46: DIBUJANDO LA SOMBRA
Linda Jacobson (2)
Antes
de llevar a cabo esta visualización conviene crear un entorno acogedor mediante
el uso ritual de velas, flores o música, por ejemplo. Entonces cerremos los
ojos, prestemos atención a la respiración y digámonos:
Estás en un hermoso jardín un paraje
que ya conocías anteriormente o un lugar completamente desconocido. Mientras
caminas sientes la textura del camino de piedra bajo tus pies. Adviertes el
fascinante color de las flores y las plantas, la claridad azul del cielo, la
suavidad de las nubes blancas y la brisa del aire en tu rostro. ¿Hace frío o
calor? Toma nota de todos los detalles sensoriales.
Siente entonces que estás en un lugar
sagrado, un lugar seguro o poderoso. Siente también que estás lleno de una
radiante luz, que eres un ser humano pleno.
A continuación ves a la única persona
que no desearías ver. (Pausa) Ese individuo te saca de sus casillas y te
molesta terriblemente sin que sepas siquiera por qué. En muchos sentidos se
trata de alguien completamente opuesto a ti. ¿Se trata de alguien a quien
conoces o es acaso una mezcla de diferentes personajes? ¿Qué aspecto tiene?
¿Qué colores y estados de ánimo rodean su presencia? ¿Sientes enfado, temor,
pavor, odio, respeto, amor o fastidio?
¿Qué es lo que tanto te desagrada?
¿Cuál es el sonido de su voz? ¿Qué es lo que dice? ¿es exigente, egoísta,
cruel, tímido, provocativo o arrogante?
Tómate tiempo para llegar a sentir
plenamente esta figura oscura. Deja que sus sentimientos penetren profundamente
en todas las células de tu cuerpo hasta que su ser te resulte evidente.
(Pausa).
Entonces, con los ojos cerrados,
comienza a bosquejar tus sensaciones. Luego abre lentamente los ojos y sigue
dibujando durante unos quince minutos.
Tras
esta visualización guiada puedes tratar de dar forma a la experiencia utilizando
materiales fáciles como ceras u óleo. Sé espontáneo y permite que las imágenes
vayan surgiendo ante tu visión interna sin criticarlas. Trata de permanecer en
contacto con la sensación sin prestar atención a los aspectos formales, sin juzgar
la calidad del dibujo sino guiándote exclusivamente por la expresión emocional.
No
importa que el dibujo sea abstracto o representativo, no importa que comprendas
o no el significado de la imagen, lo único que importa es que la imagen de
adecue a tu sensación. El simple hecho de dibujar es curativo porque careces de
una imagen consciente de tu sombra para trabajar con ella.
Si
aparece una imagen espantosa, tal como la víctima de un abuso o un tirano
enojado, por ejemplo, sigue dibujando. El dolor puede incentivar nuestra
energía creativa y ofrecernos una gran oportunidad de renovación.
A
partir de este dibujo original puedes desarrollar también una serie de imágenes
de la sombra. La imagen y los colores pueden cambiar y asumir muchas formas
reflejando, de este modo, el proceso curativo.
N.R.,
como muchos de mis discípulos descubrió que el hecho de afrontar el aspecto
paterno de su sombra y su dañado niño interno favorece la comprensión creciente
de nuestra propia fortaleza y el logro de una mayor confianza en nosotros mismos.
Veamos ahora otros ejercicios para trabajar con la sombra:
*
Haga un dibujo que integre la sombra con el resto de su persona.
*
Dialogue por escrito con su sombra tratando de descubrir cuáles son sus
necesidades.
*
Dibújese a usted mismo desde el punto de vista de la sombra
De
este modo es posible que usted también llegue a descubrir que el hecho de
dibujar la sombra puede convertirse en una fecunda experiencia creativa.
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