“EL ARTE ES INABARCABLE. ME TRANSFORMA EN UNA MEJOR PERSONA. ME AYUDA A SER UN POCO MEJOR”
por Marcelo Reyes
(reportaje recuperado de Hoy es Rock!)
Diego Presa es co-fundador e integrante del colectivo Buceo Invisible. Músico, poeta, con más de 15 años de investigación y experiencia musical. Recientemente publicó su primer disco solista, homónimo, con temas de su propia autoría, producidos y arreglados por él, que también se hizo cargo de toda la parte instrumental.
Es docente de música en escuelas y colegios de la capital y el interior del país. Y es otro artista que dedica sus días por entero al arte, como docente, como compositor, como músico. Qué es el arte? suma otra visión de un artista uruguayo, para seguir ahondando sobre la in-definibilidad o no del arte, y lo que produce y genera en la vida de las personas.
Es docente de música en escuelas y colegios de la capital y el interior del país. Y es otro artista que dedica sus días por entero al arte, como docente, como compositor, como músico. Qué es el arte? suma otra visión de un artista uruguayo, para seguir ahondando sobre la in-definibilidad o no del arte, y lo que produce y genera en la vida de las personas.
Diego, cómo ingresó el arte en tu vida?
Y supongo que como toda la gente, desde la pre-historia ¿no? Yo creo que las influencias y la percepción artística acompaña a las personas prácticamente desde que nacen, e influye en su vida desde antes de la memoria.
Sin duda, desde la panza, desde el vientre materno…
Sí, hay estudios hechos con respecto a los estímulos artísticos intra-uterinos, eso sin duda. Después, conscientemente, varias experiencias de niño.
¿Tenés o tuviste familia vinculada a la música?
Mi abuelo era músico. Tocaba el violín. Después vendió sus violines y se compró una guitarra, y empezó a componer. Le gustaba la milonga, los estilos, los tristes también. Y también componía tangos. Y bueno, de alguna forma mi abuelo fue una voz muy presente en mi infancia, tocando su guitarra. Yo ahora, de vez en cuando toco alguna de sus canciones. Recuerdo escucharlo cantar de mañana en mi casa. Y algo anduvo ahí. Algo seguramente haya generado.
Y después, bueno, lo que le pasa a toda la gente, con las cosas que uno escucha, que uno lee y ve en la televisión, en la radio, desde chiquito, y que te van marcando, generando determinadas experiencias. Yo recuerdo de niño tener vivencias fuertes con canciones. Fui también lector precoz, empecé a leer desde muy chico. Y bueno, a la televisión le daba unas cuantas horas. Quieras o no, eran experiencias artísticas intensas, que me fueron marcando.
En cuanto a lo más formal, empecé recién a los 16 años a tocar la guitarra, a estudiar guitarra. Y ahí, casi paralelamente, empecé a escribir. Mi profesor de guitarra, que era Hugo Giovanetti Viola, aparte de dar clases tenía un taller literario. Y es un tipo (siempre fue) muy generoso en cuanto a su material y biblioteca, nos pasaba libros. Recuerdo que me pasó a Bukowski, Raymond Carver, etc. Cosas que me partieron la cabeza a los 16, 17 y 18 años. Son cosas que te cambian la vida.
Es que muchas veces pasa así, realmente te cambian la vida…
Te cambian la vida. El lugar que ocupa el arte en mi vida es fundamental. Yo me dedico a eso.
Tu vida hoy, diariamente, se dedica a ello…
Absolutamente. Tiene que ver con mi sustento. O sea, es realmente mi oficio, mi trabajo.
¿Y cómo lo fuiste canalizando, desde el momento en que aprendiste guitarra?…
Se fue desarrollando con una banda que teníamos hace muchos años, la Banda Barroca, éramos ocho integrantes. Y fue una experiencia muy interesante…
Siempre te gustaron los colectivos…
Sí, inevitablemente ¿viste? siempre con mucha gente sí, éramos ocho. Después que se disolvió, empezamos con Buceo Invisible. Camino que ya lleva 15 años.
Y paralelamente, de a poco, reafirmándome en el oficio, descubriendo que era mi forma de estar en el mundo, mi verdadero trabajo.
