Capítulo 16 (II)
Jesús dijo: "Ven a mí, porque fácil es mi yugo y mi autoridad es suave".
Esto debe ser entendido muy, muy profundamente y recordado, porque esto va a ayudarte.
Cada vez que vas donde un hombre como Jesús, el problema surge en la mente: "¿Por qué entregarse a este hombre? Esto parece esclavitud". Y entonces todo el asunto parece muy contradictorio porque Jesús va diciendo: "Estoy aquí para liberarte, estoy aquí para darte libertad", y entonces exige entregarse. Parece contradictorio: "¿Por qué entregarse? ¿Por qué tendría que entregarme a este hombre?". Y dice: "Voy a darte la liberación total". Esto parece contradictorio. "Entonces debería dármela de inmediato. ¿Por qué tener que entregarme a alguien? ¿Por qué tener que hacerlo un amo? ¿Por qué el gurú, por qué el Maestro, tiene que ser el amo de mi alma y de mi ser? ¿Por qué tener que entregarme?".
Jesús dice: "Ven a mí, porque fácil es mi yugo y mi autoridad es suave".
Él dice: "Sí, sé que es así como te sentirás, que esto también es un tipo de esclavitud". A menos que Jesús te libere realmente, ¿cómo podrás sentir que esto es la liberación?
Sólo has conocido la esclavitud. Donde sea que hayas ido, sólo has conocido la esclavitud. En el nombre del amor, has conocido la esclavitud. Y el amor prometió que sería una liberación, pero no lo ha sido. Observa a cualquier esposa, a cualquier esposo -ha sido una esclavitud, y el yugo ha sido muy duro. Ibas en el mundo en busca de libertad, y en todas partes has creado prisiones, hagas lo que hagas. En el nombre de la libertad hay todo tipo de prisiones: la nación es una esclavitud, la raza es una esclavitud, la religión es una esclavitud, el amor -el tal llamado amor- es una esclavitud. Y todo el mundo está sobrecargado de demasiadas esclavitudes. Entonces llega Jesús y también pide entrega.
Por supuesto, tu mente dice: "Esto va a ser de nuevo una esclavitud". Jesús no lo niega, porque en este momento, en este estado mental, tú no puedes entender lo que es la liberación. Así que él dice: "Ven a mí, porque fácil es mi yugo..." Eso es todo lo que te promete. No te dice: "Te daré la libertad de inmediato", -eso puede suceder. En este momento él te da sólo una promesa: "... fácil es mi yugo y mi autoridad es suave".
En la vida, el yugo es duro, y en la vida, en todo tu alrededor hay amos dominándote y dictándote qué hacer. Y son peligrosos, feroces; son como leones saltando sobre ti y asesinándote. Jesús dice: "En este momento, sólo esto puede ser dicho, lo que será entendido por ti: que mi yugo no es duro y no es pesado". Y cuando piensas: "¿Por qué entregarme?", entonces no estás escogiendo la libertad. Simplemente estás escogiendo tu antigua esclavitud en el nombre de la libertad, porque tu propia mente es una esclavitud, tus deseos son esclavitudes. Y tú no puedes ir más allá de ellos sin una ayuda que venga de afuera.
Has permanecido en la prisión por tanto tiempo que piensas que es tu hogar. Y la prisión está tan resguardada que no puedes salir de ella a menos que alguien que esté fuera de la prisión te ayude. A menos que alguien que haya salido fuera de la prisión y conozca el camino para salir de ella...
Un Maestro sólo quiere decir esto: que estuvo en la prisión, en la misma prisión en que estás, pero de alguna forma escapó, encontró una puerta, encontró una llave, algún método, y escapó -ahora él puede ayudar. Si todos ustedes están durmiendo, no podrán salir del sueño. Algo desde afuera es necesario, aun un despertador puede ser útil, pero esto es algo desde afuera. Pero tú puedes engañar a tu despertador, porque puedes soñar que hay un templo y que la campana del templo está sonando; puedes crear un sueño y continuar soñando. Alguien -no un artefacto mecánico, sino alguien vivo- un Maestro es necesario, alguien que esté despierto, que no permita que crees nuevos sueños, que vaya sacudiéndote.
Jesús dice: "En última instancia, la libertad te sucederá, pero en este momento sólo puedo prometer esto, que mi yugo no es duro, es fácil, y mi autoridad es suave". Y has escogido amos tan duros a todo tu alrededor.
Sucedió que un hombre muy humilde entró en una oficina, lucía delgado, enfermo, muy humilde. Dijo: "Me he enterado que necesitan un guardián por las noches".
El administrador lo miró dudando porque... y dijo: "Sí, necesitamos un guardián por las noches, pero necesitamos una persona que esté continuamente intranquila, y sobre todo en la noche, que nunca crea a nadie, que sea un escéptico, un escéptico por naturaleza; y hagas lo que hagas, que nunca confíe en ti; y que siempre esté creando problemas, y que siempre esté escuchando lo que sucede en todo el rededor; que sea casi un neurótico, y que cuando alguien lo provoque se vuelva la encarnación del demonio".
El hombre humilde se paró y dijo: "Entonces enviaré a mi esposa".
Así es como un esposo se siente con respecto a su esposa, y así es como una esposa se siente con respecto a su esposo -la autoridad es realmente dura. Pero es así como, si te haces consciente, cada uno de tus deseos es una carga pesada, y te arrastra continuamente hacia metas inútiles. Si no vas ahí, hay problemas; si vas ahí, hay frustración. Cada deseo es un amo, y millones son los deseos. Así que eres una masa, eres un esclavo de millones de amos. Es duro -y cada deseo arrastrándote hacia su propia meta, sin que tú le importes. Y si no vas ahí, hay problemas, porque el deseo no te va a dejar tan fácilmente, porque es un asunto de autoridad. Y si vas, va a haber frustración, porque esa meta puede haber sido la meta del deseo, pero nunca fue tu meta. Y no sabes cuál es tu meta, porque no sabes quién eres.
