por HUGO GIOVANETTI VIOLA
un webguión seccionado en 40 episodios y escrito como base para una miniserie televisiva que producirá elMontevideano / Laboratorio de Artes
ÚLTIMA ENTREGA
EPISODIO XL
Donde se nos reclama una piedad de pez para lamer la vulva sin fondo de la patria.
PRIMERA HISTORIA 1 / INT. DÍA
Francisca Artigas de Villagrán (Doña Pancha) bosteza alcanzándole un mate mañanero a Rosalía Villagrán de Artigas (Rafaela) y se queda dormida.
Rafaela (sonriéndole a una paloma recién posada en el ventanuco): Esa mensajera es tan blanca como la alma de mi hombre.
Doña Pancha (después de roncar unos momentos): Acabo de ensoñar claritamente con la Tardebuena del 72, cuando fuimos a confirmar a Pepe en la estanzuela de don Melchor de Viana. Ya hacía tiempo que en campaña nos decían los Ortiga.
Rafaela: ¿Hay palomas anglesas?
Doña Pancha: Y al terminar el oficio cabalgamos todos por la playa desde la barra del arroyo de Pando hasta la Punta Gorda. Tú eras cría.
Josef entra corriendo al rancho y se agacha a llorar entre las dos mujeres.
Josef: Dizque que van a enterrar al mariscal Diogo Porto.
Doña Pancha: Pues ya hay un luso menos.
Rafaela (señalando el ventanuco): Pero la su alma está allí.
Josef (parpadeando arcoirisadamente hacia la paloma mensajera): Sí. Es la anglesa.
Doña Pancha: Y aquella noche Pepe le tocó la cordeón al Espíritu Santo.
SEGUNDA HISTORIA 1 / INT. DÍA
Selva Primavera y Julia vuelven de escuchar al heraldo en la plaza y encuentran a Harley desgranando un rosario.
Harley: Benigno me contó todo lo que se publicó en el bando.
Selva Primavera (pataleteando de la rabia): ¿Y te contó el cotilleo de que Porto pudo ser parte de la supuesta telaraña artigueña y hasta el mismísimo ejecutor de Manucho Artecona?
Julia: Juan Mendoza lloraba.
Harley: Pobre hombre.
Selva Primavera: Y la conga nos cotorreó que Paloma y Magdalena ya empezaron a ataviarse para rivalizar en la capilla ardiente.
Julia: Lo que cuesta creer es que esta tragedia sea tan idéntica al romance del enamorado y la muerte.
Harley: La vida imita al arte.
Julia (canturrea): Ay amor que se fue por el aire. Ay amor que se fue y no vino.
Selva Primavera: ¿Esa copla es gitana?
Julia: No. La soñé anoche, con música y todo.
PRIMERA HISTORIA 2 / INT. DÍA
Francisco Acuña de Figueroa y el doctor Angelillo terminan de corear un rosario en sufragio del alma del mariscal Porto. La capilla ardiente se realiza en el templo del Fuerte.
Acuña de Figueroa: Le-Cor mandó comprarle a los Padres Conventuales el hábito franciscano más antiguo de la plaza.
Angelillo (murmura): Pues que la mortaja le valga como fasto patriótico, igual que el tachonado y los galones de oro. Porto no ha menester de indulgencias mercantilizadas, aunque haya muerto igual que un zorro trepado al gallinero.
Acuña de Figueroa: Y tan es así que el Vicario pronunciará el responso en la Matriz y será sepultado en el altar de Santa Catalina.
Angelillo (clavando un asombro desorbitado en la puerta de la capilla): Ah, pero esto yo jamás tiña visto, don Paco.
Acuña de Figueroa (admirando la irrupción de Paloma Mendoza, totalmente vestida de blanco y coronada por una diadema de jazmines del país): Es que no debe haber parangón en los anales de la Cristiandad para un caso semejante.
Angelillo (mientras la muchacha avanza hacia el ataúd a paso de novia, seguida por Pandora): Pues los maledicentes ahora podrán tejer habladurías arácnidas y hablar de una viuda blanca.
Acuña de Figueroa: Yo preferiría llamarla una esposa del reino.
Angelillo: Lleva usted razón, don Paco. Y que triunfe la poesía.
SEGUNDA HISTORIA 2 / INT. ATARDECER
Una negra pastelera entra con su canasta de facturas a El Hacha y encuentra a Aleijadinha timbeando con Fitzgerald.
Pastelera (a Aleijadinha): Hoy llegó una carreta al Hueco con noticias de Yemanjá y Vitoria.
Aleijadinha (dejando caer las barajas): ¿Están vivas?
