HOMBRE PÁLIDO EN EL FANGO
Paulo Roddel (Uruguay, 1977) co-fundó los grupos de poetas 7 segundos y Seis50. Editó en forma artesanal libro/objeto los poemarios Trapos (Ediciones Seis50, 2004) y Palidezco (2010), además de participar en la grabación de los CD de poesía 7 segundos en la vuelta de tu oreja y Ablación del habla (2006).
Ha colaborado con el suplemento Cultura Rock de La República y la revista Los Inrockuptibles (Argentina), así como en la composición y coescritura de canciones para bandas de rock.
Actualmente integra el equipo de redacción de la revista Fango y escribe notas y artículos de rock para La Diaria, Periscopio y ArteSuburbano. Participa también en varios portales culturales de Uruguay, Argentina, España y Chile.
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Tu lenguaje crea atmósferas colorísticas, sonidísticas, anímicas y conceptuales simetrizando en base a influencias evidentemente castellanas. ¿Cuáles son tus principales fuentes de nutrición por ese lado? ¿Cuáles son las que provienen de textos traducidos?
Los textos intentan crear esas atmósferas, que por otra parte son atmósferas entremezcladas; los colores, los sonidos, las imágenes, los estados de ánimo y los conceptos son como los ingredientes necesarios al momento de sentarme a escribir algo. No escribo todos los días, escribo cuando siento que quiero o necesito hacerlo. Esos ingredientes pasan por muchas cosas distintas, por ejemplo hechos relativos a la realidad, cosas que me han pasado, algo que leí o vi y que oficia de disparador interno para crear algo nuevo. Lo curioso es que si bien escribo mucho más poesía que narrativa, leo mucho más narrativa que poesía, soy de elegir una novela o un libro de relatos y leerlo pero leerlo bien, así que no descarto publicar más cuentos ya que si bien he publicado algo de narrativa, no ha sido tan habitual como publicar poesía.
La nutrición estrictamente poética podría venir por el lado castellano con Oliverio Girondo, César Vallejo, Nicanor Parra, Marosa di Giorgio, Idea Vilariño, Salvador Novo, Jaime Sabines, Alejandra Pizarnik, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Olga Orozco, algunos libros de Neruda, claro está, entre muchísimos otros. En cuanto a los traducidos, muchísimos más, los románticos más que nada ingleses (los Shelley y compañía), William Blake, Poe y Baudelaire (¿quién podría obviarlos?), Rimbaud, Mallarmé y Verlaine, los simbolistas todos, Guillaume Apollinaire, los surrealistas con Eluard y Breton a la cabeza, Dylan Thomas, algo de la Generación Perdida como Ezra Pound, también Rainer M. Rilke, la poesía beatnik con Ginsberg, Kerouac y Ferlinghetti, rusos como Vladimir Maiakovski y Evgueni Evtuchenko, otros yankees contemporáneos como e.e. cummings, Robert Lowell y Erica Jong, por mencionar apenas unos cuantos. Si tuviera que mencionar narradores tendría que mencionar unos cuantos más.
La dedicatoria personal del libro que me entregaste habla de algunas instrucciones para (no) palidecer. A mí me resultó tan importante ese (no), que me fue imposible leer el poemario sin tomar en cuenta esa importantísima advertencia / reclamo / eventualidad salvífica. Y en el poema Orfandad hay un verso que sentencia: “La Salvación está perdida”. ¿Lo sentís tan así? Además, ¿a qué refiere esa Salvación?
Tal vez puede ser la posibilidad de salir más o menos pálido que antes luego de la lectura del libro. Caben ambas posibilidades, la de palidecer o no. Hablo de palidecer como algo referido a la carencia, la falta, la ausencia, la sensación de cosa desteñida; el libro leva en sí mucho de cosa ausente, de pérdida, de desolación.
Las instrucciones serían los textos, que servirán o no, quién sabe, son mínimas instrucciones, platos de un menú o te diría hasta recetas para la elaboración de un plato que puede resultar berreta o delicioso; por otro lado, la Salvación a la que me refiero está escrita con mayúscula porque quise dar a entender que es la Salvación bíblica, siguiendo con alusiones religiosas, como en el texto Visión desde el Monte Ararat y Gólgota a lo lejos.
Ya a partir de los dos primeros textos de Palidezco, que refieren al monte Ararat y al Gólgota, esa soledad colectiva que vivimos actualmente parece definir a la modernidad (y a la subsiguiente posmodernidad) como una nueva caída. ¿Cuáles serían los rasgos definitorios de esa palidez global?
