PRIMERA ENTREGA
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Y a lo más es un pájaro
Que te late en las sienes J.C.
En el mundo de entreguerras y en pleno desarrollo de la literatura nacional, surgía la voz poética de Juan Cunha. Con su propuesta poética, un nuevo soplo estético llegaba del interior, a caballo del verso libre de largo aliento y licenciado de las puntuaciones de la lengua estándar, envuelto en la forma de "un verso dolido", una "música perdida", "un canto desolado".
En su Índice de la poesía Uruguaya Contemporánea, Alberto Zum Felde anotaba en el prólogo, fechado en 1934 en Montevideo: La tendencia general de la lírica uruguaya hacia el subjetivismo puro, se va acentuando en estos últimos años. Así en los representantes de la generación ya madura, como en los más avanzados de la última promoción, predomina el culto del yo lírico, volcado en un lenguaje de tipo creacionista, que va desde las vagas delicuescencias del surrealisme, a los esquematismos de los problemas intelectuales."
Como la voz de un Altazor de origen campesino y recorrido inverso, por aguas y tierras, emerge la escritura de Cunha que inquiere, desde un pormenorizado recorrido, al lenguaje; que transita por el humor, por la crónica doméstica, por el envés de las palabras:
"He aquí que cumplo con mis obligaciones de habitante de la tierra, / yo con mi ejército en armas cada mañana / obligatoriamente, / saliendo del silencio y lo nocturno, /
emergiendo entre florones agrios, escalando peces, / remontando aguas, / y salto hacia pájaros y vientos, y hacia nubes, / saludo al día y escucho sus primeros resuellos. (Además satisfago órdenes de mi cuerpo, tácitamente, deseos, cada día, / realizo sin protesta las viejas costumbres que cada ser acepta a su modo; / yo, agregado del mundo desde hace veinticinco años, / inquilino insolvente, con orden de desalojo sobre el cuello.)"
La poesía-pájaro, el pájaro-poesía, sostenidos en la indisolubilidad de esta ecuación, en la que ambos términos equivalen y se reenvían mutuamente: no son un mero gesto juvenil, un hallazgo estético perecedero o una apropiación oportunista de un tópico añejado en la tradición literaria. Hay en esa díada simbólica un verdadero programa poético, una declaración de fe creativa. El poeta postula su canto a solicitud de los pájaros y de los hombres a lo largo de su vida y a lo ancho de las miles de páginas versificadas que constituyen su producción lírica:
"hileras de pájaros en vuelo horizontes de canción
un pájaro que alza el vuelo grito de música hacia arriba"
"Llevaba pájaros del campo y los liberté sobre el agua"
"Cada día un pájaro nuevo canta en mi árbol Cada alborada un joven rosal abre su rama" "Un pájaro equivocado firmó mi poema en blanco" "y le digo ahí nomás si usted me apura que al pájaro conozco en el pitido"
"Iba a decirte de un pájaro
mas ya pensé en otra cosa" "No sé dónde se posa el pájaro o el verso"
La escrituración del poema, el acto lírico es "un pájaro que alza en vuelo horizontes de canción", de ahí la algorítmica propuesta del verso del mismo poema que reza: "pájaro que se posa poema esperado".
En el extenso corpus cunhano el pájaro [la poesía] no pudo ser encerrado(a), porque "pájaro en la jaula canto condenado"; tampoco ha regresado a sus montes y valles (tan sólo lo hizo en el discurso rememorante y de fuerte impronta evocadora que sostiene el plectro poético de Cunha), ni se instaló nunca en el espacio urbano. No yace en lugar definitivo, no se asume como ser aprehensible, controlable, conclusivo. Construye nuevas expectativas frente a la posibilidad de cada libro publicado por el poeta, de cada poema solicitado por los diversos medios de prensa al "grito a tiempo de pájaros".
El pastor perdido entre luz y sombra
Durante los años cuarenta y cincuenta, Juan Cunha, como un equis andacalles, recorre la ciudad trabajando para Marcha, levantando avisos y realizando cobranzas. El resto del tiempo está dedicado a la creación poética, a la lectura y a sus amistades. Por ese entonces le aconseja a su hermano Héctor que ingrese al taller de Torres García y lee con devoción el viaje del Altazor de Vicente Huidobro.
