UNA JOYA DEL MÍSTICO MURCIANO IBN ARABI: EL SUEÑO REVELA LA POSIBILIDAD DE UNA GNOSIS DE LA NATURALEZA ONÍRICA DE LA VIGILIA Y DE LA FORMA DIVINA QUE SUBYACE
En la obra de Ibn Arabi, uno de los más
grandes maestros sufíes de la historia, encontramos un tratamiento sumamente
sutil y sofisticado de la popular noción de que el mundo es un sueño o es en
esencia imaginación divina. La imaginación es la puerta o bisagra entre la
realidad divina absoluta y el mundo de la transformación o el cosmos que es
emanado como un sueño en la mente divina.
William C. Chittick, en su libro The
Sufi Path of Knowledge: Ibn al-Arabi's Metaphysics of Imagination, escribe:
"Los sueños son en realidad una llave divina para decodificar el
misterio de la ambigüedad cósmica y la constante transformación de la
existencia". Ibn Arabi escribe en el Futuhat:
La única razón por la cual Dios colocó el sueño en
el mundo animado fue para que todos pudieran percatarse de la presencia de la
imaginación y conocer que existe un mundo similar al mundo más allá de los
sentidos... Él llama la atención de los soñadores inteligentes hacia el hecho
de que en el mundo sensorial existen transmutaciones en cada instante, aunque
los sentidos no las perciben.
Lo anterior requiere de cierta
explicación, pero rápidamente podemos señalar algo simple y precioso. El
sueño está allí para hacernos ver que existe un dominio imaginal, esto es, un
reino mental que es tan real como el mundo sensorial que experimentamos en la
vigilia. En otras palabras, en los sueños podemos notar que el mundo está hecho
de imágenes. El sueño nos abre, entonces, a la posibilidad de que la vigilia
también sea sueño -ya que está hecha de sutiles transmutaciones de imágenes, de
un flujo mental-. Chittick señala: "Cuando la naturaleza del cosmos es
realmente verificada (tahqiq), el sujeto que conoce ve que es una forma de
imaginación, que necesita interpretación como un sueño". El cosmos que nos
parece tan sólido e independiente se revela como un espacio imaginal cuando
logramos interpretarlo, es decir, darnos cuenta de que tiene un significado,
que las cosas están hechas de información que nos dice algo. Ibn Arabi
continúa:
[En el sueño] el alma racional, a quien Dios le ha
dado propiedad sobre esta ciudad [el cuerpo humano], contempla lo que ha
sido colocado en su Tesorería, como hacen los reyes, que entran a sus bóvedas
de tesoros cuando están solos para obtener conocimiento de lo que yace en
ellas.
Ibn Arabi señala luego que, en la
medida en que los instrumentos de percepción han sido perfeccionados, podrán
percibirse tesoros perfectos o, en su defecto, tesoros imperfectos. Es
posible que en esas excursiones a la cámara onírica de los tesoros Dios mismo
se revele con los atributos de la naturaleza, encarne en arquetipos, como el
profeta dijo: "Vi a mi Señor en la forma de un joven". En otras
palabras, Dios, lo Absoluto, toma forma, emplea la belleza y el ingenio de
la forma para mostrarse en los sueños que manan de los órganos perceptuales purificados de
personas que han alcanzado mérito en la visión y en la virtud. Y el órgano de
percepción supremo es la imaginación, la puerta entre lo divino y lo mundano.
Ibn Arabi agrega que "a medida que
un hombre asciende en grados de gnosis, logrará conocer a través de la fe y la
revelación que él mismo es un soñador en el estado ordinario de la vigilia
y que la situación en la que mora es un sueño". Por eso se citan las
palabras del poeta: "Las personas duermen y cuando mueren despiertan".
Pero quizás hay algunos que en la vida misma descubren que sueñan y entonces
despiertan, aquí y ahora, a la luz divina.
(PIJAMASURF / 17-1-2018)
No hay comentarios:
Publicar un comentario