La soledad colectiva se refiere a eso de que estamos juntos pero solos. Siento que el ser humano está mas solo que nunca, no incomunicado, digo solo, como ser individual dentro de una sociedad, todos nos comunicamos de muchas diversas maneras y a través de diferentes medios, sentimos que formamos parte de algo pero no sabemos muy bien qué es. La palidez global estaría vinculada a esa soledad, lo asocio con la palidez de los muertos, es un mundo descolorido, poblado por nosotros, seres pálidos carnal y espiritualmente; la soledad es una manera de estar muerto en vida, la soledad verdadera, la que punza todos los días e intentamos no ver, la que intentamos maquillar, no me refiero a eso de que “a veces es mejor estar solo”, eso es otra cosa, se necesita estar solo a veces claro, pero la soledad colectiva es peor, es como un mirarse todos pero no reconocerse en nadie. Pero además esos textos que nombrás refieren a cuestiones bíblicas, de la historia del cristianismo, que también nos ha dejado terriblemente solos, aunque debería aclarar que no soy creyente, sólo tengo fe. Es un libro que identifico tal vez con cierto aire existencialista, no es a las claras un libro divertido, puede ser moderno, posmoderno, no sabría ni quisiera etiquetarlo, sólo ES. Pienso que sobrevuela un aire pesimista, solitario y cuestionador a lo largo del libro.
Contá cómo funciona el colectivo de Redacción de la revista Fango.
La capitana del equipo es Sofía Arocena, dentro del perfil que se establece para cada número, cada cual es libre de proponer sobre escribir acerca de lo que le guste, sea artista, vanguardia, etc. La libertad de opinión es lo más importante en Fango, a veces surgen discrepancias respecto al contenido, pero discrepar no significa censurar. Cada uno propone algo o alguien acerca de lo cual quiera escribir y se ve si encaja en éste o en el próximo número de la revista. Si bien todos aportamos en varias cosas, existe cierta delegación en cuanto al trabajo; alguno escribe más que otro pero se dedica más a la difusión, otro más a la redacción, otro se enfoca en el diseño, pero en el fondo todos la promocionamos de algún u otro modo, todos en definitiva hacemos un poco de todo, aunque enfocándonos más cada uno en nuestras respectivas tareas específicas. Debido a que todos en el equipo tenemos otras actividades, las reuniones grupales son escasas, así que intentamos definir las cosas por mails, así cuando nos podamos reunir las ideas preacordadas fluyan fácilmente y terminemos esas reuniones con todo prácticamente armado y definido. El colectivo de Fango se conforma con personas que provienen de diferentes disciplinas artísticas y creativas, como la escritura, la danza, el teatro, la música, el diseño, pero nos juntamos todos estéticamente en la revista y disfrutamos mucho haciéndola, buscando que cada uno aporte algo que en ese número tenga que ver con el aporte del otro, creando un hilo conductor estético que caracterice a cada número.
Paulo Roddel (Uruguay, 1977) co-fundó los grupos de poetas 7 segundos y Seis50. Editó en forma artesanal libro/objeto los poemarios Trapos (Ediciones Seis50, 2004) y Palidezco (2010), además de participar en la grabación de los CD de poesía 7 segundos en la vuelta de tu oreja y Ablación del habla (2006).
Ha colaborado con el suplemento Cultura Rock de La República y la revista Los Inrockuptibles (Argentina), así como en la composición y coescritura de canciones para bandas de rock.
Actualmente integra el equipo de redacción de la revista Fango y escribe notas y artículos de rock para La Diaria, Periscopio y ArteSuburbano. Participa también en varios portales culturales de Uruguay, Argentina, España y Chile.
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Tu lenguaje crea atmósferas colorísticas, sonidísticas, anímicas y conceptuales simetrizando en base a influencias evidentemente castellanas. ¿Cuáles son tus principales fuentes de nutrición por ese lado? ¿Cuáles son las que provienen de textos traducidos?
Los textos intentan crear esas atmósferas, que por otra parte son atmósferas entremezcladas; los colores, los sonidos, las imágenes, los estados de ánimo y los conceptos son como los ingredientes necesarios al momento de sentarme a escribir algo. No escribo todos los días, escribo cuando siento que quiero o necesito hacerlo. Esos ingredientes pasan por muchas cosas distintas, por ejemplo hechos relativos a la realidad, cosas que me han pasado, algo que leí o vi y que oficia de disparador interno para crear algo nuevo. Lo curioso es que si bien escribo mucho más poesía que narrativa, leo mucho más narrativa que poesía, soy de elegir una novela o un libro de relatos y leerlo pero leerlo bien, así que no descarto publicar más cuentos ya que si bien he publicado algo de narrativa, no ha sido tan habitual como publicar poesía.
La nutrición estrictamente poética podría venir por el lado castellano con Oliverio Girondo, César Vallejo, Nicanor Parra, Marosa di Giorgio, Idea Vilariño, Salvador Novo, Jaime Sabines, Alejandra Pizarnik, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Olga Orozco, algunos libros de Neruda, claro está, entre muchísimos otros. En cuanto a los traducidos, muchísimos más, los románticos más que nada ingleses (los Shelley y compañía), William Blake, Poe y Baudelaire (¿quién podría obviarlos?), Rimbaud, Mallarmé y Verlaine, los simbolistas todos, Guillaume Apollinaire, los surrealistas con Eluard y Breton a la cabeza, Dylan Thomas, algo de la Generación Perdida como Ezra Pound, también Rainer M. Rilke, la poesía beatnik con Ginsberg, Kerouac y Ferlinghetti, rusos como Vladimir Maiakovski y Evgueni Evtuchenko, otros yankees contemporáneos como e.e. cummings, Robert Lowell y Erica Jong, por mencionar apenas unos cuantos. Si tuviera que mencionar narradores tendría que mencionar unos cuantos más.
