miércoles

ESPACIO Y TIEMPO EN LAS PATOLOGÍAS MENTALES (78) - HÉCTOR GARBARINO

 

 1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996 

1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019

 

VI. AUTISMO

 

MERCEDES FREIRE DE GARBARINO

 

Tomás y su telescopio (3)

 

Tomás asume él mismo el rol de decodificador y es así que aprende a leer, a escribir con la T. V. y luego también los idiomas inglés y alemán. Entra en el juego de la decodificación con la terapeuta (le dice texto en inglés y ella tiene que traducirlos).

 

Tomás era un conglomerado de ondas con las cuales no podía tener comunicación interhumana por la falta de un aparato receptor de ondas que las semantizara, ya que él careció de esta experiencia en el inicio de su vida (interacción temprana). Estaba en lo que los físicos llaman la singularidad (ondas que tienen en potencia cantidad de caminos para lo que se necesita desplegarlas y codificarlas en imágenes). Se nos ocurre la metáfora del acordeón que cuando está cerrado, plegado, no suena, se necesita la acción de otro para desplegar lo que está en potencia.

 

¿Qué otra cosa tenía Tomás a su mano como receptor de sí mismo? La T.V. y la radio, así llega al tratamiento. Utiliza el aparato, la máquina y es él mismo el aparato, lo incluye en su yo-Ser y no puede salir. Desde la primera sesión lo vemos mostrarse como máquina.

 

Tomás estaba en una “…realidad sensorial como un ‘caso especial’ construido por las matemáticas del cerebro, pero sacado de un de un dominio situado más allá del tiempo y el espacio donde sólo existen frecuencias (Karl Pribram)”. (*)

 

¿Podríamos pensar de acuerdo con Pribram que la T.V. y la radio de Tomás eran hologramas? ¿Es decir, producto directo de estructuras del cerebro? Y además ¿“el pequeño hombre dentro del hombre”? ¿“El fantasma dentro de la máquina”? (Arthur Koestler. (6) (*)

 

Este niño: ¿estaría en… “la realidad primaria”? El holograma, vale decir: campo de frecuencias y potencialidades que subyace a la ilusión de lo concreto” (Brain-Mind-Bulletin). ¿Esa era la realidad de Tomás?

 

El trabajo de la terapeuta lo podríamos concretar o teorizar de la siguiente manera: le dice que él siente que tiene una “mamá máquina” en un mundo sin tiempo ni espacio y donde él se prolonga y por lo tanto él es también “máquina”.

 

Aprovechando la posibilidad que muestra para escribir lo estimula en esta línea y él escribe los avisos en carteles que usa posteriormente colgándolos.

 

Creo que es muy claro cómo va logrando la entrada del paciente a nuevos códigos: representar lo que era una presentación-máquina. Luego del código oral al escrito y así fue continuando este proceso que se constituyó en un proceso de cura.

 

A los cuatro años de tratamiento logró un vínculo adecuado con la terapeuta en donde se saba un intercambio. Lo mismo sucedía en su vida fuera de la terapia, según informan los padres.

 

Por momentos y con bastante frecuencia, en las sesiones entraba a ese “juego de decodificación” con su terapeuta, cuando esta se negaba a traducir (decodificar) lo que él le planteaba, se enojaba, se golpeaba la cabeza y a veces lloraba.

 

Tal vez podríamos interpretar estas regresiones como producto de una insuficiente integración o fortaleza de su yo.

 

Por otra parte su desesperación la vemos como positiva en el sentido de defenderse de repetir su fracaso inicial, vale decir, resistirse a la compulsión de repetición.

 

Notas

(6) El aspecto interrogatorio es nuestro.

 

Bibliografía

(*) WILBER, k.; BOHM, D y otros: El paradigma holográfico. Kairos/Troquel.

(**) WINNICOT, D.: Realidad y juego. Granica.

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