Entrega quiere decir elegir a un Maestro como el amo, contra estos millones de amos de deseos e instintos. La autoridad es suave, es suave por muchas razones: básicamente porque el amo es uno. Siempre es bueno tener un sólo amo. Aun si tienes dos amos conocerás los problemas, y si millones son los amos, estarás en constante confusión. Millones de órdenes serán recibidas, y desde todas direcciones serás jalado; te volverás un caos. Así es como ocurre la locura, porque no puedes ver qué hacer. ¿A quién seguir y a quién no seguir? Tu ambición dice: "Continúa acumulando dinero". Tu sexo dice: "Continúa complaciéndome". Pero entonces hay un problema porque hay un conflicto.
Si te complaces demasiado en el sexo, no podrás acumular dinero. Los avaros siempre están contra el sexo, tienen que estarlo. Y la gente que se complace demasiado en el sexo nunca puede acumular dinero, difícil. Aun si sus antepasados lo hicieron, ellos lo derrocharán, encontrarán formas de desaparecerlo.
Un deseo dice: "Acumula dinero porque el dinero significa seguridad. ¿Quién te va a ayudar en tu ancianidad? Ten una cuenta bancaria, eso es una protección". Y entonces el sexo dice: "Pero la vida continúa, ¿pero por qué pensar en la ancianidad? Tu juventud está siendo desperdiciada, anda y complácete antes de que pase el tiempo y se pierda la energía. ¡Úsalo, disfrútalo!". Y la ambición dice: "No pienses en este momento, piensa en la meta a largo plazo".
Hay un conflicto, y esto no es sólo entre dos deseos -cada deseo está en conflicto con los otros. La cólera te dice: "Mata inmediatamente, ¡asesina a este hombre!". Pero tu propio miedo dice: "No hagas esto, porque si matas a alguien, alguien te matará a ti. Sé cortés, sonríe. Eres un buen hombre, no eres un asesino, no eres un criminal". ¿Así que, qué hacer? Tantos amos, y el esclavo es uno solo...
Es bueno si eliges a un Maestro. Por lo menos millones de voces se disuelven, sólo Jesús tiene que ser seguido, y podrás darle toda la responsabilidad a él. Y él dice: "... fácil es mi yugo...". ¿Por qué es fácil? Porque aun si te pide que te entregues, te está pidiendo que te entregues sólo para que puedas ser libre de tus otros amos. Una vez que seas libre de tus deseos, él también botará este yugo. Esto es sólo un arreglo interino, sólo un pasaje. Después que hayas botado todos los deseos, entonces la entrega no será necesaria. El mismo Maestro dirá: "Ahora bota esta entrega también, porque has llegado a iluminarte en tu propia luz, por derecho propio".
Jesús dijo: "Ven a mí, porque fácil es mi yugo y mi autoridad es suave".
Jesús dijo: "Quien sea que beba de mi boca llegará a ser como soy y yo mismo me volveré él, y las cosas ocultas le serán reveladas".
La entrega es un pasaje para que el discípulo se convierta, él mismo, en un Maestro. Y si te entregas totalmente, en ese mismo momento has llegado a ser uno con el Maestro, porque entonces no hay conflicto. Entonces no hay ego, la "obsesión del ego" se termina, ha salido de eso. Y cuando tú no eres, eso significa entrega: cuando dices: "Yo no soy, tú eres, y condúceme donde sea... Yo no voy a decidir, tú decide. Yo simplemente seguiré como una sombra, seré ciego en mi confianza. Aun si dices: '¡Salta y muere!', saltaré y moriré. Ya no habrá más el no que salga de mí, mi sí es final, total y absoluto". Este sí absoluto es entrega.
¿Qué significa? Significa que ahora el ego ya no puede persistir en ti, ya no tiene significado y ya no tiene alimento. Si esto puede ser hecho, entonces incluso en un solo instante, cuando tú no eres, las puertas se abren y Jesús entra en ti, la luz de Buda ha penetrado en ti.
¿Por qué tienes temor de entregarte? Porque las puertas se abrirán, y llegarás a estar vulnerable. Tienes temor del mundo externo; has vivido en tu cuarto oscuro, cerrado por tanto tiempo, has sintonizado con eso, te has hecho uno con la oscuridad. Tienes temor de la luz. Cuando abras la puerta puedes no ser capaz en absoluto de ver la luz. Puedes deslumbrarte tanto, que puedes cerrar tus ojos. El temor es que si te entregas, entonces entras en un camino desconocido. Y la mente siempre tiene temor a lo desconocido. Y desconocido es Dios, ¡y desconocido es Jesús! El sólo es un mensajero de lo desconocido, sólo un rayo del sol. El sol puede estar muy, muy lejos, pero el rayo ha tocado a tu puerta. Entrega significa abrir la puerta.
"Quien sea que beba de mi boca...".
Esto es muy simbólico y muy significativo. Los amantes beben el uno de la boca del otro. Esto es lo que es un beso: un beso profundo es beber, el uno del otro, el vino del cuerpo. Es una de las cosas que más embriagan, ningún alcohol puede competir con él. Pero el mismo fenómeno también existe en el nivel espiritual: un discípulo bebe de la boca del Maestro. No es un fenómeno corporal, está en el centro más profundo, donde el discípulo encuentra al ser del Maestro, donde ambos se abrazan, donde ambos se besan. Esto es lo que Jesús quiere decir:
"Quien sea que beba de mi boca llegará a ser como soy y yo mismo me volveré él, y las cosas ocultas le serán reveladas".
