1ra edición:
Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB:
elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019
PRIMERA ENTREGA
PRÓLOGO / VIDA
MABERINO DE PREGO
Uno de los capítulos del nuevo libro de Héctor Garbarino y colaboradores,
empieza así: “La investigación de las teorías narcisísticas graves, nos
ha llevado a introducir las presentaciones, como un nuevo elemento psíquico,
expresión de las excitaciones provenientes del cosmos”. Y hemos subrayado el
término “investigación”, porque es así que conocemos a Héctor Garbarino; como
lo hemos visto siempre; investigando, profundizando, creando.
Investigando tanto en la obra de S. Freud, como en la de Klein, o en la de
Lacan y en muchos otros; pero siempre, con una lectura profunda y creativa.
Los que hemos tenido la fortuna de tenerlo como docente, como supervisor,
como compañero de tareas, sabemos del largo camino que ha recorrido, siempre en
la búsqueda de ir aproximándose, cada vez más, al conocimiento de la compleja
mente humana.
Cuando nos dice: “que fue de la psiquiatría de adultos, que obtuvimos los
primeros vislumbres sobre el ser…” no podemos dejar de pensar que, también
Freud, a través de su trabajo con adultos, tuvo los primeros vislumbres de la
importancia de la infancia en el desarrollo del ser humano; de la sexualidad
infantil y del complejo de Edipo.
Y los lectores de aquel entonces, se sintieron interesados, inquietos y
llenos de interrogantes.
Pero nosotros ahora, frente a la importancia de las teorías presentadas en
este libro, sentimos que se abren nuevos caminos de comprensión en nuestro
quehacer psicoanalítico. Cuando dice que, “Creemos que hemos dado un paso
importante al introducir la teoría del Ser en el ideario psicoanalítico”
pensamos que es más que un paso importante.
Es algo que nos abre, como en un abanico, toda una gama de posibilidades,
de mayor comprensión en nuestro quehacer con los niños, con los adolescentes,
en las perturbaciones mentales, pero también en la creatividad y en el arte.
Porque el acto creativo no conoce límites; se da en esos momentos privilegiados
en donde se rompen las ligaduras que nos atan a lo cotidiano, y uno se funde en
el cosmos. Porque la creación tiene alas.
Querer abarcar en el reducido espacio de un prólogo, todo lo que nos
sugiere el nuevo libro de Garbarino, es tarea difícil.
Al leerlo van surgiendo tantas ideas, tantos pensamientos y reflexiones,
que nos llevan como en un torbellino, a girar con las palabras sin poder asir
las adecuadas que expresen mi sentir.
Por ejemplo, cuando vemos a un niño autista, que queda como embelesado
mirando un rayo de luz que penetra por una ventana; ¿en qué dimensión,
desconocida para nosotros desde nuestra realidad, está ese niño?
¿Ese rayo de luz significará para él, como lo pensamos muchas veces, una
unión con un objeto interno idealizado, proyectado en la luz? ¿O como lo señala
Garbarino, un fundirse en ese rayo de luz, en una dimensión cósmica?
También en “la función terapéutica”, en donde uno debe volverse continente
de las ideas delirantes del paciente… sabiendo que la locura es menos locura si
el terapeuta también la comparte.
Ese terapeuta que puede entrar en la dimensión en que está el paciente,
compartiendo su locura, ¿no está re-creando un vínculo, frustro en su momento,
de modo de sustraerlo del orden cósmico y ubicarlo en una nueva dimensión?
Es decir que, partiendo de “La nueva mitología de los orígenes”, los
autores nos ofrecen, desde la perspectiva de la teoría del Ser, una posibilidad
de ir desentrañando los misterios de los diversos caminos, que cada ser humano
está destinado a recorrer, y también, los diferentes espacios que a cada uno le
toca habitar.
Por todo lo que la lectura de este libro me significó.
Por las nuevas dimensiones que me enseñó a recorrer, siento como un
privilegio de estar en él, aunque sea solamente a través de estas líneas que lo
prologan.
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