(El maldito modelo)
Venden amores
eternos como
helados
y falsas flores.
Pero nunca supimos
por qué nos
elegimos.
(Lo dijo Bergman)
Y cuando sientas
el estómago solo
nunca te mientas.
Lo que importa es
la vida.
El demonio se
olvida.
(Contra el endémico
ninguneo del mundanal ruido)
Agradecido
me inclino entre
las tumbas
del gran olvido.
Sólo a Dios le
interesa
besar la gran
belleza
(Volviendo del
refugio secreto)
Cuanto mejor la
pasás
más te acordás
de los que peor la
pasan.
(Fe de Discepolín)
Yerba reseca
podrá faltarme
siempre
pero no es hueca
la hornacina de mi
alma.
Allí Ella reina en
calma.
(La esperanza de
Job)
Si se cayera
el cielo de repente
y yo pudiera
encontrar un
respiro.
Por eso es que lo
miro.
(Adoración por
Emilia, Amalia y Leandro)
Mis nietos me oyen.
No precisan orejas
que los apoyen.
Mi amor alza en los
mares
una marea de
altares.
(El fuego fatuo)
Las decepciones
son la disolución
de las ilusiones.
Cuando el deseo no
ama
la llama no lo
llama.
(Manrique lo sabía)
Tiempos felices
aquellos que
zurcieron
tus cicatrices.
La soledad enseña
a sufrir al que
sueña.
(Mensaje para
Vincent)
Esa justicia
que pedimos llorando
es la noticia
de que habrá otra
morada.
Tu luz ruge
callada.
(Donde moró el
amor)
De vez en cuando
atravieso recuerdos
como encontrando
lo que cayó del
cielo.
Suelo besar el
suelo.
(El evangelio según
el Darno)
Nadie te quiere
de verdad si no
acepta
lo que lo hiere.
El beso de un
cuchillo
también tiene su brillo.
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