Jesús ha usado mucho el término simbólico "beber" y "comer". El dice: "Cómeme, bébeme, absórbeme completamente en ti". Este es el significado de comer y beber: déjame que entre en ti, digiéreme tan completamente que yo llegue a ser parte de tu ser -y entonces ya no hay discípulo ni Maestro, la diferencia ya no está presente. Entonces ya no hay amo ni esclavo, entonces el discípulo ha llegado a ser el Maestro. Entonces yo soy tú, entonces Jesús es tú. Entonces él se ha vuelto tú, tú te has vuelto él; entonces ya no hay diferencia. Nunca ha habido diferencia por parte de Jesús, sólo ha sido de tu parte.
Entrega significa que tú también disuelves esa diferencia, que estás listo a unirte. Es como los amantes: aun en el amor físico ordinario tienes que entregar tu ego -aunque sea por un momento, pero tienes que hacerlo; aunque sea sólo por un momento, tienes que llegar a ser uno con el amado, con la amada. Por un momento sus cuerpos no son dos, se han vuelto un todo, un círculo. Por un momento sus cuerpos se unen y se mezclan el uno con el otro, se fusionan el uno con el otro, no son dos existencias separadas. Después de un momento serán existencias separadas, porque los cuerpos no pueden unirse eternamente, pero las almas sí pueden unirse eternamente. Los cuerpos son sólidos, pueden acercarse más y más, pero en realidad no hay fusión.
Pero las almas no son físicas, no son sólidas. Son como si prendieras una vela en tu cuarto: el cuarto se llena de luz; prendes otra vela en el cuarto, el cuarto se llena de más luz. ¿Puedes diferenciar dónde termina la luz de la primera vela y dónde comienza la luz de la segunda? No, no hay diferencia; las luces se unen y se vuelven una. Lo espiritual es tal como la luz. Cuando un discípulo permite que un Maestro lo penetre, es tal como una penetración sexual en un nivel más elevado: el discípulo se ha vuelto la parte femenina. Es por eso, por la entrega, que una mujer está en su cúspide cuando se entrega, está enamorada cuando se entrega. No es agresiva, es un polo pasivo. Y un hombre es agresivo. Tiene que ir y penetrar, sólo entonces es posible la unión. El discípulo tiene que volverse como lo femenino... pasivo, permitiendo, sin crear ningún impedimento, entregándose. El Maestro tiene que ser como un fenómeno masculino. Por eso es que tienes que entender el fenómeno de que han habido muy pocos Maestros mujeres. Es casi imposible, rara vez ha sucedido, y cada vez que ha sucedido -uno, dos, o tres casos en toda la historia del hombre- esas mujeres no parecían mujeres en absoluto.
Sucedió una vez en Kashmir: Había una mujer, su nombre era Lalla. Y en Kashmir tienen un proverbio, que Kashmir conoce sólo dos nombres: Alá y Lalla. Ella era una mujer extraña, pero ni siquiera lo puedes imaginar... no era mujer en absoluto: vivía desnuda, durante toda su vida anduvo desnuda. Una mujer se esconde, una mujer es tímida, una mujer es pasiva -ella era muy agresiva, era una mente masculina en un cuerpo femenino. Tenía discípulos, pero ha sucedido sólo raramente, muy raramente.
Los Maestros mujeres son raros, porque es imposible, pero hay cuatro veces más mujeres discípulos que hombres discípulos, la proporción es de cuatro veces. Mahavira tuvo cuarenta mil monjes; treinta mil fueron mujeres, monjas, y diez mil fueron hombres, monjes. Y no puedes comparar a una discípula mujer, imposible. Un hombre nunca puede llegar a entregarse tanto, porque todo el tipo de su mente es agresivo. La mente femenina fácilmente puede entregarse, la entrega llega fácil -es su propio ser. Así que no puedes encontrar mejores discípulos que las mentes femeninas, no puedes encontrar mejores Maestros que las mentes masculinas. Y esto es así porque en cada nivel la polaridad permanece.
En el nivel físico encuentras un amante; la mujer se entrega, nunca toma la iniciativa. Y cada vez que una mujer toma la iniciativa, no está siendo femenina, y ningún hombre la amará. Si una mujer viene y propone, simplemente te quedarás frío. Ella espera, puede estar pensando y soñando, pero ella esperará. La proposición debe venir del hombre, él debe tomar la iniciativa, él tiene que ser agresivo. Y ella se comportará de tal forma que parezca absolutamente inocente, no sabe de lo que estás hablando -y ella lo ha estado planeando y planeando, ha estado esperando y esperando que vengas y se lo propongas.
Mulla Nasruddin y su esposa estaban sentados en la banca de un parque, escondidos detrás de una fila de palmeras. Y de pronto una pareja joven vino por el otro lado de las palmeras. Y el joven comenzó a hablar inmediatamente de un modo romántico, en una forma muy romántica. Y la esposa de Mulla Nasruddin comenzó a afanarse y se puso intranquila. Dijo, le susurró al oído de Nasruddin: "Parece que el joven no se ha dado cuenta de que estamos aquí, así que silba para que se den cuenta. Y el joven está tan enamorado, que siento que se lo va a proponer".
Nasruddin dijo: "¿Para qué voy a silbar? Nadie jamás me lo advirtió, nadie me silbó cuando te lo estaba proponiendo".
Una mujer es una espera, es un útero. Su cuerpo, su ser es una paciencia, una pasividad. Y lo mismo sucede en el nivel más alto de la espiritualidad: ahí también ella es una espera. Y un discípulo tiene que volverse como una mujer. Tiene que enamorarse profundamente de su Maestro, y entonces habrá una unión, una fusión de seres espirituales más elevados. Y esa fusión es de nuevo como una penetración sexual -más existencial, absolutamente no corporal. Y de esa unión nace el discípulo de nuevo; se embaraza de esa unión, embarazado consigo mismo. Ahora él lleva su propio nuevo ser en su útero. Todo su aprendizaje, el tiempo en que está cerca al Maestro, es el tiempo del embarazo. Puede ser hecho sólo con una profunda confianza; si dudas es imposible, porque entonces te defenderás, entonces harás una armadura en torno a ti, entonces tratarás de protegerte.
