En 1886, catorce familias llegaron a la selva para fundar una nueva
Alemania “pura”. A la cabeza estaban Elisabeth Nietzsche y su marido. Una
novela francesa recupera la oscura historia.
Era febrero de 1886
en la selva paraguaya. Hacía calor, mucho calor, y los 300 kilómetros que
separaban la ciudad de Asunción de aquel paraje perdido se hacían pesados para
el contingente de 14 familias alemanas que se abrían camino entre las malezas
con el objetivo de fundar otra Alemania: una Alemania de pureza racial absoluta
que evidenciara, en las tierras despobladas de Sudamérica, la superioridad de ese
linaje. Faltaban cincuenta años para el Holocausto pero el gérmen de la
locura ya estaba activo. Y los protagonistas no eran otros que
Elisabeth Nietzsche, la hermana menor del filósofo Friedrich Nietzsche, y su
perverso marido, el maestro y supremacista Bernhard Förster. Esa derilante
historia es la que cuenta una novela publicada la semana pasada en Francia que
ya generó más de una polémica.
El título del libro
de los académicos Nathalie y Christophe Prince es ambiguo: Nietzsche au
Paraguay (Nietzsche en Paraguay) y desató enojos entre los seguidores
del filósofo que nunca compartió los delirios raciales de su hermana. “El
título de la novela es intenso y provocativo, ya que jugamos con la
ambigüedad entre el hermano y la hermana ... ¡que tienen tan poco en común y
que están tan profundamente conectados!”, reconoce la autora a Clarín desde
su casa en la localidad francesa de Maine-et-Loire, a 320 kilómetros de París.
Es media tarde, hace frío aunque no demasiado y una hermosa luz brilla en el
exterior. Desde donde está sentada, Nathalie Prince ve pasar a su pavo real y a
algunas gallinas: “La primavera gana el jardín con los primeros brotes de
camelias mientras yo escribo junto a la antigua chimenea de mi cocina”, detalla
por correo electrónico. En esa misma cocina escribió a cuatro manos con
su marido casi toda la novela aunque él falleció en 2017 y ella tuvo que
completarla como homenaje póstumo.
La historia de la
estrambótica expedición, comienza en mayo de 1885 con la boda entre Elisabeth
Nietzsche y el maestro Bernhard Förster. Pocas cosas irritaron más a
Friedrich Nietzsche que ese enlace (al que, de hecho, no fue): detestaba a
Förster por sus ideas sobre la superioridad de la raza aria y así lo
escribiría una y otra vez en cartas a su hermana. Sin embargo, el cuñado no
solo reflexionaba. Además, tenía el propósito de realizar sus teorías y, con
ese objetivo, emprendió un exótico viaje a Paraguay donde fundaría una nueva
Alemania, pura racialmente y alejada de "la influencia judía", en la
que dejaría demostradas sus hipótesis. Partió junto con trece familias y fundó
Nueva Germania. Y detrás de él partió Elisabeth. Tan convencida como su marido.
La expedición
resultó un verdadero desastre: los alemanes desconocían todo
cuanto se podía desconocer sobre las condiciones de vida en la selva paraguaya,
el clima era insoportable para sus organismos habituados a otras temperaturas,
y las tierras no se revelaron todo lo generosas que ellos imaginaban para sus
cultivos. Además, los insectos los acosaban inoculándoles enfermedades
desconocidas y poderosas. En medio de ese infierno, Elisabeth le
escribe a su hermano detalladas cartas en las que narra los padecimientos.
.
Tres años después,
nada salió como pensaban mientras las deudas perseguían a Förster como
tábanos. El promotor de la expedición racista terminó por suicidarse,
agobiado por el estridente fracaso de su proyecto megalómano. Tras la
muerte, Elisabeth regresaría a Alemania y se encargaría de la salud y la obra
de su hermano (sobre la que aplicó escandalosas censuras y tergiversaciones).
Pero esa es otra historia.
–¿Cómo llegaron a
la historia de Nueva Germania?
–Christophe y yo
descubrimos la extraña expedición de la hermana de Nietzsche y su esposo,
Bernhard Förster, leyendo las últimas cartas de Correspondencia
Friedrich Nietzsche, volumen VI. Invierno 1886-Invierno 1889, en la
traducción de Yannick Souladié para ediciones Manucius. Leímos estas cartas en
2014 y nos atrajeron las referencias sobre Elisabeth. Nos preguntamos qué
podría haber motivado tal empresa: salir de Alemania para recrear otra
Alemania, más gloriosa y más pura... ¡en Paraguay! Rápidamente sentimos el potencial
narrativo de tal aventura.
–¿Cómo se
documentaron para escribir esta historia?
–Al principio, fue
bastante fácil obtener información a través de la red o a través de libros y
artículos dedicados a Nueva Germania. Lamentablemente, no pudimos viajar a
Paraguay, pero el viaje se hizo en nuestras mentes.
–¿Cuánto hay en
este libro de ficción y cuánta investigación histórica?
