Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de la perfección, que es la unión con Dios, por el camino de la negación espiritual. Estos textos fueron presumiblemente bosquejados por San Juan de la Cruz -que a los treinta y tres años todavía no se había manifestado como poeta- durante los nueve meses donde padeció prisión secreta en Toledo a causa de la envidia mortal que despertó la Reforma Teresiana en la Orden de los Carmelitas Calzados.
CANTAR DE LA ALMA QUE SE HUELGA DE CONOSCER A DIOS POR FE
¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre,
aunque es de noche!
1. Aquella eterna fonte está escondida,
¡qué bien sé yo do tiene su manida,
aunque es de noche!
2. En esta noche oscura desta vida,
qué bien sé yo por fe la fonte Frida,
aunque es de noche!
3. Su origen no lo sé, pues no le tiene,
mas sé que todo origen de ella viene,
aunque es de noche.
4. Sé que no puede ser cosa tan bella
Y que cielos y tierra beben della,
aunque es de noche.
5. Bien sé que suelo en ella no se halla
y que ninguno puede vadealla,
aunque es de noche.
6. Su claridad nunca es escurecida,
y sé que toda luz de ella es venida,
aunque es de noche.
7. Sé ser tan caudalosos sus corrientes,
que infiernos, cielos riegan, y las gentes,
aunque es de noche.
8. El corriente que nace de esta fuente
bien sé que es tan capaz y omipotente,
aunque es de noche.
9. El corriente que de estas dos procede,
sé que ninguna de ellas le precede,
aunque es de noche.
10. Bien sé que tres en sola una agua viva
residen, y una de otra se deriva,
aunque es de noche.
11. Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.
12. Aquí se está llamando a las criaturas,
y de esta agua se hartan, aunque a escuras,
porque es de noche.
13. Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.
NOCHE OSCURA
1. En una Noche oscura
con ansias, en amores inflamada
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada;
2. a oscuras, y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡oh dichosa ventura!,
a oscuras, y en celada,
estando ya mi casa sosegada;
3. en la Noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.
4. Aquésta me guiaba
más cierta que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
5. ¡Oh Noche que guiaste!
¡Oh Noche amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!
6. En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
7. El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.
8. Quedéme, y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario