domingo

PAPÁ GORIOT - HONORÉ DE BALZAC



Título del original: LE PÉRE GORIOT
Traducción : OSCAR HERMES VILLORDO
Prólogo de MANUEL PEYROU


PRIMERA ENTREGA


EL REALISMO DE BALZAC (1)

La princesa de Clèves abrió, en 1678, el camino a la novela psicológica, pero ese género no podía convenir, un siglo después -aun antes que el Romanticismo fuera identificado como escuela literaria-, al creciente gusto romántico por el color local y por la expresión de sentimientos personales. Balzac satisface, con un realismo descriptivo, a ese gusto que tendía a mirar a la sociedad tal cual era y a apasionarse por los destinos individuales. En ese sentido, el autor de Goriot crea un cuadro completo, a la vez múltiple y singular, de la sociedad contemporánea. El título general es La comedia humana, dividida en “escenas”. Escenas de la vida privada, cuya principal novela es Gobseck; Escenas de la vida de provincia, entre cuyas obras figuran Eugenia Grandet y Ursula Mirouet; Escenas de la vida política, cuya única obra es Un asunto tenebroso; Escenas de la vida militar, sintetizadas en Los chuanes; Escenas de la vida de campaña (entre otras El médico rural) y finalmente: Escenas de la vida parisiense, cuya obra principal es Goriot.

Para ubicar a Balzac dentro de la novela francesa y aun del arte mundial es preciso conocer la época anterior a su nacimiento y los años en los que empezó a estudiar y a escribir. En este sentido conviene recordar las sagaces observaciones de Régis Messac, que, al estudiar en Le detective novel et les sources de la pensé cientifique el nacimiento de la novela policial, trazó en realidad un cuadro completo de la evolución de la novela popular en la época en que el mundo comienza a modificar sus gustos artísticos. Existe, por lo pronto, una evolución de los personajes de novela. Franck W. Chandler, citado por Messac y autor de The literature of roguery, dice que los protagonistas de las novelas alternan cíclicamente su origen, su extracción social y su conducta moral.

El caballero ha sido sustituido por el “pícaro”, que es un antihéroe y que quizá por eso se hace popular. Por una vuelta curiosa de pronto ese “héroe” que antes había sido un “antihéroe” empieza a ser sustituido por otro héroe que con el tiempo será el caballero C. Charles Dupin, de Poe. Pero en la época de Balzac y antes de su nacimiento, en los siglos XVII y XVIII, está todavía en la época del “pícaro”. La vida aventurera de los hombres fuera de la ley, sobre todo después de la destrucción de la Corte de los Milagros, apasiona a las gentes sencillas y, al mismo tiempo, sirve de inspiración a grandes escritores. Sabemos que Casanova, Cagliostro y el conde de Saint-Germain fueron grandes aventureros, pero sus hechos, que corrían de boca en boca, interesan por la influencia que tuvieron en la formación de una nueva literatura. Entre los escritores inspirados por los aventureros tenemos a Goethe y a Schiller. El primero publicó en 1792 El gran Cofto, nombre que viene de una logia que había fundado José Balsamo, es decir Cagliostro, en la que él era el Gran Cofto. Goethe se sirvió de Cagliostro para trazar un personaje de embaucador. Por su parte, Schiller se inspiró en las aventuras de Cagliostro y de Saint-Germain para escribir El visionario, obra en la que por primera vez se introduce un diálogo entre dos personajes, uno de los cuales sirve para poner en evidencia la perspicacia del otro; creación importante en la novela porque psicológicamente ayuda al lector en su admiración. Ese personaje, generalmente simpático, admira al otro y esta admiración se contagia al lector, que tiene así una suerte de piloto de sus emociones. Veremos después que Balzac sigue con perspicacia un procedimiento parecido y si no inventa precisamente un personaje que admira incondicionalmente a otro, crea un testigo, que tiene el poder psicológico de servir como intermediario entre el autor y el lector. Este testigo, en Goriot, es Eugenio de Rastignac.

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