Jesús dijo: "Quien sea que beba de mi boca llegará a ser como soy y yo mismo me volveré él, y las cosas ocultas le serán reveladas".
Una vez que la entrega ha sucedido completamente, el Maestro se vuelve la puerta para ti. Entonces un mundo distinto de luz, vida y bienaventuranza se abre -satchitananda lo han llamado los hindúes: la verdadera existencia, la verdadera consciencia, y la verdadera bienaventuranza- satchitananda se hace posible para ti. El Maestro se vuelve la puerta, y una vez que has logrado esto estás iluminado. Puedes ayudar a otros ahora a pasar por el fuego. Ahora puedes ayudar a otros a tener un vislumbre de lo absoluto, o a alcanzar lo supremo y a ser disueltos ahí.
Pero antes de que te vuelvas un Maestro, tienes que ser totalmente un discípulo. Antes de que puedas enseñar, tienes que aprender, y antes de que puedas ayudar, tienes que ser ayudado. Y tienes que permitir que alguien te ayude profundamente. Y esa ayuda profunda es posible sólo cuando tú no estás ahí, porque tú eres la perturbación, tú eres el estorbo. Tú continuamente creas barreras para tu propio crecimiento al temer lo desconocido. Te aferras a lo conocido, entonces no puede haber encuentro, porque el Maestro es alguien que es desconocido. Tú permaneces en el mundo de lo conocido, del pasado -el Maestro es lo desconocido. Y un encuentro es posible de ambas partes: lo desconocido encontrando lo conocido. Lo conocido se disolverá, lo conocido se quemará, lo conocido ya no se encontrará más, tal como la oscuridad, cuando el sol entra, se disuelve, desaparece.
Sé una oscuridad ante un Maestro, humilde, conociendo bien tu ignorancia, listo a entregarte y a esperar -y Jesús puede transformarte, Buda puede transformarte, en realidad Jesús y Buda son sólo agentes catalizadores. Tu entrega te transforma, ellos sólo son excusas. Si puedes entregarte aun sin un Buda, sin un Jesús a tu alrededor, si puedes entregarte al cosmos, sucederá lo mismo. Será difícil para ti entregarte, porque no hay objeto al cual entregarte... Será más difícil -por eso es que Buda y Jesús son sólo excusas.
Y entonces me gustaría decirte un fenómeno muy extraño: a veces sucede que aun entregándote a un maestro falso, también puedes llegar a iluminarte -el mismo maestro no era iluminado. Ha sucedido, puede volver a suceder, porque el asunto básico es entregarse. La transformación viene a través de la entrega, el Maestro es sólo un objeto. Verdadero o falso, no hace mucha diferencia.
Cuando te entregas, la puerta se abre. Así que no te preocupes mucho dónde entregarte, simplemente piensa en entregarte más y más. Por eso es que aun ante una estatua de piedra puede suceder, o aun ante un árbol puede suceder. Sucedió ante el árbol bodhi -por eso es que los budistas han estado preservando ese árbol por tanto tiempo, porque ha sucedido ante el árbol mismo. Tan solo el sentir que Buda se iluminó bajo este árbol, y tú te entregas al árbol.
La entrega es la vía, todo lo demás es sólo una ayuda. Si puedes encontrar un Maestro verdadero, qué bueno; si no puedes encontrarlo, no te preocupes mucho. Entrégate en cualquier parte que te guste, pero deja que la entrega sea total. Si la entrega es parcial, ni siquiera un Jesús o un Buda pueden ayudarte. Si la entrega es total, aun si no están presentes, cualquier hombre común puede ser de ayuda para ti.
Este énfasis tiene que ser recordado, de otro modo la mente va haciendo trucos. Piensa: "¿Cómo puedo estar seguro que este Maestro es verdadero? A menos que esté seguro, ¿cómo puedo entregarme?". Y tú no podrás estar seguro antes de entregarte, no hay manera de estar seguro. Si quieres estar seguro del gusto de la comida, entonces el gusto de la torta está en comerla. ¿Cómo puedes estar seguro sin comerla? No hay manera.
Tienes que comer a Jesús, tienes que beber a Jesús -esa es la única manera. Serás transformado porque creíste, porque confiaste y te entregaste, y entonces muchas dimensiones escondidas se abrirán para ti. La vida que ves no es todo; es una parte tan minúscula, una parte atómica del todo. Los placeres que has conocido son sólo desperdicios. Ni siquiera un solo rayo existe en ellos de la bienaventuranza que es posible, la cual es tu derecho por nacimiento.
Todo lo que has acumulado es basura -si pudieras llegar a conocer el tesoro real que está escondido dentro de ti. Toda tu vida es una mendicidad, y el emperador tan solo espera dentro de tu corazón -esto es lo que Jesús llama el reino. No seas un mendigo, ¡puedes ser un rey! Pero entonces uno tiene que atreverse. Un mendigo no necesita atreverse, pero para llegar a ser un rey uno tiene que atreverse y pasar a través de las transformaciones. La entrega es la puerta.
Repetiré las palabras:
"Quien sea que esté cerca a mí está cerca al fuego, y quien sea que esté lejos de mí está lejos del reino".
Jesús dijo: "Ven a mí, porque fácil es mi yugo y mi autoridad es suave".
Jesús dijo: "Quien sea que beba de mi boca llegará a ser como soy y yo mismo me volveré él, y las cosas ocultas le serán reveladas".