La dedicatoria personal del libro que me entregaste habla de algunas instrucciones para (no) palidecer. A mí me resultó tan importante ese (no), que me fue imposible leer el poemario sin tomar en cuenta esa importantísima advertencia / reclamo / eventualidad salvífica. Y en el poema Orfandad hay un verso que sentencia: “La Salvación está perdida”. ¿Lo sentís tan así? Además, ¿a qué refiere esa Salvación?
Tal vez puede ser la posibilidad de salir más o menos pálido que antes luego de la lectura del libro. Caben ambas posibilidades, la de palidecer o no. Hablo de palidecer como algo referido a la carencia, la falta, la ausencia, la sensación de cosa desteñida; el libro leva en sí mucho de cosa ausente, de pérdida, de desolación.
Las instrucciones serían los textos, que servirán o no, quién sabe, son mínimas instrucciones, platos de un menú o te diría hasta recetas para la elaboración de un plato que puede resultar berreta o delicioso; por otro lado, la Salvación a la que me refiero está escrita con mayúscula porque quise dar a entender que es la Salvación bíblica, siguiendo con alusiones religiosas, como en el texto Visión desde el Monte Ararat y Gólgota a lo lejos.
Ya a partir de los dos primeros textos de Palidezco, que refieren al monte Ararat y al Gólgota, esa soledad colectiva que vivimos actualmente parece definir a la modernidad (y a la subsiguiente posmodernidad) como una nueva caída. ¿Cuáles serían los rasgos definitorios de esa palidez global?
La soledad colectiva se refiere a eso de que estamos juntos pero solos. Siento que el ser humano está mas solo que nunca, no incomunicado, digo solo, como ser individual dentro de una sociedad, todos nos comunicamos de muchas diversas maneras y a través de diferentes medios, sentimos que formamos parte de algo pero no sabemos muy bien qué es. La palidez global estaría vinculada a esa soledad, lo asocio con la palidez de los muertos, es un mundo descolorido, poblado por nosotros, seres pálidos carnal y espiritualmente; la soledad es una manera de estar muerto en vida, la soledad verdadera, la que punza todos los días e intentamos no ver, la que intentamos maquillar, no me refiero a eso de que “a veces es mejor estar solo”, eso es otra cosa, se necesita estar solo a veces claro, pero la soledad colectiva es peor, es como un mirarse todos pero no reconocerse en nadie. Pero además esos textos que nombrás refieren a cuestiones bíblicas, de la historia del cristianismo, que también nos ha dejado terriblemente solos, aunque debería aclarar que no soy creyente, sólo tengo fe. Es un libro que identifico tal vez con cierto aire existencialista, no es a las claras un libro divertido, puede ser moderno, posmoderno, no sabría ni quisiera etiquetarlo, sólo ES. Pienso que sobrevuela un aire pesimista, solitario y cuestionador a lo largo del libro.
Contá cómo funciona el colectivo de Redacción de la revista Fango.
La capitana del equipo es Sofía Arocena, dentro del perfil que se establece para cada número, cada cual es libre de proponer sobre escribir acerca de lo que le guste, sea artista, vanguardia, etc. La libertad de opinión es lo más importante en Fango, a veces surgen discrepancias respecto al contenido, pero discrepar no significa censurar. Cada uno propone algo o alguien acerca de lo cual quiera escribir y se ve si encaja en éste o en el próximo número de la revista. Si bien todos aportamos en varias cosas, existe cierta delegación en cuanto al trabajo; alguno escribe más que otro pero se dedica más a la difusión, otro más a la redacción, otro se enfoca en el diseño, pero en el fondo todos la promocionamos de algún u otro modo, todos en definitiva hacemos un poco de todo, aunque enfocándonos más cada uno en nuestras respectivas tareas específicas. Debido a que todos en el equipo tenemos otras actividades, las reuniones grupales son escasas, así que intentamos definir las cosas por mails, así cuando nos podamos reunir las ideas preacordadas fluyan fácilmente y terminemos esas reuniones con todo prácticamente armado y definido. El colectivo de Fango se conforma con personas que provienen de diferentes disciplinas artísticas y creativas, como la escritura, la danza, el teatro, la música, el diseño, pero nos juntamos todos estéticamente en la revista y disfrutamos mucho haciéndola, buscando que cada uno aporte algo que en ese número tenga que ver con el aporte del otro, creando un hilo conductor estético que caracterice a cada número.
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