Pastelera: Dizque una patrulla lusa con bandera de paz las hizo cruzar la zanja en la barra del Santa Lucía. Anteayer.
Fitzgerald: Porto fue un Robin Hood.
Una paloma blanca entra y sale relampagueantemente de la pulpería.
Pulpero: Y esa fue una cielera del palomar del Fuerte.
Aleijadinha (levantándose): Pois agora eu tiño que acompañar a procesao con mi farol, carajo.
Fitzgerald: Te aconseja este gauchou que no le regalés achura conspirativa a la cimarronada.
Aleijadinha: No pregunto cuántos son sino que vayan mordiendo.
Pastelera: Antes que los botudos vuelvan a despedir el duelo vendo todo el membrillo.
PRIMERA HISTORIA 3 / INT. NOCHE
Dámaso Antonio Larrañaga termina de pronunciar su responso fúnebre en la catedral y el Marqués Alonso Rosado y el Oficial de Resguardo salen del templo a contemplar el gentío que terminó por sumarse a la procesión hecha con faroles desde el Fuerte.
Oficial de Resguardo: Hay tanto miserable que parece que estuviéramos en un entierro artigueño.
Rosado: Y dipois que el mariscal liberó en secreto a la cortesana y a la cantora los desertores irlandeses lo motejan Robin Hood, igual que al tirano anarquista.
Oficial de Resguardo: Y a Doña Magdalena la llaman la viuda negra y a Paloma la viuda blanca. Ni en la Casa de Comedias veréis mejor sainete.
Rosado: ¿Y usía sigue columbrando que el Mariscal Abreu y Don Manuel Artecona fueron ejecutados por un mismo sicario?
Oficial de Resguardo: Agora es imposible descartar una conspiración de manos blancas y negras.
Rosado: ¿Implicado el mismo Porto?
Oficial de Resguardo: Pues en ese caso los crímenes dejarían de obedecer al oleaje político para ocupar el campo del reparo amoroso.
Rosado: O el castigo divino.
Oficial de Resguardo: Dios no corta ni pincha.
SEGUNDA HISTORIA 3 / INT. NOCHE
Durante la clásica despedida del duelo con chocolate y confituras realizada en el salón de ceremonias del Fuerte, Harley pronuncia un responso en nombre de los vecinos montevideanos.
Harley (que cada tanto acompaña su discurso con golpes de bastón): Y cuando los mariscales Abreu y Porto fueron enviados desde San Fernando presenciamos la eterna disputa entre el hábito y el monje.
Juan Mendoza (les secretea a Magdalena y a Paloma, que lo flanquean con los ruedos de los respectivos pollerones muy negros y muy blancos ya embarrados por las procesiones de ida y vuelta a la catedral): Ahora va a arder Troya.
Harley: Y hoy mismo le dicté a mi prometida un desgarro del corazón que posiblemente encabezará mis memorias: ¿Qué voy a hacer? ¿Ordenar los paisajes? ¿Ordenar los amores que luego son cedulillas, que luego son pedazos de madera y bocanadas de sangre? San Ignacio de Loyola asesinó un pequeño conejo y todavía sus labios gimen por las torres de las iglesias. No, no, no, no. Yo denuncio.
Oficial de Resguardo (le murmura a Rosado): Presiento que este hombre nos será de mucha ayuda, Excelencia.
Harley: Y si el mariscal Abreu representó al ateísmo libertino en el que se seguirá hundiendo con distintos disfraces nuestra hipócrita tibieza cristiano-masónica, Porto representó a la santidad del mesianismo puro, indecente y deseoso de ofrendarnos su constelación en cruz.
Rosado (le murmura al Oficial de Resguardo): ¿Mais pra onde navega?
Julia (agarrándole la mano a Selva Primavera): Tengo miedo, mamita.
PRIMERA HISTORIA 4 / INT. DÍA
Harley (levantando el bastón hacia la concurrencia, integrada por los vecinos más notorios y sus esclavos de confianza): Que se enteren los gusanos de que ya está servida la envoltura del ángel. Que se enteren la barbarie ilustrada y todas las guillotinas de que ya descuartizamos la Purificación. ¿Quién arruga la fe? No es verdad lo que dice. Aquí no canta nadie ni vomita cicuta ni festeja con odio ni se abraza con hidras: aquí no quiero más que una piedad de pez para lamer la vulva sin fondo de la patria.
Magdalena (mientras muerde su chalina): Vale. Un delirio poético que lo hará terminar a él mismo en el calabozo.
