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Ricardo Guerrero: «Traducir para investigar y entender el buddhismo»

 


por Caridad Martín Nieto 

 

Ricardo Guerrero Diáñez nació en Tetuán, Marruecos, en 1964. Su vocación por la comunicación e interés personal en el budismo le han llevado a ser uno de los traductores más prolíficos de textos budistas al español. Sus trabajos realizados y proyectos para la difusión del dhamma son innumerables. Es presidente de la Asociación Hispana de Buddhismo (AHB), entidad que, con gran presencia activa, es miembro de la European Buddhist Union (EBU) desde 2014. Como representante de la AHB, Ricardo participa en la conmemoración anual de Naciones Unidas del día internacional del Vesak. A partir de un viaje a Sri Lanka en 2000 empieza a traducir textos budistas al español, por su propio interés en conocer el budismo y, más tarde con la Buddhist Publication Society (BPS), la mayor editorial de libros budistas en el mundo, comienza la traducción de numerosos libros de la colección de esta editorial.

 

Uno de los proyectos que actualmente Ricardo abandera es la traducción del Texto Buddhista Común al español, texto que en 2010 fue reconocido como autorizado por representantes de las tres grandes tradiciones: theravada, mahayana y vajrayana, y que ofrece una perspectiva no sectaria ilustrativa de las múltiples visiones budistas de estas diferentes escuelas.

  

CARIDAD MARTÍN NIETO: ¿Cómo llegaste al budismo y empezaste a practicarlo?

 

RICARDO GUERRERO DIÁÑEZ: Nací fuera de España y, en el ambiente en que me crié, había otras culturas, distintos idiomas y religiones. El que hubiera otras costumbres, o prácticas religiosas diferentes a las de mi familia, no me supuso ningún choque, sino que me parecía algo muy natural. También me daba cuenta de que, para los otros, sus prácticas les servían y les eran igualmente válidas. Tengo que confesar que nunca me he sentido católico, aunque era la religión de mis padres, porque yo no tenía fe y necesitaba respuestas basadas en la razón. Siempre he visto muy lejana la religión católica, pues no entendía el pecado, el infierno, la idea de dios, etc., de modo que tenía mi espiritualidad aparcada.

 

En el año 2000 fui a Sri Lanka. Era un viaje que siempre había tenido en mente y no sé muy bien el porqué. Allí conocí una realidad social totalmente diferente, tradicional y buddhista. Este viaje me marcó. A mi vuelta, analicé lo que había vivido, busqué en libros y encontré una asociación en España llamada Buddhismo Theravada Hispano y conocí al venerable Bhikkhu Nandisena,* abad del Dhamma Vihara en México que estaba visitando España y era entonces el único monje theravada cuyo idioma nativo era el español. Él fue mi primer maestro y, poco a poco, me introdujo en círculos buddhistas de todo el mundo. Supongo que practico el buddhismo theravada porque fue el primero que conocí. Quizás, si hubiera conocido el buddhismo a través de otra tradición como la vajrayana, hoy sería buddhista tibetano. Entendí que el buddhismo era algo para compartir y, hablando con el venerable Nandisena, surge la idea de crear la Asociación Hispana de Buddhismo.*** De esto hace ya ocho años y me ha permitido realizar una serie de actividades que han dado sentido a mi vida buddhista.

 

BDE: El año pasado tomaste votos monásticos temporales según la tradición theravada ¿por qué deseaste esta experiencia de ser monje?

 

RG: Mientras estudiaba buddhismo, aprendí que la comunidad buddhista monástica, era la sociedad que el Buddha proponía como modélica, y necesitaba entender la razón. La ordenación temporal es una práctica que ofrece el buddhismo theravāda y que no se da en otras tradiciones. Otro de mis maestros es el venerable Dr. Khammai Dhammasami, abad del Oxford Buddha Vihara y fundador de la Shan State Buddhist University en Taunggyi, Myanmar. A él le solicité mi ordenación y me propuso realizarla en Myanmar, en el monasterio y universidad de la que es rector. Mi interés principal era reafirmar mi compromiso personal como buddhista, pues en el buddhismo no es necesaria una ceremonia como el bautismo, ya que nadie mejor que uno sabe si lleva o no una vida de acuerdo con el dhamma de modo que fui por refugio al «Buddha, el Dhamma y el Sangha» ante la comunidad de monjes.

