lunes

CÁNTICO ESPIRITUAL (24) - SAN JUAN DE LA CRUZ


CANCIÓN 11

¡Oh cristalina fuente
si en esos tus semblantes plateados
formases de repente
los ojos deseados
que tengo en mis entrañas dibujados!

DECLARACIÓN (2)

5 / Dice que las tiene “en sus entrañas dibujadas”, es a saber, en su alma según el entendimiento y la voluntad. Porque, según el entendimiento, tiene estas verdades infundidas por fe en su alma. Y, porque la noticia de ellas no es perfecta, dice que están “dibujadas”; porque así como el dibujo no es perfecta pintura, así la noticia de la fe no es perfecto conocimiento. Por tanto, las verdades que se infunden en el alma por fe están como en dibujo, y, cuando estén en clara visión, estarán en el alma como perfecta y acabada pintura, según aquello que dice el Apóstol (1 Cor. 13,10), diciendo: “Cum autem venerit quod perfectum est, evacuabirut quod ex parte est”; que quiere decir: “Cuando viniere lo que es perfecto” (que es la clara visión) “acabarse ha lo que es en parte” (que es el conocimiento de la fe”.

6 / Pero, sobre este dibujo de fe, hay otro dibujo de amor en el alma de el amante, y es según la voluntad, en la cual de tal manera se dibuja la figura de el Amado y tan conjunta y vivamente se retrata en él cuando hay unión de amor, que es verdad decir que el Amado vive en el amante y en el Amado; y tal manera de semejanza hace el amor en la transformación de los amados, que se puede decir que cada uno es el otro y que entrambos son uno. La razón es, porque en la unión y transformación de amor el uno da posesión de sí al otro; y así, cada uno vive en el otro, y el uno es el otro, y entrambos son uno por transformación de amor. Esto es lo que quiso dar a entender San Pablo (Gal. 2,20) cuando dijo: “Vivo autem, iam non ego; vivit vero in me Christus”; que quiere decir: “Vivo yo, ya no soy yo”, dio a entender que, aunque vivía él, no era vida suya, porque estaba transformado en Christo; que su vida más era divina que humana, y por eso dice que no vivía él, sino Christo en él.

7 / De manera que, según esta semejanza de transformación, podemos decir que su vida y la vida de Christo toda era una vida por unión de amor. Lo cual se hará perfectamente en el cielo en divina vida en todos los que merecieron verse en Dios, porque, transformados en Dios, vivirán vida de Dios y no vida suya; aunque sí vida suya, porque la vida de Dios será vida suya. Y entonces dirán de veras: Vivimos nosotros, y no nosotros, porque vive Dios en nosotros. Lo cual en esta vida, aunque puede ser como lo era en San Pablo, no, empero, perfecta y acabadamente aunque llegue el alma a tal transformación de amor que sea matrimonio espiritual, que es el alma a más alto estado a que puede llegar en esta vida. Porque todo se puede llamar dibujo de amor en comparación de aquella perfecta figura de transformación de gloria. Pero cuando este dibujo de transformación en esta vida se alcanza, es grande buena dicha, porque con eso se contenta grandemente el Amado. Que por eso, deseando él que le pusiese la esposa en su alma como dibujo, le dijo en los Cantares (8,6): “Ponme como señal sobre tu corazón, como señal sobre tu brazo.” El corazón significa aquí el alma en que en esta vida está Dios como señal de dibujo de fe, según se dijo arriba, y el brazo significa la voluntad fuerte en que está como señal de dibujo de amor, como ahora acabamos de decir.

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