Jesús dijo: "Ven a mí, porque fácil es mi yugo y mi autoridad es suave".
Esto debe ser entendido muy, muy profundamente y recordado, porque esto va a ayudarte.
Cada vez que vas donde un hombre como Jesús, el problema surge en la mente: "¿Por qué entregarse a este hombre? Esto parece esclavitud". Y entonces todo el asunto parece muy contradictorio porque Jesús va diciendo: "Estoy aquí para liberarte, estoy aquí para darte libertad", y entonces exige entregarse. Parece contradictorio: "¿Por qué entregarse? ¿Por qué tendría que entregarme a este hombre?". Y dice: "Voy a darte la liberación total". Esto parece contradictorio. "Entonces debería dármela de inmediato. ¿Por qué tener que entregarme a alguien? ¿Por qué tener que hacerlo un amo? ¿Por qué el gurú, por qué el Maestro, tiene que ser el amo de mi alma y de mi ser? ¿Por qué tener que entregarme?".
Jesús dice: "Ven a mí, porque fácil es mi yugo y mi autoridad es suave".
Él dice: "Sí, sé que es así como te sentirás, que esto también es un tipo de esclavitud". A menos que Jesús te libere realmente, ¿cómo podrás sentir que esto es la liberación?
Sólo has conocido la esclavitud. Donde sea que hayas ido, sólo has conocido la esclavitud. En el nombre del amor, has conocido la esclavitud. Y el amor prometió que sería una liberación, pero no lo ha sido. Observa a cualquier esposa, a cualquier esposo -ha sido una esclavitud, y el yugo ha sido muy duro. Ibas en el mundo en busca de libertad, y en todas partes has creado prisiones, hagas lo que hagas. En el nombre de la libertad hay todo tipo de prisiones: la nación es una esclavitud, la raza es una esclavitud, la religión es una esclavitud, el amor -el tal llamado amor- es una esclavitud. Y todo el mundo está sobrecargado de demasiadas esclavitudes. Entonces llega Jesús y también pide entrega.
Por supuesto, tu mente dice: "Esto va a ser de nuevo una esclavitud". Jesús no lo niega, porque en este momento, en este estado mental, tú no puedes entender lo que es la liberación. Así que él dice: "Ven a mí, porque fácil es mi yugo..." Eso es todo lo que te promete. No te dice: "Te daré la libertad de inmediato", -eso puede suceder. En este momento él te da sólo una promesa: "... fácil es mi yugo y mi autoridad es suave".
En la vida, el yugo es duro, y en la vida, en todo tu alrededor hay amos dominándote y dictándote qué hacer. Y son peligrosos, feroces; son como leones saltando sobre ti y asesinándote. Jesús dice: "En este momento, sólo esto puede ser dicho, lo que será entendido por ti: que mi yugo no es duro y no es pesado". Y cuando piensas: "¿Por qué entregarme?", entonces no estás escogiendo la libertad. Simplemente estás escogiendo tu antigua esclavitud en el nombre de la libertad, porque tu propia mente es una esclavitud, tus deseos son esclavitudes. Y tú no puedes ir más allá de ellos sin una ayuda que venga de afuera.
Has permanecido en la prisión por tanto tiempo que piensas que es tu hogar. Y la prisión está tan resguardada que no puedes salir de ella a menos que alguien que esté fuera de la prisión te ayude. A menos que alguien que haya salido fuera de la prisión y conozca el camino para salir de ella...
Un Maestro sólo quiere decir esto: que estuvo en la prisión, en la misma prisión en que estás, pero de alguna forma escapó, encontró una puerta, encontró una llave, algún método, y escapó -ahora él puede ayudar. Si todos ustedes están durmiendo, no podrán salir del sueño. Algo desde afuera es necesario, aun un despertador puede ser útil, pero esto es algo desde afuera. Pero tú puedes engañar a tu despertador, porque puedes soñar que hay un templo y que la campana del templo está sonando; puedes crear un sueño y continuar soñando. Alguien -no un artefacto mecánico, sino alguien vivo- un Maestro es necesario, alguien que esté despierto, que no permita que crees nuevos sueños, que vaya sacudiéndote.
Jesús dice: "En última instancia, la libertad te sucederá, pero en este momento sólo puedo prometer esto, que mi yugo no es duro, es fácil, y mi autoridad es suave". Y has escogido amos tan duros a todo tu alrededor.
Sucedió que un hombre muy humilde entró en una oficina, lucía delgado, enfermo, muy humilde. Dijo: "Me he enterado que necesitan un guardián por las noches".
El administrador lo miró dudando porque... y dijo: "Sí, necesitamos un guardián por las noches, pero necesitamos una persona que esté continuamente intranquila, y sobre todo en la noche, que nunca crea a nadie, que sea un escéptico, un escéptico por naturaleza; y hagas lo que hagas, que nunca confíe en ti; y que siempre esté creando problemas, y que siempre esté escuchando lo que sucede en todo el rededor; que sea casi un neurótico, y que cuando alguien lo provoque se vuelva la encarnación del demonio".
El hombre humilde se paró y dijo: "Entonces enviaré a mi esposa".
Así es como un esposo se siente con respecto a su esposa, y así es como una esposa se siente con respecto a su esposo -la autoridad es realmente dura. Pero es así como, si te haces consciente, cada uno de tus deseos es una carga pesada, y te arrastra continuamente hacia metas inútiles. Si no vas ahí, hay problemas; si vas ahí, hay frustración. Cada deseo es un amo, y millones son los deseos. Así que eres una masa, eres un esclavo de millones de amos. Es duro -y cada deseo arrastrándote hacia su propia meta, sin que tú le importes. Y si no vas ahí, hay problemas, porque el deseo no te va a dejar tan fácilmente, porque es un asunto de autoridad. Y si vas, va a haber frustración, porque esa meta puede haber sido la meta del deseo, pero nunca fue tu meta. Y no sabes cuál es tu meta, porque no sabes quién eres.