 

Una vez allí, empiezo a entender la vida de la comunidad monástica, en sus relaciones internas y con el exterior. El monje vive el desapego en forma práctica, no necesita más que las propiedades del monje, que son el hábito, el cuenco con el que recoge o mendiga su comida y las sandalias; el resto no es propiedad del monje, sino que lo disfruta porque alguien se lo ha proporcionado. Durante los tres meses como monje, pude ahondar en la práctica de la meditación; mi trabajo diario me permitió mejorar en la concentración y, en mi convivencia con los monjes, pude profundizar en la práctica de la compasión.

 

BDE: Tu interés en la enseñanza del budismo y en la educación en sus valores éticos, te ha llevado en la dirección de hacer proposiciones y sugerencias sobre este tema en diferentes escenarios. ¿Cuáles son estas propuestas?

 

RG: La educación es la única forma de cambiar la sociedad. El buddhismo es una filosofía de cambio personal. Sostiene que el cambio social se produce por el cambio en el individuo, de modo que esa transformación permee a la sociedad. Llevado a nuestra sociedad occidental, la forma de obrar este cambio personal es a través de la educación en valores. Si queremos que el ser humano los tenga, habrá que trabajar en el desarrollo de esos valores, y eso sólo puede producirse a través de la escuela y la educación. Los valores éticos del buddhismo deberían llegar a la escuela no tanto como valores religiosos, sino como valores de convivencia ética. El buddhismo tiene dos pilares fundamentales en los que se apoya: la parte monástica y la parte laica. La una se sustenta en la otra y son igual de esenciales. La función de los laicos es salvaguardar los valores éticos y velar por que los monjes cumplan su misión. Sin embargo, en la sociedad europea de tradición cristiana y, en referencia a la espiritualidad, los religiosos tienen un peso específico mayor que los laicos. Por esa razón, se hace necesario recibir el apoyo de la parte monástica. Hay pocos monjes buddhistas en Europa y los necesitamos.

 

BDE: Cuéntanos sobre tus traducciones ¿Por qué y cómo empiezas a traducir?

 

RG: Llegué a la traducción por casualidad. Mi conocimiento del inglés es bueno, pero traducir textos filosóficos requiere una atención y dedicación especial porque cada palabra significa. Tengo que reconocer un cierto componente egoísta al decidir traducir, pues lo que pretendía al hacerlo era conocer en profundidad el texto y aprender. Poco a poco iba estudiando, dándome cuenta de qué era lo que necesitaba conocer, y me fui interesando por las traducciones que había en español, que eran muy pocas y venían del inglés. Así que empecé a hacerlo con la ayuda del venerable Dhammasami, pues la primera obra que traduje fue su libro La meditación mindfulness, fácilTambién traduje un libro que encontré en un hotel en Sri Lanka, Buddhismo en pocas palabras, del venerable Narada Maha Thera, una pequeña píldora con una visión general de qué es el buddhismo y que me servía cuando la gente me preguntaba por distintos aspectos del mismo.

 

BDE: Uno de tus últimos trabajos es En palabras del Buddha,*** una antología de discursos en pali es ya un hito en la publicación de textos budistas en español. ¿Por qué traduces a Bhikkhu Boddhi?

