HUELLAS DE UNA VOZ LITERARIA
por Silvina Friera
Con varios estudios monográficos y breves ensayos, la edición realizada
por el centenario del escritor paraguayo abre un ciclo que contempla el
lanzamiento de títulos que recopilan artículos periodísticos y varios cuentos y
poemas inéditos.
El escritor
paraguayo, que nunca dejó de definirse como un campesino –“utilizo la palabra
‘campesino’ con cierto orgullo, porque en mi obra he procurado recuperar la
dignidad de ese término–, capturó el choque entre las culturas indígenas y
extranjeras en su país, y la rebelión y tenacidad del pueblo guaraní a través
de una de sus obras maestras, Yo el Supremo, publicada en 1974 cuando
todavía vivía exiliado en Buenos Aires. Dos años después, la dictadura
cívico-militar incorporó la novela a una larga lista de obras consideradas
subversivas y su autor tuvo que enfrentar un segundo exilio en Francia. En el
año en que se cumplió el centenario del nacimiento de Augusto Roa Bastos
(1917-2005), se presentó una edición conmemorativa de la novela preparada por
la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua
Española (Asale).
La edición
conmemorativa de Yo el Supremo (Alfaguara)
incluye varios estudios monográficos y breves ensayos de los especialistas
Darío Villanueva, Ramiro Domínguez, Beatriz Rodríguez Alcalá de González Oddone
y Francisco Pérez-Maricevich, así como una sección final titulada “Otras
revelaciones roabastianas”, con contribuciones de Susana Santos, Esther
González Palacios, el uruguayo Wilfredo Penco, Roberto Ferro, Antonio Carmona y
Milagros Ezquerro. También hay una bibliografía básica del escritor paraguayo,
un índice onomástico y un glosario de voces utilizadas en la novela, a los que
se agrega una cronología de los sucesos históricos que se produjeron en el
período final de la dictadura de José Gaspar Rodríguez de Francia. “Roa Bastos
ha dejado una obra fundamental para el desarrollo de nuestra narrativa”, dijo
Darío Villanueva, director de la RAE. El escritor y miembro de la Academia
Mexicana de la Lengua (AML), Gonzalo Celorio, ubicó la novela de Roa Bastos en
la novelística hispanoamericana al postular que Yo el Supremo se inscribe en la corriente del dictador latinoamericano,
que empieza con Ramón del Valle-Inclán y su Tirano
Banderas, publicado en 1926.
Renée Ferrer,
presidenta de la Academia Paraguaya de la Lengua Española, (Aparle), destacó la
“excelente prosa” del escritor paraguayo, el permanente “compromiso con la
condición humana” y una “defensa de la libertad” que le permitió tener una
“clara conciencia de las injusticias infringidas por los poderosos”. “El exilio
marcó a fuego el alma de Roa Bastos, pero también lo puso en contacto con
importantes polos de cultura que influyeron en su destino personal y, por ende,
en el de la literatura paraguaya”, agregó la académica paraguaya. El germen de Yo el Supremo viene de una invitación
que le hicieron el peruano Mario Vargas Llosa y el mexicano Carlos Fuentes al
escritor paraguayo. Le propusieron que escribiera un retrato de Gaspar
Rodríguez de Francia, el supremo dictador paraguayo durante veintiséis años,
entre 1814 y 1840, para una obra con perfiles de dictadores latinoamericanos
que se llamaría Los padres de la patria.
Aunque el proyecto no prosperó, Roa Bastos trabajó durante seis años en la
creación de la voz del Supremo. La novela pronto cosechó elogios. Tomás Eloy
Martínez aseguró que se trataba de “uno de esos grandes libros-madre a partir
del cual nacerá la literatura de los años venideros”. Ricardo Piglia escribió:
“Si se quiere ver qué niveles puede alcanzar una práctica revolucionaria en
literatura, léase Yo el Supremo, de
Roa Bastos: esa novela admirable, sin duda la mejor que ha producido la
narrativa latinoamericana desde La vida
breve (Juan Carlos Onetti)”. Onetti
definía a Roa Bastos como un “prosista admirable”. “Es tan bueno el libro que
historiadores abundantes en talento y fantasía afirman que Yo el Supremo no pudo
ser escrito por Roa Bastos. Aseguran tener pruebas de que cuando el falso autor
inició la escritura del libro, José Gaspar de Francia lo hizo fusilar frente a
un naranjo enano”, decía Onetti.
Mirta Roa, la hija
del escritor, confirmó que la Fundación Roa Bastos ya tiene preparado un
volumen que recopila los artículos sobre literatura y democracia que el autor
de El trueno entre las hojas (1953), Hijo de hombre (1960) y El baldío, entre otros libros de cuentos
y novelas, publicó en el diario español El País entre 1982 y 1993. También
anunció que llegarán a las librerías “los cuentos inéditos y las poesías
inéditas de los años primeros”, aunque no especificó la fecha de publicación.
(Página 12 / 20-12-2017)
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