por Jimena O.
En la antigüedad la memoria era
considerada un arte y se utilizaban técnicas artesanales para desarrollar esta
facultad que, al menos en la filosofía platónica, estaba relacionada
al poder de la psique de acceder a la realidad universal.
La técnica más favorecida entre
distintos filósofos y artistas fue la desarrollada por Simónides y consiste en
crear un palacio o teatro de la memoria, un lugar familiar pero estimulante en
el cual se colocan las cosas que se quieren recordar.
Un nuevo estudio científico mostró que al
practicar esta técnica por sólo 40 días la actividad cerebral de una
persona común se empieza a parecer a la de uno de los llamados atletas de la
memoria, personas que compiten en campeonatos mundiales de memoria. La
investigación sugiere que la capacidad mnemónica no es algo meramente innato y
puede desarrollarse con gran plasticidad. El neurocientífico Boris Konrad,
quien es también un atleta de la memoria, señala que esta técnica es efectiva
ya que mapea información aburrida sobre algo que el cerebro ha evolucionado
para hacer, esto es, recordar información en relación con una locación
específica. Uno tiene experiencias de esto diariamente: cuando pasamos por
cierto lugar o hacemos cierta actividad surgen ciertas memorias dependientes.
Quizás el más grande expositor del arte
de la memoria fue el genio renacentista Giordano Bruno, quien escribió
profusamente sobre el tema. Entre las varias técnicas que desarrolló
está la de asignar una letra a un personaje o a un objeto y luego
combinar esas letras, en una "rueda de la memoria". Bruno también se
sirvió de la técnica ancestral de colocar el contenido de nuestra memoria, estos
personajes mentales, en un anfiteatro o en los anaqueles de una biblioteca. La
memoria funciona de manera espacial: al ubicar la información en cierto espacio
--que puede ser un teatro imaginario o un espacio familiar-- la grabamos en un
lugar particular que es también un estado mental particular (memoria
dependiente del espacio). Una entrada en el blog AALTARIS describe bien este arte:
La esencia del arte
consiste en la habilidad de mejorar la memoria mediante ejercicios de mecánica
mental. Cuando es necesario recordar una compleja masa de información, primero esta
debe ser separada en secciones relevantes con respecto a distintos temas. Luego
estos deben ser dispuestos en algún orden, quizá jerárquico, alfabético o
cronológico. Acto seguido, cada fragmento manejable de información es vinculado
a un objeto material que pueda ser recordado con facilidad. Dicho objeto
material puede ser un lugar, una cosa o una persona. El mejor ejemplo es un
método para memorizar una larga lista de nombres, números o cualquier otra
forma de información. En primer lugar, la lista es dividida en secciones y
luego los fragmentos más manejables son asignados a la habitación de una casa.
Dentro de cada habitación, los distintos fragmentos de información son
asignados a distintos objetos. Si la técnica es seguida al pie de la letra, vastas
cantidades de información pueden ser recordadas con sólo pasear mentalmente por
la casa e ir cogiendo aquellos objetos a los que ha sido asignada la
información.
Con la combinación de sabiduría ancestral y conocimiento científico es garantía que esta técnica funciona, así que no esperes más y construye tu propio palacio de la memoria.
(pijamaSURF / 3-10-2017)
No hay comentarios:
Publicar un comentario