 

Conocí a Bhikkhu Bodhi que ha dedicado toda su vida a la traducción del Canon Pali al inglés y empecé a traducir algunos de sus libros. Traducir a autores vivos tiene la gran ventaja de poder recurrir a ellos cuando se presentan las dudas. Bhikkhu Bodhi fue el editor en inglés de la Buddhist Publication Society (BPS) en Sri Lanka durante dieciocho años y, posteriormente, su presidente. De BPS he traducido también al venerable Ñaṇaponika Mahathera, a Francis Story y, actualmente, al profesor Karunadasa. En concreto, Enseñanzas del Buddhismo Primigenio, y El Abhidhamma Theravada, en el que estoy trabajando con mis compañeros, el Dr. Aleix Ruiz Falqués y el Dr. Abraham Vélez de Cea, mis compañeros de trabajo en el libro publicado por Editorial Kairós, En palabras del Buddha.

 

BDE: Háblanos del Texto Buddhista Común ¿de qué se trata? ¿en qué punto está?

 

RG: Lo que tengo ahora en el horizonte es la traducción al español del Texto Buddhista Común (Common Buddhist Text). Este proyecto nació en 2010 en la Universidad Mahachulalongkorn de Tailandia, durante las celebraciones del Día del Vesak de Naciones Unidas. La idea era compilar una serie de textos buddhistas para conformar, por primera vez en la historia del buddhismo, un texto reconocido por las tres grandes tradiciones: theravada, mahayana y vajrayana. Al proyecto se sumaron expertos y eruditos de las tres tradiciones. Primero se seleccionaron y compilaron los textos originales y, posteriormente, se tradujeron al inglés. Por fin, en 2017, se presenta el resultado: las tradiciones dejan de lado sus diferencias rituales y culturales y se centran en lo que les es común en términos del dhamma. Creo que esta obra supone un hito cultural y merece el esfuerzo de su traducción al español, el segundo idioma de comunicación del mundo. El Texto Buddhista Común debe estar al alcance de todos los hispanoparlantes. Sin embargo, no vamos a traducir el texto del inglés, tal y como está publicado, sino que acudiremos a los textos fuente en los cuatro idiomas—pali, sanscrito, chino y tibetano—para hacer una traducción directa al español. De este modo, atendemos la prevención del propio Buddha de que en las traducciones de traducciones se pierde la esencia y el fundamento.


Evidentemente, éste no puede ser un trabajo amateur, sino un trabajo profesional de expertos remunerados y estamos dispuestos a comenzar cuanto antes, pero necesitamos conseguir la financiación suficiente. A este respecto, quería llamar la atención sobre el término pali dāna, que significa donación, desprendimiento y generosidad, pues no hay equivalencia semántica en español. Es un uso habitual en la comunidad buddhista mediante la cual se practica el desapego a través de la generosidad. Contribuir a una buena acción reporta beneficios a quien lo hace, pero no sólo beneficios futuros según la Ley del Kamma, sino en el presente. La propia buena acción va conformando un crecimiento personal, una modificación en sus patrones de comportamiento que le favorecen en sus relaciones con los demás y en su valoración de sí mismo. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para invitar a cuantos nos lean a ser nuestros patrocinadores. Su ayuda tendrá su reconocimiento en el libro. Les necesitamos porque, sin su ayuda, no es posible realizar este tipo de proyectos no comerciales.


Hemos abierto una cuenta para ello y os damos la bienvenida a participar de este proyecto. Agradecemos de todo corazón cualquier ayuda. Abre el link a continuación para más información: https://www.gofundme.com/f/traduccion-al-espanol-del-common-buddhist-text

 

* Ricardo Guerrero está pidiendo a la Real Academia Española que se reconozca la grafía “Buddha” en el diccionario. Lo explicaremos en un próximo artículo.

** Bhikkhu Nandisena fue ordenado en 1991, en el monasterio Taungpulo Kaba Aye en Boulder Creek, California (EE. UU.) y tuvo como instructor al venerable U Silananda.

*** https://buddhismohispano.org 

**** BDE publicó un artículo sobre este libro Presentación del libro En palabras del Buddha. Una antología de Discursos del canon pali, de Bhikkhu Bodhi


(Buddhistdoor en Español)

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