por Carmen Liliana Neira Piza
La escuela, es el escenario donde se transmiten conocimientos, valores y actitudes imprescindibles para la vida en común, tomando como base los ámbitos político, económico y social. De ahí, que la sociedad actual requiere de un individuo con unos conocimientos generales mínimos, que le permita desenvolverse en los diferentes entornos laborales, sin embargo, la educación tradicional prioriza la acumulación de conocimientos, enfatizando en lo memorístico, en palabras de Freire (1970) Educación bancaria dejando de lado la formación sensible del sujeto. Es así, que en muchos contextos escolares no se considera el área artística como fundamental para la formación integral, centrando las necesidades del estudiante solamente en lo cognitivo y en la actual preocupación de obtener buenos resultados en las pruebas saber, cuando es evidente que existen factores sociales que deben ser atendidos para mejorar la calidad de la educación.
Los permanentes cambios de la sociedad exigen cada día de una
educación de calidad enmarcada no solo en los procesos
cognitivos sino también competencias y habilidades que se
ajustan hacia una formación integral. Es así, como, “La
educación artística proporciona a las personas que aprenden las
habilidades que se requieren de ellas y, además, les permite expresarse,
evaluar críticamente el mundo que les rodea, y participar activamente en los
distintos aspectos de la existencia humana”. (UNESCO, 2005. P, 3). De esta
manera, la educación artística contribuye al desarrollo de competencias
intelectuales y creativas, fortaleciendo las
relaciones que se generan en los diferentes escenarios
posibilitando el reconocimiento a la diversidad cultural.
En cuanto a lo pedagógico aporta a la formación integral,
predominando la libertad, la tolerancia, el respeto y la democracia, aquí
no existe la imposición o el autoritarismo, además como área fundamental se
fortalecen conocimientos prácticos y teóricos de las diferentes
disciplinas artísticas que conllevan al reconocimiento tradicional y cultural,
así como despertar y encontrar actitudes artísticas latentes en unos como en
otros, incorporando actividades lúdicas favoreciendo el desarrollo de la
creatividad y de la imaginación enfrentando y transformando las realidades que
lo rodean.
Por tal razón, pese a las contradicciones que se viven en torno a
implementar la educación artística en las instituciones, los docentes del área
artística estamos llamados a innovar en ambientes de aprendizaje, a
proponer e implementar estrategias lúdico-creativas desarrollando en
los estudiantes aprendizajes lúdicos, posibilitando su formación integral.
Es así, que desde la enseñanza de las diferentes disciplinas
artísticas se implementan conocimientos que incentivan la
investigación interactuando con las demás áreas del conocimiento
haciendo del proceso educativo un goce total. Propiciando en los
estudiantes interés para manifestar y expresar fortaleciendo
procesos comunicativos.
El impacto de las artes en la formación integral
Es interesante como desde el arte se logra fortalecer los valores en los jóvenes, por ello, se hace necesario implementar proyectos a nivel artístico, dinámicos y lúdicos que permitan la participación de la comunidad educativa que aporten de manera significativa al currículo y que interactúe con las demás áreas del conocimiento, fortaleciendo el aprendizaje de los estudiantes, pero también a mejorar las relaciones interpersonales que a futuro les permitirá vivir en sana convivencia y por ende aportar significativamente a la paz. Es así, que mediante talleres de teatro, danza, música, artes plásticas y maquillaje artístico, se logra evidenciar en los estudiantes aprendizajes que aportan en todos los campos del conocimiento y que deben ser socializados en diferentes espacios, de esta manera, poder contribuir en la interacción con los otros generando el intercambio de saberes.
Es así, que se espera que la escuela se convierta en el escenario
donde la educación artística sea reconocida como área fundamental, que se
propicien espacios de participación y socialización de los diferentes
procesos artísticos los cuales conllevan al goce y al disfrute de toda la
comunidad, propiciando un ambiente de sana convivencia, resaltando
el buen trato, la cordialidad, la solidaridad y el trabajo colaborativo
logrando el crecimiento personal que se espera de los estudiantes,
un aporte significativo en su proyecto de vida. De igual manera se espera un
dialogo pedagógico, ya que la participación activa y dinámica entre educandos y
educadores genera un intercambio de saberes que propician
ambientes de aprendizajes innovadores.
El colegio como escenario cultural
Carmen Liliana Neira Piza
Licenciada en danzas folclóricas y teatro, Maestra en Educación
Uniminuto, Magister en educación Tecnológico de Monterrey. Docente en
el área de Teatro IED
Referencias:
Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. Tomado
de: http://lahistoriadeldia.wordpress.com/2010/04/06/paulo-freire-pedagogia-del-oprimido-descargar-libro/. Noviembre 14 de
2014.
UNESCO, (28 al 30 de Noviembre DE 2005). Preparatoria de la Cumbre Mundial De Educación Artística: Documento Base. Ministerios de Cultura y de Educación de Colombia, Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la, Conferencia Regional de América Latina y el Caribe, Bogotá. Recuperado de: http://portal.unesco.org/culture/es/files/28075/112954351613Concept_Paper.htm/Concept%2BPaper.htm
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