Harley: Yo quiero ver aquí al endriago filosófico y a las damas que rizan su calavera y mienten con tintura de pulpos. Aquí quiero yo verlos. Adelante del hoyo. Dormid sin pena, Porto. La comedia de América es más triste que Macbeth.
Rosado (cruzando una mirada gélida con Lecor y subiendo a la tarima donde se ha depositado una gran palma bajo el retrato del rey Joao VI): Obrigado, Mister Harley. Y con estas sentidas expresiones damos por terminado nostro agasajo fúnebre.
Harley: Os ruego que dispenséis mi verborragia, apreciado marqués. Pero todavía falta que publique la conclusión a la que arribé desovillando la criminalidad que azotó nuestra plaza.
Rosado (obedeciendo a una seña de Lecor): Exponed entonces, sire. El Barón está ansioso.
Paloma (arrancándose un jazmín de la diadema para besarlo lacrimosamente): La verdad nos hace libres.
Pandora (persignándose detrás de ella): Harley nos ve las almas.
SEGUNDA HISTORIA 4 / INT. NOCHE
Harley: En el reciente baile que le ofreció nuestro mujerío al ejército portugués pude ver el verdor de muchos esqueletos teñidos secretamente por el odio que mata.
Magdalena: El delirio poético dejadlo para vuestras memorias, Mister Harley. No olvidéis que hay una horca esperando realidades.
Harley (sin inmutarse): Y hubo un solo esqueleto de los que contemplé en el Fuerte que hoy amaneció blanco. Y es el de Palomita. Bien pueden llamarla viuda, que Dios comprenderá. La piedad del mariscal le fecundó la fe para siempre a nuestra virgo. Porque la vida es bella.
Oficial de Resguardo: ¿Y quién degolló a los diablos?
Harley: Una mano al servicio de la pureza en jaque, Excelencia. O quizás a la inversa: celosa de su brillo.
Rosado: Mais fale con claridad, pardiez.
Harley: Es que aun hay otro entramado más terrible a colegir. ¿Quién sería capaz de condenar a la propia inmaculada por defender su honra aun a costo de sangre?
Paloma se agarra la cara entre las exclamaciones pero no dice nada.
Juan Mendoza (incorporándose): Ahora sí que me obligáis a declarar que el criminal fui yo, Excelencia. Y os puedo asegurar que no hubo ningún cómplice.
Harley: Tal era la confesión que esperaba, Vuecencia. Y esta historia acabó.
un webguión seccionado en 40 episodios y escrito como base para una miniserie televisiva que producirá elMontevideano / Laboratorio de Artes
ÚLTIMA ENTREGA
EPISODIO XL
Donde se nos reclama una piedad de pez para lamer la vulva sin fondo de la patria.
PRIMERA HISTORIA 1 / INT. DÍA
Francisca Artigas de Villagrán (Doña Pancha) bosteza alcanzándole un mate mañanero a Rosalía Villagrán de Artigas (Rafaela) y se queda dormida.
Rafaela (sonriéndole a una paloma recién posada en el ventanuco): Esa mensajera es tan blanca como la alma de mi hombre.
Doña Pancha (después de roncar unos momentos): Acabo de ensoñar claritamente con la Tardebuena del 72, cuando fuimos a confirmar a Pepe en la estanzuela de don Melchor de Viana. Ya hacía tiempo que en campaña nos decían los Ortiga.
Rafaela: ¿Hay palomas anglesas?
Doña Pancha: Y al terminar el oficio cabalgamos todos por la playa desde la barra del arroyo de Pando hasta la Punta Gorda. Tú eras cría.
Josef entra corriendo al rancho y se agacha a llorar entre las dos mujeres.
Josef: Dizque que van a enterrar al mariscal Diogo Porto.
Doña Pancha: Pues ya hay un luso menos.
Rafaela (señalando el ventanuco): Pero la su alma está allí.
Josef (parpadeando arcoirisadamente hacia la paloma mensajera): Sí. Es la anglesa.
Doña Pancha: Y aquella noche Pepe le tocó la cordeón al Espíritu Santo.
SEGUNDA HISTORIA 1 / INT. DÍA
Selva Primavera y Julia vuelven de escuchar al heraldo en la plaza y encuentran a Harley desgranando un rosario.
Harley: Benigno me contó todo lo que se publicó en el bando.
Selva Primavera (pataleteando de la rabia): ¿Y te contó el cotilleo de que Porto pudo ser parte de la supuesta telaraña artigueña y hasta el mismísimo ejecutor de Manucho Artecona?
Julia: Juan Mendoza lloraba.
Harley: Pobre hombre.
Selva Primavera: Y la conga nos cotorreó que Paloma y Magdalena ya empezaron a ataviarse para rivalizar en la capilla ardiente.
