tras varios años), Billy Preston, Leon Russel, Ravi Shankar,
Eric Clapton, Ringo.
Dylan fue otro de
los beneficios que obtuvo George del divorcio Beatle, tal vez haya sido la
posesión más preciada que le tocó en la división de bienes. El Concierto
de Bangladesh fue revolucionario por varios motivos. Era la primera
oportunidad en que una súper estrella del rock se dedicaba de manera tan activa
a una causa filantrópica e inauguró una nueva manera de pensar.
El rock hasta ese
momento era la revolución, el reviente, el no respetar las reglas. Era de flojo
dedicarse a causas humanitarias. A George no sólo no le importó sino que no
quiso quedarse sólo con el gesto y con la recaudación generosa para su causa
noble. Procuró dar un gran producto artístico. Y lo logró. Allí están el disco
y las filmaciones para demostrarlo. Al contrario de lo que sucede en esa clase
de eventos en los que sólo la acumulación de figuras alcanza, George procuró
que hubiera una unidad estilística y un concepto. Así de la mano de Phil
Spector, recreó en el escenario del Madison la famosa pared de sonido del
productor con dos bateristas y casi una decena de músicos.
El siguiente disco
solista mantuvo el nivel alto, Living in the material world. Aunque
después con cada grabación, el nivel de los álbumes decayera y perdiera fuerza.
En 1974, también fue el primer Beatle en salir de gira, después de la
última del grupo en sus traumáticas actuaciones del 66 repletas de locura,
histeria y gritos.
El alcohol y la
cocaína habían hecho estragos en su voz (circulan en la web grabaciones
de esos conciertos en las que se puede comprobar esto); una voz rugosa, carente
de armonía, cansada, como si sus cuerdas vocales hubieran sido reemplazadas por
una sierra eléctrica. Su vida personal se desmoronaba. Las críticas
fueron lapidarias y George ya no volvió a salir de gira. Sólo hice un
breve tour a principios de los 90 por Japón en compañía de Eric Clapton de la
quedó registro en un buen disco doble.
En la gira del
74, su esposa Patty Boyd lo estaba por dejar por Eric Clapton. El
guitarrista inglés ya le había escrito a la esposa de su amigo, ese himno que
es Layla. Paradójicamente, Clapton y Harrison grabaron juntos
una versión de Bye Bye love.
Pese al engaño (que
George trató de remediar acostándose con todas las mujeres que se le cruzaran,
entre ellas Maureen, la esposa de Ringo) la amistad entre Eric y George no se
resintió. Harrison no sólo fue invitado a la boda de Clapton con Patty, sino
que junto a Ringo tocó para los novios. Cuando le preguntaron dijo: "Prefiero
que Patty esté con un amigo, con alguien a quien estimo".
Su primer contacto
con la India se dio a mitad de los 60. Su entusiasmo llevó a sus tres amigos
hacia allí. Luego sucedió el episodio del Maharishi y el
desencanto de Lennon y compañía. Pero George quedó conectado con lo
hindú y con su música. Estudió con Ravi Shankar e
introdujo la sítar en la música occidental moderna.
Ese impulso hizo
que los Beatles incorporaran instrumentos inusuales en sus grabaciones y
grabaran varios temas con influencias y melodías de la India. De ellos,
posiblemente el mejor sea Within you Without you incluido
en Sargeant Pepper, un tema extraordinario que mucho tiempo después
fue alabado por John Lennon pero que en las grabaciones sólo contó con la
presencia de George, sin que ninguno de los otros tres participaran.
El primer disco
solista de George, primer disco solista publicado por un Beatle, fue la banda
de sonido de una película llamada Wonderwall. George aceptó la
oferta porque era un vehículo para dar a conocer música hindú y la obra de su
amigo y maestro Ravi Shankar.
Esta conexión con
la India profundizó su búsqueda espiritual. Meditación, yoga, filosofía
oriental, hare krishna. La cuestión se filtraba en su música. En My
Sweet Lord, su primer gran éxito solista, los Hare Krishna y los aleluya se
repiten y amontonan en los coros. Antes de continuar detengámonos en My
Sweet Lord: un súper éxito que tuvo otro escaso privilegio, fue el primero
en perder un juicio por plagio ("Plagio
involuntario", dijo el juez) por su innegable parecido con He's so
fine de las Chiffons.
Harrison logró
muchos años antes de que alguien lo conceptualizara, de que otros muchos
indagaran y explotaran el recurso, una síntesis entre el rock y la música de
otras latitudes. Esa búsqueda novedosa, esa fusión anticipó la world music.
Su vida espiritual
no incluyó sermones ni proselitismo, o intentos de predicar en cada ocasión
pública que se le presentaba. A su vez convivía con todos los placeres
terrenales. Una gran colección de autos, la mansión de 120 habitaciones, las
drogas y las mujeres.
Mientras editaba
discos que no tenían la repercusión de otras épocas. también tuvo tiempo para
dedicarse a la producción de cine. Fue quien aportó el dinero para
que pudiera filmarse La vida de Brian, la iconoclasta obra maestra
de los Monthy Python. Eric Idle, integrante del grupo
cómico y amigo de George, explicó: "La financió porque quería ver
la película". Posiblemente, la entrada de cine más cara de la
historia.
A mediados de la
década del 80 su carrera tuvo un nuevo renacer con Cloud Nine, un
gran disco pop con producción de Jeff Lyne. When we was fab recordaba,
con cariño, sus años de Beatle. El cover de una olvidada canción
americana, Got my mind set on you fue un gran hit lleno de
guitarras alegres.
El siguiente paso
fue el de conformar los Travelling Wilburys. Cada vez que varios
músicos con cierto nombre y trayectoria se unen en una banda se habla de súper
grupo. Pero esa denominación debería estar vedada después de los Travelling
Wilburys: Harrison, Dylan, Roy Orbison, Tom Petty y Jeff Lyne. Una
selección. El legítimo súper grupo.
En vísperas del
cambio de siglo, el 30 de diciembre de 1999, una de sus peores
pesadillas. Luego de la muerte de Lennon se mostró, no sin razón,
muy preocupado por su seguridad. Ese penúltimo día del siglo
pasado, un intruso con alteraciones mentales ingresó en su mansión y lo
apuñaló en varias ocasiones. Su propio Mark David Chapman pero
sin El guardián entre el centeno en sus bolsillos. Su
esposa Olivia redujo al atacante. George estuvo grave y pasó varios
días en el hospital.
Pero George murió
víctima de un cáncer el 29 de noviembre de 2001.
"Los Beatles
existen más allá de mí. No soy el Beatle George. El de Beatle es un traje, o un
disfraz, que uso de vez en cuando. Pero hasta el final de mi vida, la gente
verá eses traje y lo confundirá conmigo", dijo.
Todos tenemos
nuestro Beatle favorito. No necesariamente debe ser una decisión argumentada,
puede estar guiada por sentimientos y no por sólidas razones intelectuales. Es
un asunto del corazón. Los que elegimos a George sabemos, estamos convencidos,
de que nuestra decisión tiene sólidos fundamentos racionales. Es nuestro Súper
Beatle. Su libertad, sus canciones, su perfil bajo, su búsqueda y su sonrisa
despreocupada son nuestros aliados inexpugnables.
(25-2-2019)
(25-2-2019)
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