por Andrés Gómez y Rodrigo González
El autor de De Sueños Azules y Contrasueños es el primer escritor mapuche en recibir el Premio Nacional de Literatura, en casi 80 años. Desde Asturias, donde se encuentra desde marzo, expresa sus deseos de que el galardón promueva un diálogo entre las comunidades indígenas y la sociedad chilena. "Ojalá podamos conversar de manera profunda y que cada cual asuma lo que tiene que asumir".
Fue un ejercicio de nostalgia. Comenzó a escribir a los 15 años, cuando se trasladó desde Quecherewe, en la precordillera, al Liceo de Temuco. Hijo de maestros rurales, Elicura Chihuailaf creció escuchando los cuentos de su abuela junto al fogón, las adivinanzas e historias de su gente. Y con esas voces dio forma a su escritura: “Hablo de la memoria de mi niñez/ y no de una sociedad idílica/ Allí me parece aprendí lo que era la poesía”.
La misma nostalgia acaso que siente ahora en Asturias, en España, donde se encuentra desde marzo, producto de las suspensiones de vuelos provocadas por la pandemia. “Esto es como un extraño exilio, con el tiempo uno comienza a añorar su territorio, las personas, las bandurrias, las voces, los esteros, los bosques”, decía haces unas semanas el autor de De sueños azules y contrasueños.
Rodeado de un paisaje de montañas, Elicura Chihauilaf recibió allá una noticia de bordes históricos: es el primer poeta mapuche en obtener el Premio Nacional de Literatura, en 80 años, el máximo galardón del Estado para los escritores.
El premio le fue otorgado hoy “por su vasta trayectoria y por su capacidad de instalar la tradición oral de su pueblo en una escritura poderosa, que trasciende la cultura mapuche. Con maestría y haciendo uso de una expresión muy propia, ha contribuido de forma decidida a difundir su universo poético en todo el mundo, amplificando la voz de sus ancestros, desde la contemporaneidad”, dice el fallo.
El jurado lo integraron la ministra de Cultura, Consuelo Valdés; la escritora Diamela Eltit, como última premiada; María Eugenia Góngora, representante de la Academia Chilena de la Lengua; la ensayista Adriana Valdés y la poeta mapuche María Isabel Lara Millapán, nominadas por el Consejo de la Cultura; el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vidaldi, y el rector de la UMCE, Jaime Espinosa, representante del Consejo de Rectores.
Nacido en Quecherewe en 1952, Chihuailaf ha dado voz a su comunidad en su obra y ha desplegado esfuerzos por establecer un diálogo con la sociedad chilena, en especial en su libro Recado confidencial a los chilenos y en su memoria La vida es una nube azul.
“Agradezco la confianza que a través de este premio se ha depositado en la palabra de nuestra gente y de nuestros antepasados que habita en mí”, dijo al agradecer a la ministra de Cultura vía Zoom. “Intento hacer dialogar mi espíritu y mi corazón de mapuche, porque es necesaria una pluriculturalidad: es el camino que hoy hay que tomar, en este momento tan tremendo que vive el mundo, en el que la naturaleza nos ha dado una dura advertencia. Reitero el agradecimiento, porque no soy yo quien habla únicamente: el autor es un pequeño camino dentro de lo que es la enseñanza y la palabra de nuestros antepasados. Esa voz, de un pueblo que sufre hace 200 años, es la que me ha llevado por el mundo”.
¿Qué significa este premio entregado en el contexto del recrudecimiento del conflicto mapuche?
Este premio abre una ventana para que el Estado se anime a escuchar la realidad del pueblo mapuche. Ojalá que también ayude a ver que nuestra lucha (la del pueblo mapuche) es también una lucha por la ternura. También quiero reflexionar sobre lo siguiente: creo que la pandemia nos ha demostrado sobradamente que es una respuesta a la violencia sostenida del ser humano contra el agua de la vida, contra los bosques, contra su población de insectos, de flores y de hongos.
Para el poeta, “el premio tal vez es una señal para resolver un gran problema no resuelto, un problema conceptual. Significa que, de acuerdo a expertos, desde 1915 se establece que Chile es un país de blancos donde no fue necesaria la importación de esclavos debido a lo benigno de su clima y que la presencia de población indígena en el sur de país y en las más bajas capas de la sociedad es sólo visible al ojo del experto. Pienso que justamente este premio da la posibilidad de dar vuelta ese espejo o de despejarlo; se trata de un espejo obnubilado. Es la hora de ver nuestra hermosa morenidad. A fin de cuentas, todos los pueblos en vienen de culturas nativas”.
Presentado al premio por la Universidad de La Frontera, Elicura Chihuailaf piensa que “en nuestro país debería existir un diálogo entre la hermosa morenidad del pueblo mapuche y la pretendida blanquedad de Chile. Ojalá podamos conversar de manera profunda y que cada cual asuma lo que tiene que asumir. Se habla de desarrollo, pero para los mapuches el desarrollo es junto a la naturaleza, no contra la naturaleza. Y cuando se habla de justicia, creo que es importante entender que la justicia se impuso sobre la legitimidad. Todos estos desencuentros conceptuales han contribuido al denominado conflicto mapuche.
Elicura Chihuailaf postulaba por tercera vez al premio. Entre los nominados se encontraban poetas como Rosabetty Muñoz, Elvira Hernández, Carmen Berenguer, Teresa Calderón, Claudio Bertoni y Tomás Harris.
El galardón entrega una suma aproximada de $ 23 millones y una pensión mensual vitalicia de 20 UTM.
(LA TERCERA / 1-9-2020)
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