Julia: Lo que cuesta creer es que esta tragedia sea tan idéntica al romance del enamorado y la muerte.
Harley: La vida imita al arte.
Julia (canturrea): Ay amor que se fue por el aire. Ay amor que se fue y no vino.
Selva Primavera: ¿Esa copla es gitana?
Julia: No. La soñé anoche, con música y todo.
PRIMERA HISTORIA 2 / INT. DÍA
Francisco Acuña de Figueroa y el doctor Angelillo terminan de corear un rosario en sufragio del alma del mariscal Porto. La capilla ardiente se realiza en el templo del Fuerte.
Acuña de Figueroa: Le-Cor mandó comprarle a los Padres Conventuales el hábito franciscano más antiguo de la plaza.
Angelillo (murmura): Pues que la mortaja le valga como fasto patriótico, igual que el tachonado y los galones de oro. Porto no ha menester de indulgencias mercantilizadas, aunque haya muerto igual que un zorro trepado al gallinero.
Acuña de Figueroa: Y tan es así que el Vicario pronunciará el responso en la Matriz y será sepultado en el altar de Santa Catalina.
Angelillo (clavando un asombro desorbitado en la puerta de la capilla): Ah, pero esto yo jamás tiña visto, don Paco.
Acuña de Figueroa (admirando la irrupción de Paloma Mendoza, totalmente vestida de blanco y coronada por una diadema de jazmines del país): Es que no debe haber parangón en los anales de la Cristiandad para un caso semejante.
Angelillo (mientras la muchacha avanza hacia el ataúd a paso de novia, seguida por Pandora): Pues los maledicentes ahora podrán tejer habladurías arácnidas y hablar de una viuda blanca.
Acuña de Figueroa: Yo preferiría llamarla una esposa del reino.
Angelillo: Lleva usted razón, don Paco. Y que triunfe la poesía.
SEGUNDA HISTORIA 2 / INT. ATARDECER
Una negra pastelera entra con su canasta de facturas a El Hacha y encuentra a Aleijadinha timbeando con Fitzgerald.
Pastelera (a Aleijadinha): Hoy llegó una carreta al Hueco con noticias de Yemanjá y Vitoria.
Aleijadinha (dejando caer las barajas): ¿Están vivas?
Pastelera: Dizque una patrulla lusa con bandera de paz las hizo cruzar la zanja en la barra del Santa Lucía. Anteayer.
Fitzgerald: Porto fue un Robin Hood.
Una paloma blanca entra y sale relampagueantemente de la pulpería.
Pulpero: Y esa fue una cielera del palomar del Fuerte.
Aleijadinha (levantándose): Pois agora eu tiño que acompañar a procesao con mi farol, carajo.
Fitzgerald: Te aconseja este gauchou que no le regalés achura conspirativa a la cimarronada.
Aleijadinha: No pregunto cuántos son sino que vayan mordiendo.
Pastelera: Antes que los botudos vuelvan a despedir el duelo vendo todo el membrillo.
PRIMERA HISTORIA 3 / INT. NOCHE
Dámaso Antonio Larrañaga termina de pronunciar su responso fúnebre en la catedral y el Marqués Alonso Rosado y el Oficial de Resguardo salen del templo a contemplar el gentío que terminó por sumarse a la procesión hecha con faroles desde el Fuerte.
Oficial de Resguardo: Hay tanto miserable que parece que estuviéramos en un entierro artigueño.
Rosado: Y dipois que el mariscal liberó en secreto a la cortesana y a la cantora los desertores irlandeses lo motejan Robin Hood, igual que al tirano anarquista.
Oficial de Resguardo: Y a Doña Magdalena la llaman la viuda negra y a Paloma la viuda blanca. Ni en la Casa de Comedias veréis mejor sainete.
Rosado: ¿Y usía sigue columbrando que el Mariscal Abreu y Don Manuel Artecona fueron ejecutados por un mismo sicario?
Oficial de Resguardo: Agora es imposible descartar una conspiración de manos blancas y negras.
Rosado: ¿Implicado el mismo Porto?
Oficial de Resguardo: Pues en ese caso los crímenes dejarían de obedecer al oleaje político para ocupar el campo del reparo amoroso.
Rosado: O el castigo divino.
Oficial de Resguardo: Dios no corta ni pincha.
SEGUNDA HISTORIA 3 / INT. NOCHE
Durante la clásica despedida del duelo con chocolate y confituras realizada en el salón de ceremonias del Fuerte, Harley pronuncia un responso en nombre de los vecinos montevideanos.