Entrega quiere decir elegir a un Maestro como el amo, contra estos millones de amos de deseos e instintos. La autoridad es suave, es suave por muchas razones: básicamente porque el amo es uno. Siempre es bueno tener un sólo amo. Aun si tienes dos amos conocerás los problemas, y si millones son los amos, estarás en constante confusión. Millones de órdenes serán recibidas, y desde todas direcciones serás jalado; te volverás un caos. Así es como ocurre la locura, porque no puedes ver qué hacer. ¿A quién seguir y a quién no seguir? Tu ambición dice: "Continúa acumulando dinero". Tu sexo dice: "Continúa complaciéndome". Pero entonces hay un problema porque hay un conflicto.
Si te complaces demasiado en el sexo, no podrás acumular dinero. Los avaros siempre están contra el sexo, tienen que estarlo. Y la gente que se complace demasiado en el sexo nunca puede acumular dinero, difícil. Aun si sus antepasados lo hicieron, ellos lo derrocharán, encontrarán formas de desaparecerlo.
Un deseo dice: "Acumula dinero porque el dinero significa seguridad. ¿Quién te va a ayudar en tu ancianidad? Ten una cuenta bancaria, eso es una protección". Y entonces el sexo dice: "Pero la vida continúa, ¿pero por qué pensar en la ancianidad? Tu juventud está siendo desperdiciada, anda y complácete antes de que pase el tiempo y se pierda la energía. ¡Úsalo, disfrútalo!". Y la ambición dice: "No pienses en este momento, piensa en la meta a largo plazo".
Hay un conflicto, y esto no es sólo entre dos deseos -cada deseo está en conflicto con los otros. La cólera te dice: "Mata inmediatamente, ¡asesina a este hombre!". Pero tu propio miedo dice: "No hagas esto, porque si matas a alguien, alguien te matará a ti. Sé cortés, sonríe. Eres un buen hombre, no eres un asesino, no eres un criminal". ¿Así que, qué hacer? Tantos amos, y el esclavo es uno solo...
Es bueno si eliges a un Maestro. Por lo menos millones de voces se disuelven, sólo Jesús tiene que ser seguido, y podrás darle toda la responsabilidad a él. Y él dice: "... fácil es mi yugo...". ¿Por qué es fácil? Porque aun si te pide que te entregues, te está pidiendo que te entregues sólo para que puedas ser libre de tus otros amos. Una vez que seas libre de tus deseos, él también botará este yugo. Esto es sólo un arreglo interino, sólo un pasaje. Después que hayas botado todos los deseos, entonces la entrega no será necesaria. El mismo Maestro dirá: "Ahora bota esta entrega también, porque has llegado a iluminarte en tu propia luz, por derecho propio".
Jesús dijo: "Ven a mí, porque fácil es mi yugo y mi autoridad es suave".
Jesús dijo: "Quien sea que beba de mi boca llegará a ser como soy y yo mismo me volveré él, y las cosas ocultas le serán reveladas".
La entrega es un pasaje para que el discípulo se convierta, él mismo, en un Maestro. Y si te entregas totalmente, en ese mismo momento has llegado a ser uno con el Maestro, porque entonces no hay conflicto. Entonces no hay ego, la "obsesión del ego" se termina, ha salido de eso. Y cuando tú no eres, eso significa entrega: cuando dices: "Yo no soy, tú eres, y condúceme donde sea... Yo no voy a decidir, tú decide. Yo simplemente seguiré como una sombra, seré ciego en mi confianza. Aun si dices: '¡Salta y muere!', saltaré y moriré. Ya no habrá más el no que salga de mí, mi sí es final, total y absoluto". Este sí absoluto es entrega.
¿Qué significa? Significa que ahora el ego ya no puede persistir en ti, ya no tiene significado y ya no tiene alimento. Si esto puede ser hecho, entonces incluso en un solo instante, cuando tú no eres, las puertas se abren y Jesús entra en ti, la luz de Buda ha penetrado en ti.
¿Por qué tienes temor de entregarte? Porque las puertas se abrirán, y llegarás a estar vulnerable. Tienes temor del mundo externo; has vivido en tu cuarto oscuro, cerrado por tanto tiempo, has sintonizado con eso, te has hecho uno con la oscuridad. Tienes temor de la luz. Cuando abras la puerta puedes no ser capaz en absoluto de ver la luz. Puedes deslumbrarte tanto, que puedes cerrar tus ojos. El temor es que si te entregas, entonces entras en un camino desconocido. Y la mente siempre tiene temor a lo desconocido. Y desconocido es Dios, ¡y desconocido es Jesús! El sólo es un mensajero de lo desconocido, sólo un rayo del sol. El sol puede estar muy, muy lejos, pero el rayo ha tocado a tu puerta. Entrega significa abrir la puerta.
"Quien sea que beba de mi boca...".
Esto es muy simbólico y muy significativo. Los amantes beben el uno de la boca del otro. Esto es lo que es un beso: un beso profundo es beber, el uno del otro, el vino del cuerpo. Es una de las cosas que más embriagan, ningún alcohol puede competir con él. Pero el mismo fenómeno también existe en el nivel espiritual: un discípulo bebe de la boca del Maestro. No es un fenómeno corporal, está en el centro más profundo, donde el discípulo encuentra al ser del Maestro, donde ambos se abrazan, donde ambos se besan. Esto es lo que Jesús quiere decir:
"Quien sea que beba de mi boca llegará a ser como soy y yo mismo me volveré él, y las cosas ocultas le serán reveladas".