Fuiste formalizando el arte de la música en tu vida, como medio…
…De vida, exactamente. Sí, porque de hecho, también estudié para dar clases de música. Entonces, ya hace muchos años que doy clases en escuelas. Hace 14, 15 años también. Trabajo con niños de dos años hasta doce, y es algo muy importante en mi vida, que también forma parte de mi vocación. No es que sea un trabajo tipo: “como mis canciones y Buceo Invisible, no me dan para subsistir mes a mes, tengo que agarrar un curro”, no, ni ahí. Es un trabajo verdadero, es un trabajo vocacional. Así que bueno, ocupa un lugar fundamental en mi vida.
¿Actualmente, cómo es tu día en ese sentido? Trabajas de mañana y de tarde en escuelas?
Básicamente sí. Voy cambiando. Trabajo en varias escuelas, públicas y privadas, de diferentes contextos. Porque también me interesa explorar, y poder vivir experiencias en contextos bien distintos. Trabajé en escuelas rurales también. Y sí, por suerte, (porque es algo que ayuda), no tengo una rutina diaria. O sea, de lunes a viernes no trabajo siempre en lo mismo, voy cambiando. Cada día tiene su propio esquema. Básicamente es así. Y en las noches ensayo, con Buceo, o también para mi….toco todo el día, y canto todo el día.
Te vas puliendo cada día…
Y quieras o no vas trabajando. Vas trabajando tanto en las clases con los niños como después en los ensayos. Vas definiendo e incorporando elementos técnicos y musicales.
Y bueno, la pregunta entonces aquí, ¿qué es el arte para vos?
Pah... Ocupa un lugar fundamental en mi vida. Porque es mi oficio, porque es mi trabajo. Yo me dedico a la música, es mi sustento. Y me resulta imposible imaginar mi vida sin esto que hago. No puedo. Me cuesta mucho pensarlo.
¿Qué sentís que aporta en tu vida el arte?
Es inabarcable. Me transforma en una mejor persona. Me ayuda a ser un poco mejor.
Y el contacto con los niños por ejemplo, vos manejás diferentes edades entre los niños que enseñas, cómo influye eso? ¿Qué instrumentos manejás?
La forma de encarar la clase depende del lugar, y depende del material que haya en la escuela. Básicamente yo me acompaño con la guitarra, pero si hay un piano toco el piano, y si no, trabajamos con instrumentos didácticos, instrumentos de percusión o si hay instrumentos “Orff” que son los xilofones y metalofones, etc. Y bueno, a partir de ahí se va desarrollando el trabajo.
Una cosa fundamental también, es el tema a nivel social. Aparte de ser mi trabajo, la música me ha permitido conocer mucha gente, me ha ayudado a relacionarme con la gente. En ese sentido ha sido un vehículo fundamental. Y realmente no me puedo imaginar mi vida sin la música, sin cine, sin los libros.
¿Y tenés alguna metodología que aplicas didácticamente y alguna corriente artística o referencia que te influya?
Sí, por supuesto, para dar clases tenés que estudiar. En cuanto a la docencia, hace muchos años, en las primeras décadas del Siglo XX, en Europa se empezó a renovar la educación musical en las escuelas. Ahí estaba Orff, Kodaly, Martenot, etc. Y a partir del trabajo de gente como Violeta Hemsy esas nuevas metodologías se fueron aplicando, lentamente, en el cono sur. Diferentes autores que fueron, justamente, transformando el vínculo que era necesario que se entablara entre el niño y la música.
Hay diferentes metodologías. Uno va tomando cosas de distintos lados. Básicamente se trata de que en las escuelas el niño pase por la experiencia de la educación musical, a nivel pre-escolar y a nivel escolar, y que ese encuentro sea positivo. Que sea estimulante, que le genere interés, curiosidad, placer. Después cada gurí más adelante seguirá estudiando música, o no.
Yo creo que la música tiene que formar parte de la educación formal de manera más universal. Me refiero al aprendizaje de un instrumento por ejemplo. Eso enriquece espiritualmente a las personas.
Desde la visión de la República de Platón, incluía a los niños la educación musical y artística como forma de multiplicarle la visión de las cosas…
Desde los griegos, exactamente. Para los griegos antiguos la música era una de las materias principales. Y más allá de que después te dediques profesionalmente a la música o no. No necesariamente tenés que ser músico.
Pero es como que te abre la cabeza…
Yo creo que te abre la cabeza. Y te conecta con vos mismo. Y mejora tus momentos de soledad. Creo que es algo super positivo para la gente, poder incorporar esos espacios de auto-conocimiento ¿no? Atendiendo. Concentrado, escuchando.
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