por
César Cervera
Fueron felices, comieron
perdices y a la bruja le amputaron sus pies achicharrados... O al menos eso
deja intuir el cuento de los hermanos Grimm. La mayoría de sus relatos
infantiles fueron suavizados por Disney o por ellos mismos en sucesivas
ediciones. En el final del cuento de la «Cenicienta» escrito por estos
alemanes, los pájaros que cantan alegremente en la versión de dibujos animados
se lanzan a arrancarles los ojos a las malvadas hermanastras. No es una versión
apta para menores de edad, como no lo es que, al final de «Blancanieves», el
príncipe ordene que la malvada bruja se calce un par de zapatos de hierro
candente y baile hasta que caiga muerta. Se lo tenía merecido, según los Grimm,
pues, al fin y al cabo, había creído comerse el corazón de Blancanieves cuando
en realidad era el de un jabalí.
La crueldad del cuento de
los hermanos Grimm llevó a un grupo de investigadores alemanes a preguntarse
cuál pudo ser la inspiración histórica o el relato medieval en el que se basa
la historia de «Blancanieves». Entre distintas teorías, la más probable
apuntaba que Blancanieves estaba basada directamente en la vida de María Sofía
Margarita Catalina Von Erthal, una princesa alemana del siglo XVIII que sufrió
los desprecios de su madrastra.
María
Sophia, la princesa ciega querida por todos
El príncipe Philipp
Christoph von Erthal, condestable de Kurmainz, tenía así una hija, María
Sophia, que se quedó ciega parcialmente a causa de una viruela y que perdió a
su madre en 1741. Sus desgracias personales y su carácter bondadoso hacía que
la población adorara a la princesa. Tras dos años viudo, su padre se casó con Claudia
Elisabeth Maria von Venningen, condesa imperial de Reichenstein y aspirante a
madrastra cruel. La segunda esposa de Philipp Christoph dio preeminencia a los
hijos de un anterior matrimonio y, según el mito, María Sophía fue objeto de
distintos episodios de maltrato y desprecio. No parece, sin embargo, que
hubiera argumentos para considerarla una mujer perversa en la vida real; siendo
el cariño que el pueblo tenía hacía María Sophia el que pudo dervirtuar su
papel de madrastra.
Las similitudes van más
allá. La familia de Philipp Christoph von Erthal estaba asentada en un poblado
de Lohr, junto al río Meno, cerca de Frankfurt. En el castillo de Rieneck, de
su propiedad, se conserva un «espejo parlante», es decir, un juguete acústico
idéntico a uno que estuvo de moda en el siglo XVIII y era fabricado en Lohr,
ciudad famosa por la manufactura de espejos y cristales. Este ingenio habría
inspirado a los
Además, por razones que
se desconocen, María Sophia entró en contacto cotidiano con un grupo de mineros
de la región. Dado que las minas de Bieber eran muy estrechas y algunos túneles
casi inaccesibles, se requería del trabajo de personas pequeñas o incluso de
niños. Estos trabajadores llevaban gorras y capuchas de colores chillones para
protegerse de los golpes, al igual que en el cuento. Pero no todo era magia en
las minas de Bieber, donde el trabajo resultaba brutal y muchos morían siendo
niños.
La salud de la princesa
tampoco fue buena, lo que pudo dar lugar a alguna enfermedad que la obligara a
guardar cama en distintos periodos. Lo que sin embargo no ocurrió es que fuese
envenenada por una manzana o quedara en coma a la espera del beso de un
príncipe en su ataúd de cristal. En lo referido a este ataúd de cristal, podría
tener su raíz en la importante industria del vidrio de la zona. Todavía hoy se
pueden encontrar algunos ejemplos, especialmente en iglesias católicas, de
urnas y ataúdes hechos de cristal.
Otra
teoría: Felipe II y su amor alemán
Para el historiador
alemán Eckhard Sander, por el contrario, Blancanieves habría sido una joven
condesa que se llamaba Margarethe Von Waldek. Esta noble vivió en Alemania en
la primera mitad del siglo XVI, en la misma época en la que el entonces
príncipe Felipe II realizó el «Felicísimo Viaje» por el continente europeo para
conocer los límites de su futuro reino. Mujeriego y en ese momento soltero,
Felipe de España habría mantenido una aventura con esta condesa alemana que
devino en tragedia.
La hermosa Margarethe
murió supuestamente envenenada por las intrigas de la corte, que evitaron así
que se casara con Felipe II de España. Las semejanzas con el cuento, una vez
más, tienen a los enanos como elemento vertebrador. La condesa jugaba desde
pequeña con siete niños desnutridos y envejecidos prematuramente que trabajaban
en las minas de la familia von Walked. Su pobreza les hacía vestir con harapos
coloridos y largos abrigos.
Pero estas dos no son las
únicas teorías. En la línea de que los relatos de esta naturaleza están
presenten en distintas literaturas y culturas no relacionadas entre sí, hay
quien no cree que los hermanos Grimm empleasen una única fuente. Simplente sus
cuentos fueron el resultado del folklore alemán y los mitos locales.
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