¡Oh lámparas de fuego,
en
cuyos resplandores
las
profundas cavernas del sentido
que
estaba oscuro y ciego,
con
extraños primores
calor
y luz dan junto a su Querido!
DECLARACIÓN
30
/
Cuanto a lo primero, grandemente le conviene al alma que quiere ir
adelante en el recogimiento y perfección mirar en cuyas manos se pone, porque
cual fuere el maestro, tal será el discípulo, y cual el padre, tal el hijo. Y
adviértase que para este camino, a lo menos para lo más subido de él, y aun
para lo mediano, apenas se hallará una guía cabal según todas las partes que ha
menester, porque, demás de ser sabio y discreto, ha menester sea experimentado.
Porque, para guiar al espíritu, aunque el fundamente es el saber y la
discreción, si no hay experiencia de lo que es puro y verdadero espíritu, no
atinará a encaminar al alma en él cuando Dios se lo da, ni aun lo entenderá.
31 / De esta manera muchos maestros espirituales hacen mucho daño a las almas, porque, no entendiendo ellos las vías y propiedades del espíritu, de ordinario hacen perder a las almas la unción de estos delicados ungüentos con que el Espíritu Santo les va ungiendo y disponiendo para sí, instruyéndolas por otros modos rateros que ellos han usado o leído por ahí, qaue no sirven más que para principiantes. Que, no sabiendo ellos más que para estos (y aun eso plega a Dios), no quieren dejar las almas pasar (aunque Dios las quiera llevar) a más de aquellos principios y modos discursivos e imaginarios, para que nunca excedan y salgan de la capacidad natural, con que el alma puede hacer muy poca hacienda.
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