(El rey tuerto)
Me falta un ojo.
Si lo encuentro
caído
no lo recojo.
Es el de ver
traidores
regalándome flores.
(Balance de un
fracaso conyugal)
No me quisiste
porque
sencillamente
no me entendiste.
Ni aceptaste que
fuera
lo que Dios me pidiera.
(Penetración del
cielo)
para Cortázar
Forzar la puerta
de la vida sin
muerte
y estar alerta.
Ser fiel hasta el
delirio.
Ese fue tu
martirio.
(Milonga de todos)
para Alfredo
Canto de toda
la fe que
iluminaste
y aquella boda
entre el pueblo y
tu herida:
vida muerte y más
vida.
(La necesidad de
adorar)
Todos caemos
en la ilusión
dorada.
Todos perdemos.
Hay un amor
distinto.
Te lo dice tu instinto.
(Viaje al fin de la
sombra)
Nácar redondo
y el corazón caído
allá en el fondo
de la verdad más
alta.
La que nos hace
falta.
(El vino nuevo)
El sacrificio
del deseo que te
lleva
al precipicio
alumbra la caverna
de la ebriedad
eterna.
(La trinchera
estrellada)
Enamorado
de aquella
primavera
quedé tatuado.
Cuando reina la Rosa
resistir no es gran
cosa.
(El varón perfecto
no toma teta)
San Juan de la Cruz
dixit
De madrugada
mis bronquios se
parecen
a una quebrada
donde se queja un
niño
que ya perdió el
cariño.
(Muerte de una
tiroides)
La mariposa
traidora que tragaste
torció tu rosa.
Fue triste ver la
vida
con la tráquea
vencida.
(Resplandor otoñal)
Calle Lepanto:
la noche
resplandece
entre tu espanto.
Ya no queremos
nada.
La vida está
ganada.
(Frente a Pilatos)
Amor valiente
es el que calla
mucho
y no te miente.
Hay palabras
heladas.
Importan las miradas.
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