Harley (que cada tanto acompaña su discurso con golpes de bastón): Y cuando los mariscales Abreu y Porto fueron enviados desde San Fernando presenciamos la eterna disputa entre el hábito y el monje.
Juan Mendoza (les secretea a Magdalena y a Paloma, que lo flanquean con los ruedos de los respectivos pollerones muy negros y muy blancos ya embarrados por las procesiones de ida y vuelta a la catedral): Ahora va a arder Troya.
Harley: Y hoy mismo le dicté a mi prometida un desgarro del corazón que posiblemente encabezará mis memorias: ¿Qué voy a hacer? ¿Ordenar los paisajes? ¿Ordenar los amores que luego son cedulillas, que luego son pedazos de madera y bocanadas de sangre? San Ignacio de Loyola asesinó un pequeño conejo y todavía sus labios gimen por las torres de las iglesias. No, no, no, no. Yo denuncio.
Oficial de Resguardo (le murmura a Rosado): Presiento que este hombre nos será de mucha ayuda, Excelencia.
Harley: Y si el mariscal Abreu representó al ateísmo libertino en el que se seguirá hundiendo con distintos disfraces nuestra hipócrita tibieza cristiano-masónica, Porto representó a la santidad del mesianismo puro, indecente y deseoso de ofrendarnos su constelación en cruz.
Rosado (le murmura al Oficial de Resguardo): ¿Mais pra onde navega?
Julia (agarrándole la mano a Selva Primavera): Tengo miedo, mamita.
PRIMERA HISTORIA 4 / INT. DÍA
Harley (levantando el bastón hacia la concurrencia, integrada por los vecinos más notorios y sus esclavos de confianza): Que se enteren los gusanos de que ya está servida la envoltura del ángel. Que se enteren la barbarie ilustrada y todas las guillotinas de que ya descuartizamos la Purificación. ¿Quién arruga la fe? No es verdad lo que dice. Aquí no canta nadie ni vomita cicuta ni festeja con odio ni se abraza con hidras: aquí no quiero más que una piedad de pez para lamer la vulva sin fondo de la patria.
Magdalena (mientras muerde su chalina): Vale. Un delirio poético que lo hará terminar a él mismo en el calabozo.
Harley: Yo quiero ver aquí al endriago filosófico y a las damas que rizan su calavera y mienten con tintura de pulpos. Aquí quiero yo verlos. Adelante del hoyo. Dormid sin pena, Porto. La comedia de América es más triste que Macbeth.
Rosado (cruzando una mirada gélida con Lecor y subiendo a la tarima donde se ha depositado una gran palma bajo el retrato del rey Joao VI): Obrigado, Mister Harley. Y con estas sentidas expresiones damos por terminado nostro agasajo fúnebre.
Harley: Os ruego que dispenséis mi verborragia, apreciado marqués. Pero todavía falta que publique la conclusión a la que arribé desovillando la criminalidad que azotó nuestra plaza.
Rosado (obedeciendo a una seña de Lecor): Exponed entonces, sire. El Barón está ansioso.
Paloma (arrancándose un jazmín de la diadema para besarlo lacrimosamente): La verdad nos hace libres.
Pandora (persignándose detrás de ella): Harley nos ve las almas.
SEGUNDA HISTORIA 4 / INT. NOCHE
Harley: En el reciente baile que le ofreció nuestro mujerío al ejército portugués pude ver el verdor de muchos esqueletos teñidos secretamente por el odio que mata.
Magdalena: El delirio poético dejadlo para vuestras memorias, Mister Harley. No olvidéis que hay una horca esperando realidades.
Harley (sin inmutarse): Y hubo un solo esqueleto de los que contemplé en el Fuerte que hoy amaneció blanco. Y es el de Palomita. Bien pueden llamarla viuda, que Dios comprenderá. La piedad del mariscal le fecundó la fe para siempre a nuestra virgo. Porque la vida es bella.
Oficial de Resguardo: ¿Y quién degolló a los diablos?
Harley: Una mano al servicio de la pureza en jaque, Excelencia. O quizás a la inversa: celosa de su brillo.
Rosado: Mais fale con claridad, pardiez.
Harley: Es que aun hay otro entramado más terrible a colegir. ¿Quién sería capaz de condenar a la propia inmaculada por defender su honra aun a costo de sangre?
Paloma se agarra la cara entre las exclamaciones pero no dice nada.
Juan Mendoza (incorporándose): Ahora sí que me obligáis a declarar que el criminal fui yo, Excelencia. Y os puedo asegurar que no hubo ningún cómplice.
Harley: Tal era la confesión que esperaba, Vuecencia. Y esta historia acabó.
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