ARTURO SERGIO VISCA: PRÓLOGO (3)
HISTORIA DE UNA NOVELA EXCEPCIONAL
ORQUESTACIÓN FINAL (3)
El segundo de los borradores mencionados es el siguiente:
“Iniciar con una escena entre el
Comisario Tigre y el Peludo. Es de nochecita. La luz de un candil. Sombras y
claridades violentas.
-Nosotros tenemos que marchar
como buenos amigos. Yo, con la mitad de la coima, estoy conforme. Es lo justo,
porque usted también tiene sus calentaderos de cabeza y debe recibir su buena
retribución.
-¡Pero compañero! -saltó
escandalizado el Peludo- ¿No le parece que la mitad entera para usted es mucho?
Yo tengo que aguantarle la vela a las piernas, tengo que vigilar al coimero
para que no abuse; pago luz, pago casa, pago…
Tanto echó atrás el Tigre la
cabeza para interrumpirle con tal actitud que la atrasada sonrisa que le
obstentó era rozada por su mirada cada vez más inquisidora.
-¡Pero claro que tiene razón!
¿Cómo iba yo a abusar de mi autoridá? ¿Cómo, porque yo, si se me antoja, le
puedo hacer la vida imposible, y hasta meterlo a usté en las guascas, voy a
desagerar? Usté cree que yo voy a salir de prepotente y a obligarlo a echar los
bofes en mi beneficio valiéndome de que lo puedo mandar al cepo porque se le ha
quedado con todo a su sobrina,
-¡Paresé! -intentó decir el
pulpero.
Pero el otro lo acalló con un
brusco ademán. Y siguió, persuasivo:
-¡No, compañero! -yo me refiero a
la mitad de la ganancia líquida. Se saca para el coimero, se saca para los
gastos y, después sí, entonces sí, se hacen las dos partes… -Y para afirmar
bien el clavo, agregó: -Sepa usté, mi amigo, que yo nunca para mis cosas hago
prevalecer mis galones. Yo en estos asuntos siempre soy como cualquier
particular. Nosotros aquí estamos de igual a igual. Y es justo, entonces, que
seamos iguales en el reparto. ¿Que yo en un mes le puedo hacer cerrar la
pulpería? ¿Que le puedo hacer un sumario por apropiación indebida y doy con sus
huesos en la cárcel? Demasiado lo sé, pero es como si no lo supiera, se lo
aseguro. Aquí no hay autoridá ni nada. Aquí solito hay dos amigos que se llevan
como hermanos. Y el primero que se halle en un apuro de plata -aquí tembló el
Peludo, lo advirtió el Tigre, atenuó con- o cualquier cosa -y siguió: -que
recurra al otro y eso servirá de ejemplo. (Tachado: “y se
verá lo que es la amistá”). (4)
El episodio esbozado en el borrador que se ha transcripto estaba destinado,
sin duda, a alcanzar un amplio desarrollo. Así lo denota el comienzo: “Iniciar con una escena entre el Comisario
Tigre y el Peludo”. Dentro del plan que el autor se proponía para “orquestar” los primeros capítulos de la
novela, esta escena, seguramente, correspondía a las situaciones iniciales,
preparatorias del núcleo argumental y necesarias para ir definiendo a los
personajes. Parece innecesario subrayar cómo en esta escena el autor logra, con
insuperable maestría mostrar la interioridad de los personajes a través del
diálogo y sin necesidad de acotación alguna. Es igualmente innecesario hacer
notar la gracia y el humor que irradia de sí la situación planteada.
Notas
(4) Cuando en el Capítulo II, La
comisaría, el Comisario recibe la carta del tenedor de libros, en ella lee:
“Coima y todo correrá igual que en vida
del finado Peludo, si muere, mientras yo esté al frente de la casa (…)”.
Indudablemente, la situación transcripta tiene relación con lo expresado en esa
carta del tenedor de libros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario