lunes

San Juan de la Cruz (179)

 DECLARACIÓN

 

50 / De esta manera, muchas vecese se sentirá la voluntad inflamada o enternecida y enamorada sin saber ni entender cosa más particular que antes, ordenando Dios en ella el amor, como lo dice la esposa en los Cantares, diciendo: Entrome el rey en la celda vinaria y ordenó en mí la caridad (2,4). De donde, no hay que temer la ociosidad de la voluntad en este caso, que, si de suyo deja de hacer actos de amor sobre particulares noticias, hácelos Dios en ella, embriagándola secretamente en amor infuso, o por medio de la noticia de la contemplación, o sin ella, como acabamos de decir; los cuales son tanto más sabrosos y meritoios que los que ella hiciera, cuanto es mejor el movedor e infusor de este amor, que es Dios.

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