Publica Cuaderno de Nubes (1945) y tres años más tarde sus 6 Sonetos humanos, plaqueta que anticipa el modo editor de sus pliegos de poesía de la década siguiente. Quizás el poema más paradigmático de la dimensión metatextual de la lírica de Juan Cunha, sea el que en su primera versión aparece en el segundo de los 3 Cuadernos de poesía (1937): 'Transfiguración', último soneto de una serie de diez (datada en 1935), dedicado a Emilio Oribe. Este texto es el último de los 6 Sonetos humanos, y cierra la segunda serie de "Sonetos humanos" del libro Hombre entre luz y sombra (1955). En ambos trabajos aparece con el título 'Poética', y con variantes importantes [dejaremos aquí de lado la valiosa discusión teorética acerca de si el enunciado es otro o el mismo una vez que se re-escribió]. La posición del soneto en los tres libros, dentro de la sintaxis co-textual (Cunha se preocupó mucho del orden interno de sus libros, de la estructura y el principio organizador que debía darles), indica una posible intencionalidad de cierre, de conclusión estética, de instancia declarativa del ejercicio poético. En la versión del '37 leemos :
"Una rosa besé sobre el abismo
y caer la vi al punto, deshojada, ante la inmensidad muda y dorada y el infinito que óyese a sí mismo.
Mas su llama retuve y su guarismo!
Su perfume levanto hacia la nada. Ya la forma terrestre fue olvidada. Clave, símbolo y ley de mi ostracismo.
Hacia selladas soledades huyo!
Bajo lúcida comba sideral Una imagen de imagen restituyo...
¡Transfigurada ya la rosa, pura,
eleva su secreta arquitectura exacta, firme ante el silencio astral!"
El tópico de la rosa como lugar del nombre, de la convención y el artificio verbal, de la creación poética, de las vacilaciones del poeta frente a la palabra, de los poderes de la verbocreación, de la posibilidad de nominar y re-nominar al mundo, en tanto representable por el lenguaje, o, por lo menos, aludible por el mismo, atraviesa los siglos. La rosa es una y es arquetipo, es símbolo y cosa simbolizada, se agota en la misma realización de la palabra, pero, simultáneamente, se repleta de ecos significativos, de connotaciones inesperadas. "La rosa única es, esencialmente, un símbolo de finalidad, de, logro absoluto y de perfección"; también "son las rosas blancas y rojas el símbolo del sistema dual, de los dos principios primarios".
La poesía, el enigma
Hacia fines de los años '40, Cunha tenía proyectado publicar bajo el título de El enigma, un volumen que recogería su producción anterior. El poeta sabe que está cerrando una etapa, un ciclo de iniciación, de aprendizaje y experimentación con el revés de las palabras. El trabajo resultante se llama En pie de arpa (1950). Hay en este volumen, según escribió Liber Falco en Asir, "un mismo tono cuya resonancia nos va prefigurando a un hombre con su particular manera de estarse en el mundo; con su visión de éste, con su metafísica [...] Revibra en su obra la evidencia de una intimidad profunda y conmovida."
El libro del medio siglo es la antesala del siguiente, el que marcará un desplazamiento temático hacia lo social, hacia la denuncia de la situación del campo, hacia la condición empobrecida del campesino. Desde el poema, la voz lírica, nos involucra :
"Canto, pues a tocar este otro punto;
y con ritmo más llano todavía: que nos incumbe a todos este asunto."
A la sombra de la imagen poética de Miguel Hernández, Cunha publica Sueño y retorno de un campesino (1951). La crítica señala el "nuevo rumbo" en el discurso lírico del autor de Illescas y el libro es reconocido con un premio que le entrega el propio Zavala Muniz. En las páginas de Marcha se comienzan a leer notas de análisis de su obra y nuevos poemas que le solicita Emir Rodríguez Monegal. Vendrán varios libros en esta década inspirada del poeta y luego los pliegos de su Carpeta de mi gestión terrestre.
En 1956 se escribe con los niños de la escuela N°113 que ilustrarán la Pequeña Antología (1957) coordinada por la maestra Wilda Belura, con quien cuatro año después contraerá matrimonio.
En 1961 Daniel Viglietti musicaliza 'La nostalgia de mi tierra' poema de A eso de la tarde (1961). Son años de gran recepción de la crítica; de intensas colaboraciones en páginas de prensa, de inquisición de la poesía y esfuerzos para publicarla:
"Escribo como y cuando puedo, cuando me sale, desde recordar y trascribir algún verso compuesto en sueños, hasta anotar líneas en el ómnibus y corregir poemas de memoria, andando por la calle. Inédito siempre hay algo, sea acabado o a medio hacer. Dificultades para publicar no las he tenido desde que sido mi propio editor y me he echado al hombro los consiguientes déficits."
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domingo
PASTOR PERDIDO DE JUAN CUNHA - GERARDO CIANCIO
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