EL FRÍO HUMANO
Te imaginaba eterna.
No intuí error en tu
alma
ni dolor en tu carne.
Así era de infinita
mi soledad.
Tu amor y tu
paciencia
fueron cura y locura.
Ahora tengo que sentir
el frío humano de tus
huesos.
Ya no serás piedra
inmortal
y tus pies no serán
plumas
y las caricias
tendrán llagas
del tacto ardiente de
tu alma.
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