Jesús ha usado mucho el término simbólico "beber" y "comer". El dice: "Cómeme, bébeme, absórbeme completamente en ti". Este es el significado de comer y beber: déjame que entre en ti, digiéreme tan completamente que yo llegue a ser parte de tu ser -y entonces ya no hay discípulo ni Maestro, la diferencia ya no está presente. Entonces ya no hay amo ni esclavo, entonces el discípulo ha llegado a ser el Maestro. Entonces yo soy tú, entonces Jesús es tú. Entonces él se ha vuelto tú, tú te has vuelto él; entonces ya no hay diferencia. Nunca ha habido diferencia por parte de Jesús, sólo ha sido de tu parte.
Entrega significa que tú también disuelves esa diferencia, que estás listo a unirte. Es como los amantes: aun en el amor físico ordinario tienes que entregar tu ego -aunque sea por un momento, pero tienes que hacerlo; aunque sea sólo por un momento, tienes que llegar a ser uno con el amado, con la amada. Por un momento sus cuerpos no son dos, se han vuelto un todo, un círculo. Por un momento sus cuerpos se unen y se mezclan el uno con el otro, se fusionan el uno con el otro, no son dos existencias separadas. Después de un momento serán existencias separadas, porque los cuerpos no pueden unirse eternamente, pero las almas sí pueden unirse eternamente. Los cuerpos son sólidos, pueden acercarse más y más, pero en realidad no hay fusión.
Pero las almas no son físicas, no son sólidas. Son como si prendieras una vela en tu cuarto: el cuarto se llena de luz; prendes otra vela en el cuarto, el cuarto se llena de más luz. ¿Puedes diferenciar dónde termina la luz de la primera vela y dónde comienza la luz de la segunda? No, no hay diferencia; las luces se unen y se vuelven una. Lo espiritual es tal como la luz. Cuando un discípulo permite que un Maestro lo penetre, es tal como una penetración sexual en un nivel más elevado: el discípulo se ha vuelto la parte femenina. Es por eso, por la entrega, que una mujer está en su cúspide cuando se entrega, está enamorada cuando se entrega. No es agresiva, es un polo pasivo. Y un hombre es agresivo. Tiene que ir y penetrar, sólo entonces es posible la unión. El discípulo tiene que volverse como lo femenino... pasivo, permitiendo, sin crear ningún impedimento, entregándose. El Maestro tiene que ser como un fenómeno masculino. Por eso es que tienes que entender el fenómeno de que han habido muy pocos Maestros mujeres. Es casi imposible, rara vez ha sucedido, y cada vez que ha sucedido -uno, dos, o tres casos en toda la historia del hombre- esas mujeres no parecían mujeres en absoluto.
Sucedió una vez en Kashmir: Había una mujer, su nombre era Lalla. Y en Kashmir tienen un proverbio, que Kashmir conoce sólo dos nombres: Alá y Lalla. Ella era una mujer extraña, pero ni siquiera lo puedes imaginar... no era mujer en absoluto: vivía desnuda, durante toda su vida anduvo desnuda. Una mujer se esconde, una mujer es tímida, una mujer es pasiva -ella era muy agresiva, era una mente masculina en un cuerpo femenino. Tenía discípulos, pero ha sucedido sólo raramente, muy raramente.
Los Maestros mujeres son raros, porque es imposible, pero hay cuatro veces más mujeres discípulos que hombres discípulos, la proporción es de cuatro veces. Mahavira tuvo cuarenta mil monjes; treinta mil fueron mujeres, monjas, y diez mil fueron hombres, monjes. Y no puedes comparar a una discípula mujer, imposible. Un hombre nunca puede llegar a entregarse tanto, porque todo el tipo de su mente es agresivo. La mente femenina fácilmente puede entregarse, la entrega llega fácil -es su propio ser. Así que no puedes encontrar mejores discípulos que las mentes femeninas, no puedes encontrar mejores Maestros que las mentes masculinas. Y esto es así porque en cada nivel la polaridad permanece.
En el nivel físico encuentras un amante; la mujer se entrega, nunca toma la iniciativa. Y cada vez que una mujer toma la iniciativa, no está siendo femenina, y ningún hombre la amará. Si una mujer viene y propone, simplemente te quedarás frío. Ella espera, puede estar pensando y soñando, pero ella esperará. La proposición debe venir del hombre, él debe tomar la iniciativa, él tiene que ser agresivo. Y ella se comportará de tal forma que parezca absolutamente inocente, no sabe de lo que estás hablando -y ella lo ha estado planeando y planeando, ha estado esperando y esperando que vengas y se lo propongas.
Mulla Nasruddin y su esposa estaban sentados en la banca de un parque, escondidos detrás de una fila de palmeras. Y de pronto una pareja joven vino por el otro lado de las palmeras. Y el joven comenzó a hablar inmediatamente de un modo romántico, en una forma muy romántica. Y la esposa de Mulla Nasruddin comenzó a afanarse y se puso intranquila. Dijo, le susurró al oído de Nasruddin: "Parece que el joven no se ha dado cuenta de que estamos aquí, así que silba para que se den cuenta. Y el joven está tan enamorado, que siento que se lo va a proponer".
Nasruddin dijo: "¿Para qué voy a silbar? Nadie jamás me lo advirtió, nadie me silbó cuando te lo estaba proponiendo".
Una mujer es una espera, es un útero. Su cuerpo, su ser es una paciencia, una pasividad. Y lo mismo sucede en el nivel más alto de la espiritualidad: ahí también ella es una espera. Y un discípulo tiene que volverse como una mujer. Tiene que enamorarse profundamente de su Maestro, y entonces habrá una unión, una fusión de seres espirituales más elevados. Y esa fusión es de nuevo como una penetración sexual -más existencial, absolutamente no corporal. Y de esa unión nace el discípulo de nuevo; se embaraza de esa unión, embarazado consigo mismo. Ahora él lleva su propio nuevo ser en su útero. Todo su aprendizaje, el tiempo en que está cerca al Maestro, es el tiempo del embarazo. Puede ser hecho sólo con una profunda confianza; si dudas es imposible, porque entonces te defenderás, entonces harás una armadura en torno a ti, entonces tratarás de protegerte.
