jueves

IDEA VILARIÑO - LAS LETRAS DE TANGO (45)

 EL AMOR (2)

 

Abandono y traición (1)

 

Tal vez no habría que hablar del abandono, sino del abandonado. Salvo excepciones, el interés no recae en la anécdota sino en la situación o la reacción del abandonado que es, casi siempre, quien cuenta o comenta el hecho. Las posibilidades en cuanto a la forma de darse los hechos y las actitudes con que se asumen o se enfrentan han sido fijados por el tango en una serie de motivos bien tipificados.

 

a) Se canta exclusivamente el abandono sin que medie traición, sin que se busque venganza ni se incorporen otros elementos que veremos en seguida; simplemente, ella (o él) se va y el otro sufre. El gran punto de partida del tango cantado, Mi noche triste, es un ejemplo; también la primera letra de La cumparsita y Caricias, Cada vez que me emborracho, Chola, Amurado:

 

Una tarde más tristona

que la pena que me aqueja

arregló su bagayito

y amurado me dejó

no le dije una palabra

ni un reproche ni una queja;

la miré que se alejaba

y pensé: todo acabó.

 

En media estrofa dice lo sucedido, que es más de lo que explican otras letras; el resto expone -soledad, vejez, nostalgias- el sufrimiento del protagonista:

 

Si me viera, estoy tan viejo,

tengo blanca la cabeza.

¿Será acaso la tristeza

de mi negra soledad?

 

b) Ella (o él) se va con un tercero. Se suma la traición. El que queda sufre por el desamor, la traición, la ingratitud, pero el amor es más fuerte que el rencor o el odio y por eso el afectado se queja o reprocha con ternura, a lo sumo, con celos: La última copa, Aquellas cartas, Ivette:

 

Qué te habrá dado ese otario

que tu negro no te ha dado,

si hasta la lanza he tirado

cuando faltaba el buyón.

No te acordás cuando en cana

te copié en un cuadernito

aquellos lindos versitos

salidos del corazón.

 

La voz femenina en Un lamento o en Julián:

 

Yo tenía un amorcito

que me dejó abandonada

y en mis horas de tristeza

lo recuerdo con el alma.

Era un tigre para el tango

y envidia del cabaret

pero un día, traicionero,

tras de otra se me fue.

 

En esta tesitura de amor dolorido, de dolor sin resentimiento, se pueden incluir el perdón y el pedido de que vuelva. Esto último es más frecuente cuando es ella la abandonada: Volvé, Muñequita, La gran muñeca, Caferata, Padre nuestro.

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