–¡La realidad a
veces supera la ficción! En este caso, yo diría que la loca aventura de
Elisabeth Förster-Nietzsche y su marido en el Paraguay, la inmersión lenta y
real en la locura de Friedrich Nietzsche, y el increíble destino de estas
familias de colonos, se enlazan a la ficción pura así como la historia de
Virginio Miramontes o las de Clara Schultz, Pedro o Kathryn, para mencionar
solo algunos personajes. Este es el principio de la antigua novela histórica:
capturar personajes históricos reales (en este caso, Toro Pichai, Escobar o
Förster) y llevarlos a una historia inventada por todos lados. Así que diría
que estamos en un 50 por ciento de ficción y otro 50 de realidad, pero desafío
a los lectores a identificar lo verdadero de lo falso. Ese es el mestizaje que
hemos tratado de construir.
–¿Cómo
seleccionaron las cartas entre Elisabeth Förster-Nietzsche y su hermano incluidas
en la novela? ¿Cambiaron algo del contenido de estas cartas?
–Este es de hecho
un tema extremadamente sensible. Las cartas de Nietzsche son absolutamente
impactantes porque vemos que el filósofo es tomado gradualmente por la
enfermedad y por la locura. Y estas cartas también subrayan cómo Nietzsche no
es en modo alguno antisemita ni ha sido seducido jamás por estas ideas de la
pureza de una raza. En la primera parte de la novela, la carta que hemos
resumido en su versión casi completa es muy clara en este punto. Por otra
parte, el pensamiento de Nietzsche es demasiado importante, demasiado
excepcional para ser alterado de alguna manera. Algunas veces, tuvimos que
cambiar las fechas para conservar la coherencia de la ficción; y otras
cambiamos detalles de la traducción. Pero, en general, Nietzsche está ahí, por
encima de todo.
–Ustedes cuentan
una historia que sucedió hace más de 130 años y, sin embargo, por momentos lo
que narran no parece tan lejano. ¿Por qué este libro todavía habla del
presente?
–Nietzsche au Paraguay denuncia la locura
de los hombres (que, por desgracia, sigue siendo notable) y anuncia obviamente
las ideas desastrosas que llevaron al surgimiento del nazismo. Nueva Germania
es, como previó Nietzsche, la miniatura de una futura catástrofe. Estos colonos
rodeados de alambre de púas en el corazón de la selva, que quieren regenerar la
sangre alemana, parecen un espejo invertido de los judíos atrapados en los
campos de exterminio.
Un pueblito que subsiste
Actualmente, casi 7
mil personas viven en Nueva Germania, a más de 130 años de su fundación.
Todavía quedan muchas huellas germánicas. De hecho, funciona allí un museo que
recuerda a los fundadores con fotos y reseñas de su oscura aventura.
El pueblo vive hoy
en condiciones humildes, con calles de tierra, poco trabajo y el 60 por ciento
de las viviendas sin agua corriente. La producción económica del lugar está
vinculada con la tierra: el 60 por ciento de los que tienen trabajo se
desempeñan en el sector primario: la producción de yerba mate es el motor de
una economía de subsistencia y se complementa con el cultivo de la caña dulce,
del algodón, la mandioca, el tabaco, el girasol, la soja, el trigo, la banana,
la naranja, el cedrón paraguay y el sésamo.
Aunque dejó
Paraguay en 1889, el recuerdo de Elisabeth Nietzsche y la expedición que
protagonizó sigue presente. El retrato de la hermana menor del filósofo
ilustraba un paquete de yerba mate que se cosechaba en la localidad, ubicada a
más de 300 kilómetros de Asunción, a comienzos del siglo XX.
Según recuerda un
artículo del portal Yerba Mate Argentina, el envoltorio incluía leyendas en
inglés que señalaban las ventajas del producto: sus efectos antioxidantes y
energizantes, además de “reforzar la agudeza mental y el sistema inmunológico”.
Luego del fracaso
del proyecto de la pareja Förster-Nietzsche, otro colono llamado Federico
Neumann llegó hasta aquel paraje y promovió ese cultivo, el de la yerba mate,
con la marca Elisabeth Neitzsche. De todas maneras, la circulación con esa
identificación duró poco y la historia de la mujer cobraría mayor relevancia
años después, luego de que el régimen nazi reivindicara una versión alterada de
la filosofía de su hermano.
En Nueva Germania,
hoy casi el 40 por ciento de sus habitantes tienen menos de 15 años, cada mujer
pare un promedio de 3,4 hijos y el analfabetismo atrapa al 15,4 por ciento de
la gente. Según reflejan datos oficiales publicados en Internet, en 1992 su
población era de 17 mil habitantes. Hubo un éxodo en una localidad que de todos
modos era pequeña.
La historia de su
fundación sí atrajo a periodistas internacionales: el diario The New York Times
la relató años atrás, así como algunas producciones para TV. Ahora, el libro
editado en Francia la actualiza.
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