Jesús dijo: "Quien sea que beba de mi boca llegará a ser como soy y yo mismo me volveré él, y las cosas ocultas le serán reveladas".
Una vez que la entrega ha sucedido completamente, el Maestro se vuelve la puerta para ti. Entonces un mundo distinto de luz, vida y bienaventuranza se abre -satchitananda lo han llamado los hindúes: la verdadera existencia, la verdadera consciencia, y la verdadera bienaventuranza- satchitananda se hace posible para ti. El Maestro se vuelve la puerta, y una vez que has logrado esto estás iluminado. Puedes ayudar a otros ahora a pasar por el fuego. Ahora puedes ayudar a otros a tener un vislumbre de lo absoluto, o a alcanzar lo supremo y a ser disueltos ahí.
Pero antes de que te vuelvas un Maestro, tienes que ser totalmente un discípulo. Antes de que puedas enseñar, tienes que aprender, y antes de que puedas ayudar, tienes que ser ayudado. Y tienes que permitir que alguien te ayude profundamente. Y esa ayuda profunda es posible sólo cuando tú no estás ahí, porque tú eres la perturbación, tú eres el estorbo. Tú continuamente creas barreras para tu propio crecimiento al temer lo desconocido. Te aferras a lo conocido, entonces no puede haber encuentro, porque el Maestro es alguien que es desconocido. Tú permaneces en el mundo de lo conocido, del pasado -el Maestro es lo desconocido. Y un encuentro es posible de ambas partes: lo desconocido encontrando lo conocido. Lo conocido se disolverá, lo conocido se quemará, lo conocido ya no se encontrará más, tal como la oscuridad, cuando el sol entra, se disuelve, desaparece.
Sé una oscuridad ante un Maestro, humilde, conociendo bien tu ignorancia, listo a entregarte y a esperar -y Jesús puede transformarte, Buda puede transformarte, en realidad Jesús y Buda son sólo agentes catalizadores. Tu entrega te transforma, ellos sólo son excusas. Si puedes entregarte aun sin un Buda, sin un Jesús a tu alrededor, si puedes entregarte al cosmos, sucederá lo mismo. Será difícil para ti entregarte, porque no hay objeto al cual entregarte... Será más difícil -por eso es que Buda y Jesús son sólo excusas.
Y entonces me gustaría decirte un fenómeno muy extraño: a veces sucede que aun entregándote a un maestro falso, también puedes llegar a iluminarte -el mismo maestro no era iluminado. Ha sucedido, puede volver a suceder, porque el asunto básico es entregarse. La transformación viene a través de la entrega, el Maestro es sólo un objeto. Verdadero o falso, no hace mucha diferencia.
Cuando te entregas, la puerta se abre. Así que no te preocupes mucho dónde entregarte, simplemente piensa en entregarte más y más. Por eso es que aun ante una estatua de piedra puede suceder, o aun ante un árbol puede suceder. Sucedió ante el árbol bodhi -por eso es que los budistas han estado preservando ese árbol por tanto tiempo, porque ha sucedido ante el árbol mismo. Tan solo el sentir que Buda se iluminó bajo este árbol, y tú te entregas al árbol.
La entrega es la vía, todo lo demás es sólo una ayuda. Si puedes encontrar un Maestro verdadero, qué bueno; si no puedes encontrarlo, no te preocupes mucho. Entrégate en cualquier parte que te guste, pero deja que la entrega sea total. Si la entrega es parcial, ni siquiera un Jesús o un Buda pueden ayudarte. Si la entrega es total, aun si no están presentes, cualquier hombre común puede ser de ayuda para ti.
Este énfasis tiene que ser recordado, de otro modo la mente va haciendo trucos. Piensa: "¿Cómo puedo estar seguro que este Maestro es verdadero? A menos que esté seguro, ¿cómo puedo entregarme?". Y tú no podrás estar seguro antes de entregarte, no hay manera de estar seguro. Si quieres estar seguro del gusto de la comida, entonces el gusto de la torta está en comerla. ¿Cómo puedes estar seguro sin comerla? No hay manera.
Tienes que comer a Jesús, tienes que beber a Jesús -esa es la única manera. Serás transformado porque creíste, porque confiaste y te entregaste, y entonces muchas dimensiones escondidas se abrirán para ti. La vida que ves no es todo; es una parte tan minúscula, una parte atómica del todo. Los placeres que has conocido son sólo desperdicios. Ni siquiera un solo rayo existe en ellos de la bienaventuranza que es posible, la cual es tu derecho por nacimiento.
Todo lo que has acumulado es basura -si pudieras llegar a conocer el tesoro real que está escondido dentro de ti. Toda tu vida es una mendicidad, y el emperador tan solo espera dentro de tu corazón -esto es lo que Jesús llama el reino. No seas un mendigo, ¡puedes ser un rey! Pero entonces uno tiene que atreverse. Un mendigo no necesita atreverse, pero para llegar a ser un rey uno tiene que atreverse y pasar a través de las transformaciones. La entrega es la puerta.
Repetiré las palabras:
"Quien sea que esté cerca a mí está cerca al fuego, y quien sea que esté lejos de mí está lejos del reino".
Jesús dijo: "Ven a mí, porque fácil es mi yugo y mi autoridad es suave".
Jesús dijo: "Quien sea que beba de mi boca llegará a ser como soy y yo mismo me volveré él, y las cosas ocultas le serán reveladas".
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